My Father’s Dragon: Lo más decepcionante de Cartoon Saloon hasta ahora

Conocí a Cartoon Saloon por allá del 2015, cuando Song of the Sea tuvo su release internacional y fue también nominada a Mejor Película Animada en los premios de la Academia. El estudio ya tenía un éxito bajo el brazo, The Secret of Kells, su primer película que también hacía referencia a las raíces irlandesas de sus creadores. Pero fue hasta 2020 con Wolfwalkers, estrenada en Apple TV+ y última de su trilogía del folclor irlandés, que Cartoon Saloon tuvo una distribución más amplia y un reconocimiento a nivel global (mi favorita para ganar el Oscar ese año). Este año regresan con My Father’s Dragon, una nueva apuesta al lado de Netflix que de entrada se ve igualmente encantadora que su predecesoras.  

My Father’s Dragon está basada en el libro infantil de 1948 del mismo nombre, escrito por Ruth Stiles Gannett. La historia se centra en un niño llamado Elmer, quien escapa de su nuevo hogar en la oscura ciudad de Nevergreen y viaja a la Isla Salvaje, en la que rescata al pequeño dragón Boris. 

La cinta cuenta con el toque visualmente encantador y espléndido al que nos tiene acostumbrados el estudio, es innegable que la animación es de excelente calidad y que todos los elementos visuales están perfectamente cuidados para poder así transportarnos al colorido y mágico mundo en el que se desarrolla la mayor parte de la película.

My Father’s Dragon se toma de la misma naturaleza del libro para hacer sentir su historia con un tono demasiado infantil, algo que no debería ser necesariamente negativo pero que en este caso, se siente demasiado simple cuando es llevado al séptimo arte. Todo se siente muy ligero y poco interesante, desde el “Viaje del héroe” de nuestro personaje principal, el vínculo entre este mismo y el dragón Boris e incluso la redención de un villano tan plano y predecible como la cinta misma.

Y es que la primera hora del filme se vive con la sensación de que algo más va a suceder, que este cuento tiene algo más que ofrecer que una simple fábula para pequeños cuyo distintivo es su peculiar y mítico protagonista, algo que viene a perjudicarle a My Father’s Dragon particularmente en un momento en el que los dragones son uno de los elementos más populares de la industria cinematográfica (y televisiva). Es decir, teniendo tantas historias de estas criaturas en la actualidad, es fácil comparar y darnos cuenta de que lo que ofrece esta nueva propuesta de Cartoon Saloon no es suficiente para sorprender ni destacar.

Tal parece que el sello Netflix viene a dar un toque de “mala suerte” a producciones que ya cuentan con buena fama antes de entrar a la plataforma, siendo My Father’s Dragon el producto más mediocre del estudio irlandés hasta la fecha y que en esta ocasión, nos deja con las ganas de soñar y sorprendernos con sus mágicas aventuras.

Muy poco recomendable y personalmente decepcionante, My Father’s Dragon viene a ocupar (tristemente) uno de los cientos de espacios de relleno dentro del catálogo de Netflix, no apta para fanáticos de Cartoon Saloon.

 

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Acerca del autor

Kim Tobias   @kimm_tobias  

Enamorada del cine clásico y los guiones astutos. También odio los finales felices... ["La estimulación visual es la razón del cine. De otra manera podríamos simplemente apagar las luces y llamarlo radio" R.A.]


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