Momentos Favoritos del Cine: True Lies

True Lies en su momento gozó de una increíble recepción de la audiencia convirtiéndose en una de las películas más televisadas incluso en horario familiar, sin embargo a 30 años de su estreno esta hilarante cinta de acción cómica es aún recordada no tanto por su buena impresión de humor e impresionantes secuencias de acción que inmiscuían persecuciones con caballos, jets, cohetes y terroristas, sino por una escena con cierto “streaptease” que se convertiría en uno de los mejores momentos de la juventud millennial (if you know what i mean…)

El objetivo de Cameron es construir junto a Arnold y Jamie Lee Curtis un conflicto matrimonial hilarante alrededor de un espía de alto nivel que le esconde su profesión a su familia. Como pez en el agua y con los dos estilos en lo que se siente más cómodo, el fisiculturista ofrece un relajado y hasta tierno papel como un esposo celoso y preocupado por la desatención sexual hacía con su pareja, centrando el relato primero en su resquebrajamiento emocional y relacional. Esto nos regala un cambio de tono narrativo de 180°, donde de ser una plena cinta de acción que exploraba a modo de parodia a los agentes secretos y las amenazas terroristas, pasa a convertirse en una comedia de sexos donde el esposo tratará de reconquistar a la esposa dándole un poco de “acción” a su rudimentaria y monótona vida.

En ese segundo acto existen dos momentos que inmiscuyen alta dosis de comedia y erotismo; el primero a cargo del fallecido Bill Paxton con un personaje tan cínico como sencillamente inolvidable y que recibirá su merecido por andar seduciendo a la esposa del peligroso espía; la segunda todos la conocemos y hasta quizá le hemos dedicado más tiempo del debido, y es aquel sensual baile que Jamie Lee Curtis tendrá que hacerle a un supuesto extraño cuando su esposo la inmiscuya en un “juego” de espías que se tonará peligrosamente real.

Para el tercer acto, James Cameron retomará su parodia de acción, pero ahora con Curtis en el ojo de la violencia, hace que el relato se convierta en un festín de acrobacias absurdas e irresistibles, las cuáles desembocarán en un secuencias de alto calibre directivo por parte del experimentado cineasta, como aquella persecución en el puente, la detonación de la bomba y el consecuente final con torpedos y jets de por medio.

Sin duda una cinta infravalorada y divertida que se dio justo antes de que James Cameron perdiera la cabeza con Titanic. Valdría la pena prestarle otro tiempo, o al menos solo a aquel baile.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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