No Hard Feelings: Jennifer Lawrence brilla en la comedia obscena
A sus 32 años, Jennifer Lawrence ya cuenta con una exitosa carrera dentro de Hollywood, tanto es así que le ha permitido alejarse un poco de los reflectores y, a pesar de que no ha estado desaparecida por completo, su presencia en el séptimo arte se ha visto sumamente disminuida en comparación de sus años más prolíficos. El hecho es que no la vemos en cines desde 2019, pues aunque ha protagonizado una película al año desde entonces, esas han tenido su estreno en servicios de streaming. Es por eso que su regreso a la pantalla grande tiene relevancia, en una cinta en la que también participa como productora y en la que toma un rol distinto al que nos tiene acostumbrados.
No Hard Feelings (nombrada “Hazme el favor” para Latinoamérica) es la historia de Maddie, una conductora de Uber en sus treintas, que se encuentra con problemas económicos y se ve “obligada” a aceptar una inusual propuesta a cambio de un auto, la cual consiste en salir con el introvertido hijo adolescente de una adinerada pareja.
La cinta es tal cual una comedia simple en donde la sexualidad es otro de sus protagonistas, algo que la primicia nos expone por sí misma y en la que no hay cabida para purismos. Aquí la prioridad es entregarnos risas al por mayor, un entretenimiento básicamente frívolo en el que no encontraremos profundidad ni mucho menos la reinvención de un género.
A pesar de que el humor irreverente ha jugado ya un papel en los personajes que interpreta Lawrence, en No Hard Feelings, la actriz tiene la oportunidad perfecta para potenciar dicha gracia que claramente también forma parte de su personalidad real. Es por eso que Lawrence se siente muy natural en este rol exagerado y absurdo en el que la incomodidad intencionada está a la orden del día, siendo una de sus grandes características aunado a un contenido obsceno y sin censura (literalmente).
No Hard Feelings se basa en la ya conocida fórmula de la “apuesta” o el “pago” por medio del cual se logran emparejar un hombre y una mujer de manera romántica, en la que el único diferenciador aparente (o no tan común), es la notoria diferencia de edad entre la protagonista femenina y el masculino. Esta condición nada nueva también da pie a que muchas de las situaciones sean perfectamente predecibles (incluso sin a ver visto el trailer), por lo que el enfoque de nuestra atención se centra más en el encanto de sus actores que en el desarrollo del filme como tal.
Jennifer Lawrence es sin duda el mayor atractivo de la película y la principal razón por la que esta surte efecto como comedia descarada, siendo realmente hilarante cuando de hacer el ridículo se trata. Su personaje funciona como un vehículo tipo palanca tanto en la historia como en la vida real, sostenido la mayor parte de la cinta con su carisma al mismo tiempo que da soporte al novato Andrew Barth Feldan, quien se estrena de protagonista en esta cinta.
Mención especial para el momento musical de la película que contiene la versión a piano de una popular canción de los ochentas.
Sin pretender ser más de lo que es, ni mucho menos ser perfecta, No Hard Feelings logra entretener y hacer su parte para pasar un rato de risas en el que tanto millennials como centennials se pueden llegar a sentir identificados. Llena de momentos embarazos y situaciones un tanto excéntricas, la película es una buena opción para pasar un rato desenfadado mientras te dejas guiar por la predictibilidad y una gran cantidad de palomitas.
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