Music by John Williams: Di NO a los sintetizadores

Hablar de John Williams es hablar quizás del compositor más famoso e influyente en la historia del cine. Claro que, para muchos de nosotros que somos más puristas, siempre existirá el recelo de hablar antes de otros autores como Korngold, Steiner, Newman, Roszá, Herrman, Morricone, etcetera, pero resulta innegable el aporte de Williams no sólo al séptimo arte, sino a la cultura en general.

John Williams es parte de una consciencia colectiva, sus composiciones son casi del dominio popular, reconocibles no exclusivamente por cinéfilos, sino casi por cualquier persona. Sus composiciones siempre han tenido la cualidad de conectar con la audiencia a un nivel casi instintivo y permanecer en la memoria de cada escucha. Con esto en mente, este documental de Disney+, dirigido por Laureant Bouzereau, cuenta con el beneficio de que su “protagonista”, quien cuenta ya 92 años de edad, tiene ya ganadas simpatías a priori, mismas que son fortalecidas por la pléyade de artistas que desfilan en pantalla rindiendo tributo a las composiciones de Williams, con quienes el director tiene un grado notorio de familiaridad, lo que se refleja en las entrevistas.

“Williams entiende como nadie la relación entre imagen y sonido” nos dice en un momento George Lucas.

Lo que Bouzereau elige poner en pantalla es una narrativa lineal que abarca desde los elementos biográficos más básicos, la influencia de su padre para dedicarse a la música y su llegada (casi natural) al entorno hollywoodense. Por supuesto, ahonda en su relación con Steven Spielberg y las múltiples colaboraciones entre ambos. Lo interesante que se aporta aquí es descubrir, no sólo sus orígenes musicales y su relación con la composición para cine, sino también (re)conocer aquellas partituras de otros compositores en las que él colaboró como músico: desde los icónicos pianos de “Matar a un Ruiseñor” de Leonard Bernstein o “Piso de Soltero” de Waxman, hasta sus inicios trabajando bajo la dirección de Morris Stoloff en Columbia, de Alfred Newman en Fox, o de Bernard Herrman, Franz Waxman y Henry Mancini en Paramount.

Pocos son, no obstante, los momentos personales que se aportan, el más importante siendo el tema de la muerte de su esposa, a los 41 años, que lo dejó a cargo de sus tres hijos adolescentes.

En general, el documental se siente más como un “producto oficial”, de encargo para Disney+, lo cual acarrea pros (como el acceso al catálogo de películas de la compañía y a la intimidad de Williams), como contras (como lo es el acartonado formato del documental, carente de elementos cinematográficos). Dicho en otras palabras: si bien uno como espectador llega a emocionarse, esto se debe más al cariño que personalmente se le profesa a las partituras en cuestión y a la nostalgia que genera escucharlas, que a los méritos del documental, que termina por sentirse como leer un artículo de Wikipedia.

Se recarga mucho en la universalidad de los temas de Williams y en lo fácilmente reconocible de las caras de quienes hablan loando su genio: desde Chris Martin y Steven Spielberg, hasta Yo-Yo Ma y George Lucas. Hay destellos de información sobre la personalidad de Williams, pero no las suficientes para sentirse como algo revelador o trascendental en el conocimiento de este genio. El documental apela más a la nostalgia del espectador por ver reflejadas las partituras que más ha atesorado en su afán cinéfilo. Resulta, empero, triste el que no se escarbe en muchas de sus composiciones menos populares pero igualmente interesantes como “Angela’s Ashes”, “The Patriot”, u otras que son escuetamente mencionadas, al no ser parte del catálogo de Disney+.

Podríamos recomendarlo como una introducción básica a la obra de uno de los más grandes compositores de música de orquesta para cine, lo cual resulta trascendental en una época en la que los sintetizadores y lo digital han colonizado no sólo la música popular, sino también la música para cine, cambiando radicalmente nuestra percepción y disfrute de ella.

Para mí, en lo personal, la música de John Williams forma parte de mi soundtrack de vida, escuchar sus partituras siempre me ha transmitido todo tipo de emociones en un estado puro, ya sea lo exhilarante de un Indiana Jones, el suspenso de un JFK, la pasión de un Memorias de una Geisha, la magnificencia de Star Wars, la grandiosidad de un Superman, la magia de un Harry Potter, o la tristeza de una Lista de Schindler. Sea este un homenaje al genio del maestro John Williams.

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Acerca del autor

Jose Roberto Ortega    

El cine es mi adicción y las películas clásicas mi droga dura. Firme creyente de que (citando a Nadine Labaki) el cine no sólo debe hacer a la gente soñar, sino cambiar las cosas y hacer a la gente pensar mientras sueña.


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