Passengers: Absurda odisea romántico-espacial
No se puede negar que algunas veces las idas al cine están motivadas no por la premisa que sostienen las cintas, sino por el atractivo que significa ver a ciertos actores/actrices resaltar en pantalla, buscando solo un entretenimiento digno de pasar dos horas sentado en la sala (golosinas incluidas). El problema recae cuando ese entretenimiento sobrepasa las líneas de lo aceptable para pasar a ser totalmente absurdo, dejando, en lugar de una sensación de diversión, una de incongruencia que te hace dudar de la decisión tomada y el tiempo invertido.
Este es el caso de Passengers, película dirigida por Morten Tyldum (The Imitation Game), cuya trama gira en torno a Jim Preston (Chris Pratt) y Aurora Lane (Jennifer Lawrence), dos pasajeros de una nave espacial que viaja a un planeta lejano transportando miles de personas en cámaras de sueño y que extrañamente han despertado 90 años antes del tiempo pactado. Así, lidiarán con la soledad y el drama que representa esta peculiar situación en el espacio.
Uno de sus puntos a favor sin duda es su atractivo elenco: por un lado, Lawrence es una de las mejores y más rentables actrices de los últimos años; por el otro, Pratt es un carismático actor que se ha ganado el cariño del público con blockbusters como Jurassic World y Guardians of the Galaxy. Esto nos haría pensar que al menos la cinta nos debe mantener con los ojos en la pantalla (guiño). El problema se encuentra en que la narrativa de la historia se vuelve tediosa y larga pasada la hora de duración, pues se encuentra repetitiva y sin emoción, esperando esos momentos de acción/clímax que resultan decepcionantes al contar con una predictibilidad de niveles impresionantes.
Llamada por algunos “el Titanic en el espacio”, yo mejor la describiría como una especie de adaptación de las novelas de Nicholas Sparks, esto porque el romance resulta poco emocional y más absurdo, volviéndolo incómodo no para la vista sino para el entretenimiento que supone un relato de ciencia ficción en la que finalmente todo parece demasiado bueno para ser verdad. Lo que en un principio podía aparentar ser una premisa poco tradicional, pasa a ser poco seductora y convincente ¡en tan sólo 15 minutos! Derivándose en un desarrollo que se siente pesado y muy largo hasta llegar a la esperada pero nada fascinante conclusión.
Ni siquiera los buenos atributos de Chris Pratt pueden salvar esta cinta de irse a ser incluso una de las peores del año. Un intento fallido de crear un romance memorable y conmovedor fuera de este mundo (literal) pero rezagado por una narrativa que parece forzada y melindrosa, dejando claro que el elenco no hace a la película.
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