Nope: Grotesco y sensacionalista cine del “vende humo” Jordan Peele

El culto gringo alrededor de la figura de Jordan Peele me parece no solo inexplicable, sino ofensivo para el arte cinematográfico y del entretenimiento. Si bien en “Get Out” (su mejor obra), el antes cómico mostraba buenos rasgos narrativos con chispazos de genialidad en su metáfora racial y su espontáneo humor, ese sobrevalorado Oscar a mejor libreto parece haber determinado la pereza creativa y argumental que vendría después, con estrepitosos fracasos que lo han convertido en lo peor del cine y la televisión comercial americana en los últimos años.

Ni hablar de “Us”, una alegoría racial y crítica de clases falta de ritmo, inconexa y donde como ya se venía dando en “Get Out”, incapaz de encausar su principal pretensión: la combinación de comedia negra con el suspenso, mismo vicio que se viralizaría en su burdo remake de “La Dimensión Desconocida”, donde cada capítulo es más malo que el anterior.

Es molesto (e irresponsable) escuchar y leer a críticos que justifican a Peele y a su “Nope” comparándola con el “cine de superhéroes” y asegurando que al menos tenemos una propuesta comercial “mejor” que las de Marvel o DC ¿En serio? No solo el hecho de compararla directamente con esa calaña de entretenimiento reciclada demerita de manera inmediata su obra (lo cual es una contradicción para los que intentan defenderlo), sino que también denota una escaza exigencia actual por narrativas, argumentos y construcciones de personajes, ya no digamos de calidad, sino al menos decentes, cosas de las que carece Nope.

Aunque de cierta manera abandona por momentos su crítica socio – racial, en “Nope” Peele manifiesta todas sus fragilidades como guionista y director. En primera, todos sus intentos por dar un trasfondo a sus personajes son fallidos: desde la vacua relación paternalista hasta la inclusión forzada de un mono asesino para proponer una crítica al mundo del entretenimiento, pasando por la presencia de personajes que no aportan nada a la trama (el documentalista es risible) y hasta la propia explicación de la amenaza (más allá de que tiene hambre), el pobrecito cineasta aún piensa que está dirigiendo sketches de Comedy Central, basando el trasfondo de sus personajes en meros diálogos “chistositos” y escenas que pretenden resultar “impresionantes” para someter al espectador a otro de sus circos sensacionalistas sin pies ni cabeza.

Si acaso Peele quería utilizar los elementos antes descritos (y muchos más) como distractores de la trama, el problema es que ¡no hay trama!, sino tan solo un pequeño y burdo argumento en el que un ser intergaláctico en forma de sábana tiene hambre, y que si no lo ves, no te come. Digno material para un cortometraje o uno de sus capítulos mierderos de “La Dimensión Desconocida”, este momento se repite y se repite y se repite y se repite hasta el cansancio, dando a Peele la oportunidad técnica de incluir ciertos momentos de suspenso que apendejan al espectador, pero que no proveen de un desarrollo o evolución ni a la historia, ni mucho menos a sus planos personajes.

Thriller de ciencia ficción, con comedia, con suspenso, con terror, con acción, con toques de crítica al mundo del entretenimiento y valores o elementos del cine western ¿Alguien podría decirle a Jordan que combinar géneros y tópicos a lo idiota no lo convierte en la quintaescencia creativa del cine comercial? Mucho menos cuando tus personajes se estancan, no tienen una construcción adecuada, origen o destino (más que el demandar una foto a Oprah), y cuando tu criatura es básicamente una sábana donde su mayor terror – transformación va de convertirse en un círculo a un cuadrado. Increíble es pues, que en el mismo terreno, alguien tan mezquino y exagerado como Shyamalan, de cátedra a un Peele en cuestión de narrativa y manejo del suspenso, terror y comedia accidentada; o alguien como Guillermo del Toro, con todos sus defectos como guionista, se pueda mofar del “brillante” y creativo diseño de la criatura de Jordan ¡Esto si es comparable!

Las actuaciones solo son un reflejo de su mala construcción y dirección, siendo los hermanos protagonistas (Daniel Kaluuya y Keke Palmer) polos opuestos en cuanto a personalidad, que lucen acartonados y/o sobreactuados (según el momento absurdo lo indique) de principio a fin, dando una “Master Class” de como encausar un anticlímax hacía el final de la cinta, donde incluso el montaje de Peele, su lógica interna y hasta su percepción de tamaño y entorno es un poco más que patéticos.

Dos horas para tan poco, para tan nada, para repetir la misma secuencia con diferentes víctimas, quizá el cine de Jordan Peele si se pueda comparar con el de los “superhéroes”, con la gran diferencia de que Marvel y DC reciclan sus cintas pasadas, mientras que Peele se recicla así mismo en la misma película ¡Eso si es una dimensión desconocida! ¡Eso si es un terror narrativo! De los graves, de los alarmantes ¡Un vende humo!

Para acabar me gustaría darles la sinopsis, que resume perfectamente y sin necesidad de dar dimensión a ningún personaje (por qué no existe alguna):

Una sábana extraterrestre en forma de ovni va a un rancho y se come a todos los que voltean al cielo, una y otra vez, hasta que una chica negra y lesbiana la destruye usando un inflable. Fin

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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