Pinocchio: Una versión de madera decente

Pinocho es uno de los cuentos clásicos de mayor impacto mediático, así que era de esperarse que en un época donde parece que el síntoma de falta de creatividad está en su pico más alto de contagio, algún productor hambriento de dinero buscaría realizar una versión de la historia del muñeco de madera. Para la sorpresa de muchos el primero en animarse fue Italia de la mano de Matteo Garrone, un cineasta de mediano perfil que buscará revivir al personaje, mientras marca una línea de estilo con respecto a las versiones futuras de los Ángeles California.

Estilo neorrealismo italiano.

Lo más destacable de la película es el estilo neorrealista italiano que visualmente marca una pauta con respecto a otras versiones de Pinocho, la combinación entre fantasía y realidad le viene bien a la cinta, y hace bastante sentido con la crudeza del cuento original.

A nivel estético este estilo permite la licencia de que la mezcla entre lo grotesco, barroco y lo tierno puedan caber en un mismo encuadre sin el miedo de que uno no termine de encajar con el otro.

La licencia surrealista a nivel narrativo permite que los momentos bizarros de la cinta sirvan como mini-fábulas o figuras metafóricas para expresar la premisa central de las consecuencias del mal comportamiento de un niño malcriado o maleducado (un mensaje que a nuestros queridos centennials no les vería nada mal), por lo que se siente bastante adecuado que la historia intenta basarse lo mas cerca que le permite el lenguaje cinematográfico a la original gracias a este tono.

Mucha gente alaba el maquillaje de la cinta, pero creo que pocos han destacado la excelente fotografía de la película, que maneja planos que si bien puede ser sencillos, el encuadre encaja perfectamente con el lenguaje visual. Otro detalle es el diseño de producción, a pesar de no tener los grandes presupuestos, el director Garrone ha hecho un excelente trabajo para adecuar la historia a la época original del cuento.

Pero el problema de Pinocho viene a través de tres vertientes

Ritmo de tronco

Una película puede carecer de ritmo por dos motivos; el primero es narrativo y se nota cuando el guion se está desenfocando del punto central de la película y empieza a perder el tiempo más en la construcción del universo o en los hechos poco importante que en el objetivo principal; la segunda es a nivel visual, cuando la transición de fotogramas es bastante tosca generando que más que te estén contando una historia, te están contando una serie de historia o de sucesos completamente inconexos. Pinocho tiene los dos problemas, por un lado el guion pierde demasiado tiempo en un momento que poco aporta al desarrollo del personaje y en los momentos de evolución de este niño malcriado son contados de una forma rápida, un ejemplo es que el objetivo de que Pinocho quiera ser un niño de verdad se diluye y tiene poco peso.

Agradezco que por lo menos la cinta se esmeró en darle los méritos al personaje más por un trabajo o un cambio interno que por el poder de la magia, pero este debió ser el foco central de la historia.

Por el otro Pinocho tiene una pésima edición, por lo que no hay una conexión entre los actos de la cinta, sintiéndose más una colección de momentos de una marioneta que cobra vida.

El poder de la magia

No estoy en contra de utilizar ese estilo, pero cuando utilizas el surrealismo para forzar ciertos aspectos de la trama y utilizar conveniencias argumentales para llegar a los puntos centrales de la historia lo considero bastante flojo. Un ejemplo de esto es al principio donde prácticamente sin cuestionarse por qué sucedió, Gepetto parece que está esperando que Pinocho cobre vida sin cuestionarse los motivos o incluso atribuirlo el hecho de algún misticismo, momentos como este hay varios en la película donde la fantasía justifica las conveniencias (luego nos quejamos de que Disney usa este tropo, pero cuando lo vemos en una película europea lo pasamos por alto porque simplemente es “diferente”)

El niño “actor”

El niño actor de Pinocho hace un papel decente a mediocre, la conexión con el personaje llega mas por la participación de los secundarios. Sentimos empatía por Pinocho gracias a la excelente actuación de Roberto Benigni como Gepetto, sentimos miedo o angustia de lo que pueda pasar por lo actuaciones de Massimo Ceccherini como The Fox o de Pocco Papaleo como The Cat.  Podemos quizás que sea por su etiqueta de niño actor que toda la producción termina por cargarlo en brazos, pero vamos, hemos vistos a infantes realizar mejores actuaciones en otras producciones por lo que no es justificación.

Calificación

Guión: 2.2 Se le da esta calificación por la utilización del neorrealismo, sin embargo, el que la historia pierda por momento el foco central de la trama y abusar del surrealismo para justificar ciertos puntos le resta calificación

Dirección: 2.6 Buena fotografía, buen ensamble de todos los elementos de producción el único problema es el ritmo

Actores: 1.5 Todos cargan a Federico Ielapi

Extras: 0.5 Elementos de producción de mucho valor

Calificación: 6.8 Regular

Aunque el estilo de Pinocho es destacable, los problemas de escritura y de edición terminan por convertir a lo que pudo ser una película buena a una decente. Creo que la vara no es tan alta, pero conociendo los últimos desastres cinematográficos de Zemeckis, y la escritura floja de del Toro, podría ser que la versión italiana sea la mejor de los últimos 5 años

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Acerca del autor

El Cine Actuario   @maxpower_ar?s=09   facebook.com/dvclocblog

Actuario/Economista, Amante del Cine, Devoto de Dios, Intuitivo, Curioso, Rockero de corazón, Fanático de los Libros y del deporte de las tacleadas, quesero, colchonero, diablo rojo. "Las estadísticas son la forma en que las matemáticas cuentan las historias" "El arte es una ciencia y el trabajo del critico al igual que el del investigador es exponer sus axiomas y teoremas al mundo" "Estar de acuerdo, en no estar en desacuerdo es saludable"


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