¡Muchas plumas y pocos huevos!
Ahí estaba yo. Sábado en la tarde y sin plan. Tenía ganas de reírme y no pensar demasiado, a veces es sano y créame, no le pasa a uno nada; ni es menos inteligente, ni menos analítico, ni se convierte uno en borrego de la sociedad. Decía mi profe, el gran Emmanuel Carballo (que en gloria esté): A veces es bueno leer el tv notas, ver los programas de chismes, desintoxicarse de tanta vaca sagrada…
Soy fan de los Huevo Cartoon, lo digo sin vergüenza. Este afortunado accidente con el que bien tuvieron a dar los talentosos hermanos Rodolfo y Gabriel Rivapalacio allá por el lejano 2001 ha permitido crear una incesante fuente de risas y dinero con sus huevos; personajes que representan las multifacéticas personalidades y expresiones de la esencia mexicana que pronto encontraron cabida y aceptación primero como estampitas que compensaban el consumo de comida chatarra, posteriormente dando el salto a la web y finalmente a la gran pantalla.
¿De qué va?
Un gallo con muchos huevos es la tercera entrega cinematográfica tras el éxito de Una película de huevos (2006) y Otra película de huevos y un pollo(2009) en donde el joven gallo Toto (Bruno Bichir) y sus amigos ovoides enfrentarán el reto de rescatar la granja en donde todos habitan, misma que será apostada en una pelea de gallos, la que se dará entre el temible Bankivoide (Sergio Sendel) y Toto.
Confi, Toci, Bibi, Willy, Tlacua y Cache… ahí están, pero… cómo le digo, al final de la historia uno se pregunta dónde estuvieron la mayor parte del tiempo, pues se ven destituidos por otra oleada de nuevos personajes; el huevo de pato Patín Patán (Omar Chaparro), un montón de patos incluyendo a uno que es rapero llamado Soup Duck (Facundo) y hasta una gallinita boba e insípida, Di (Maite Perroni)que se convierte en el nuevo amor de Toto y lo cela ante una gallinita de muy buenas plumas pero mala como el veneno (Ninel Conde)
¿Entonces?
La evolución de huevo a pollo y de éste a gallo, es parte del ciclo de la naturaleza, está claro. Pero si es así, ¿dónde quedaron los huevos? ¿Era realmente necesario meter tanta nueva fauna en la historia? Los huevos perdieron peso, eso queda claro desde que el mejor chiste de éstos (el beso de huevos) se cuenta tras los primeros quince o veinte minutos, ahí el espectador se da cuenta de que aquel fantástico mundo de huevos y huevas con los cuales uno podía identificarse fácilmente, siendo un niño o un adulto, casi desaparecen. Les quitaron su gracia para meterséla con calzador a otros personajes que no llegan a hacer un verdadero clic con el público.
Tocaron un tema delicado como lo son las peleas de gallos, que si bien tienen gran arraigo y tradición en nuestro país, no han sido vistas con los mejores ojos, sobre todos en estos tiempos donde las prohibiciones de espectáculos con animales han ganado más fuerza y gente a su favor. Si bien el tópico es tomado demasiado a la ligera (no se ve lo que realmente pasa en los palenques) por ser una película “para niños”, habría que cuestionarse si los hermanos Rivapalacio salen bien librados, con todas sus plumas y huevos.
Tres cosas a recatar.
- La excelente interpretación que da vida a Bankivoide por parte del malo más bad ass de las telenovelas Sergio Sendel que en conjunto con la del Gallo Don Poncho (Pepe Lavat) dan sentido al papel de estos plumíferos en toda la trama.
- Los pequeños “homenajes” a grandes películas en la historia del cine; como El Padrino o Karate Kid.
- La impecable manofactura de animación por parte de sus creadores y todo el equipo involucrado, que si bien tuvieron que buscar ayuda de los expertos de Pixar, para conocer técnicas y demás secretos del 3D y otros aspectos, lograron que la etiqueta 100% mexicana se le pudiera otorgar a la cinta.
En resumen, la película es de la trilogía, la que hace que los plumíferos sean las verdaderas estrellas y uno termine diciendo ¿Y mis huevos?
2 Comments
Tienes razón Cat. La película tiene un mar de personajes, algunos no cuajan del todo y otros son completamente innecesarios (El Pato rapero… ¿alguien rapea el día de hoy?). Llega el punto de que hasta nos olvidamos del mentado Toto, quien supuestamente es el protagonista.
Creo que la mayor falla es el tono de la película… como que no se decide para quién va dirigida, ¿es para niños?… ¿es familiar o es para adultos?…. ¿es para el mercado mexicano exclusivamente? (por todos los “rancherismos”, albures y diseño de producción)… ¿o busca ser un digno producto para todo el mundo? (que técnicamente pudiera serlo. Es impecable). Algunos chistoretes son simplones: no salen de babas, mocos y pedos (de confeti), algunos gags no son nada chistosos (hubo muchos silencios incomodos en la sala) y algunos chistes se pasan de tueste (como el de “me gustan los huevos con pelos”)
Otro asunto, y esto es muy personal (y discutible) es el desenlace. No me gusto que al final, infieran de todo estaba arreglado tanto para Toto y el gallote “malo”… ¿Cuál es el mérito entonces? ¿Cuál es el mensaje? ¿Acaso la trampa -o la corrupción- tienen que estar detrás del éxito y del esfuerzo? ¿No es esto acaso algo malo y el Huevo Padrino queda como bueno? ¿Será un toque mexicano? Esta ambigüedad moral me pareció extraña.. y triste.
Admiro como los Riva Palacio emprendedores de verdad, proponen algo muy diferente y pueden vivir de ello… pero como que ya el producto (aun y con la nueva animación) se siente anquilosado… como un buen chiste que se repite, rápido, muchas veces…”¡Ah que la chilaca con huevo!”… la verdad, y ya no da risa.
Efectivamente estimado Héctor, en algún punto, los huevos perdieron el rumbo. Lo aterrador es que escuché a uno de los Rivapalacio decir que aun piensan hacer una película más para cerrar el ciclo, y si ésta ya dejó mucho que desear, pues no me quiero ni imaginar qué sera de la cuarta entrega.
Interesante el planteamiento que hace acerca de la mafia representada en el padrino; mire, en este país donde el asesino se convierte en político y luego es aplaudido, estas historias suceden desde siempre ¿apoco no?
Yo eché en falta mucho a Confi que es mi huevo favorito, y los chistes me parecieron la mayoría sosos y otros forzados. Habría que ponerle chile a los huevos, a ver si así recuperan su sabor.
Saludos 😉