Películas para ver con Papá: Thor
Si tu padre ni tú no están para dramas densos ni para cuestionar los hechos de su vida ni el como te ha criado y tu como hijo no haz correspondido a su amor, pero de vez en cuando necesitan un poco de drama envuelto en toneladas de CGI, malos chistes y mucha acción palomera para conectarse a un nivel emocional, aquí les tenemos una excelente opción a cargo del siempre correcto Kenneth Branagh.
Thor (2011) es una buena opción ya que a diferencia de la mayoría de los superhéroes quienes por alguna vicisitud, carecen de padre, madre, perro, hermano o algún miembro importante de la familia; en esta ocasión no es el caso ya que se cuenta con la “familia natural” completa, esto quiere decir que la clásica tragedia de el crimen o el accidente que me arrebató a mi inserte familiar favorito ya no está y la historia debe seguir por otro lado. Pero aún así la cinta logra sobresalir (al menos de su terrible secuela) al centrarse en la dinámica familiar como el eje gravitacional del relato para por lo menos hacer más disfrutable semejante bodrio. En esta cinta se revuelve en dos escenas pivotales que son las que marcan el ritmo del cuento y son las siguientes:
Thor debe aprender la lección, no sólo se le quitan sus poderes, su título y su preciado martillo, sino que es enviado a la Tierra para aprender sobre la humildad. Como todo un mirrey que le quitan su platino card, como a un nini que lo obligan a trabajar de godínez, esta escena representa el castigo y primer verdadero obstáculo para nuestro héroe. En si la escena es interesante por dos factores, la gran habilidad de Anthony Hopkins para apropiarse de los papeles y la casi nula pericia de Chris Hemsworth para actuar.
De aquí se desprenden momentos en los que vemos los problemas de Odín para criar a sus hijos y lidiar con detalles como el que Loki es el hijo de uno de los gigantes de Hielo, detalle que se sale de control y desata la conocida lucha entre hermanos para agradar a su estricto padre, aunque deba destruir un mundo para lograr una sola palabra de aceptación.
Eso nos lleva al momento en donde Hércules decide sacrificarse por Meg… digo Thor decide sacrificarse para calmar la ira de su ambicioso hermano y así poder salvar a la mujer que ama y a sus amigos, hecho que nos lleva a la segunda escena importante de la cinta:
De aquí todos sabemos que pasa, Thor regresa a enfrentar a su hermano para detener sus locuras, pero es el Dios Padre de todo quien pone orden a esta disputa, quien de manera cruel le dice a su otro hijo: Eres adoptado por eso no te quiero.
Si bien esta cinta no pasará de ser un gusto culpable, es de aplaudirle al Sr Kenneth el haber encontrado la forma de vendernos esta franquicia por medio de un drama sumamente explotado pero que no deja de perder vigencia en donde dos hijos luchan por la aprobación de su estricto padre y como parábola bíblica en cuento vikingo, la resolución llega de una manera no muy agradable para todos.
Cheers!