Momentos favoritos del cine: You Just keep Me Hanging On
Pocas veces se puede hablar de la perfección en el cine y pues la verdad esta es una de ellas o por lo menos muy cercano. Con mucho humor negro la película retrata la vida de cinco amigos y como tratan de joderse entre ellos, algunos consumidores de droga a quienes su antisocial modo de vida los va a poner entre la espada y la pared.
Si hablamos de la perfección entre la música clásica y la cinematografía necesariamente tenemos que remitirnos a 2001: A Space Odyssey. Ahora, si nos vamos a la perfección entre el rock y la cinematografía tenemos que referirnos al momento favorito: el gran Lou Reed da un toque mágico a una secuencia que no tiene reparos, la sensación que le produce al protagonista la droga y como al mismo tiempo que la “saborea”, va siendo consumido por ella. El director con una solemne cámara logra que el espectador viva en primer plano lo que está sintiendo el protagonista hasta llegar al momento de “despertar”. También nos da a entender que a él no le importa lo más mínimo el resto del mundo, la única razón de su ser nihilista es disfrutar ese día perfecto, no importa que suceda.
Oh it’s such a perfect day, Im glad I spent it with you
Oh such a perfect day, you just keep me hanging on, you just keep me hanging on
You are going to reap just what you sow
Una obra redonda donde se reúnen una historia muy original de personajes marginados, una dirección sublime llegando al pico de la genialidad en la cinematografía y una banda sonora majestuosa. Antes que el director se vendiera al pelón dorado deja una obra maestra visceral y honesta: Trainspotting (Danny Boyle, 1996). Y así como al protagonista la droga lo mantiene de pie, a nosotros nos mantiene de pie el buen cine.
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