Placeres Culposos: La Nave de los Monstruos de Rogelio A. González
Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana…
¿Qué dijeron queridos lectores? Aquí viene otro Cinescopio amargado a despotricar en contra de la nueva película de Star Wars ¡Pues no! Su atento y seguro servidor, prefiere ponerse nacionalista y traerles el comentario de uno de sus interplanetarios gustos culposos hecho en México: La nave de los monstruos.
Las venusinas Gamma (Ana Bertha Lepe) y Beta (Lorena Velázquez), emprenden un viaje a través del universo con la misión de encontrar ejemplares masculinos que suplan a los que han muerto en su planeta a causa del mal atómico. Una falla en la nave espacial provoca que desciendan de emergencia en la tierra, un lugar en donde el robot Tor les advierte que sus habitantes son seres que no saben lo que quieren y solo buscan destruirse unos a otros. Para su buena suerte, el primer humano con el que se topan es Laureano (Eulalio González “Piporro”), el mentiroso del pueblo.
Haciéndole creer que son integrantes de un circo, las frondosas alienígenas le preguntan si hay otros hombres en el pueblo, a lo que responde que sí, aclarando que él es “de lo mejorcito que hay”. Después de haber sido petrificado unos instantes por las venusinas, Laureano despierta pensando que todo fue una alucinación. Más tarde para sorpresa del norteño y su hermanito Chuy, se presentan en su sacrosanto hogar buscando alojamiento ¿Y cómo decirle que no a semejantes monumentos galácticos? Ahí sale a colación el tema del amor, sentimiento que las dos visitantes dicen desconocer, ante la incredulidad de Laureano; y si no saben qué es un beso mucho menos conocen todo lo demás. Pero para eso está el mexicano, para explicarles – con una canción, no sean mal pensados- en qué consiste el amor. Rendidas caen a los pies del norteño simpaticón y cantarín quién más tarde será la manzana de la discordia que ocasione todos los enredos.
Queridos lectores, ustedes se preguntarán ¿Y qué papel juegan en la película los monstruos del título? Pues verán, se supone que también son unos especímenes masculinos que capturaron en otros planetas y que servirán para repoblar Venus ¡Hágame el canijo favor! ¿Cómo piensan usarlos? No se sabe, porque de entrada no tienen aspecto humano. Absurdo y sin ningún sentido, hasta que Beta que guarda un as bajo la manga decide usarlos para otra cosa.
La película de Rogelio A. González con argumento de José María Fernández Usaín, es una combinación de comedia ranchera/película de ciencia ficción clase B, con escenografías de cartón piedra y monstruos de hule incluidos, lo que lejos de convertirla en un bodrio funciona para hacerla más chistosa.
Rogelio A. González fue un director que abordó todos los géneros, desde las cintas de charros hasta los melodramas urbanos. En lo referente al cine fantástico realizó Dos fantasmas y una muchacha, El conquistador de la luna, y una de las mejores cintas mexicanas de humor negro, El esqueleto de la Sra. Morales.
A simple vista, La nave de los monstruos es una especie de parodia de las películas de ciencia ficción gringas que abundaron en los años cincuenta; por ejemplo, El día que la tierra se detuvo de Robert Wise. Sin embargo, también es una comedia que retrata una fantasía muy socorrida por el mexicano promedio, la cual consiste en que un día se le aparezca una mujer de buenísimas proporciones para pedirle que le haga “el favor” y si se lo lleva a otro planeta, isla o cualquier lugar en que lo necesiten para poblarlo de nuevo, él simplemente se ponga flojito y cooperando.
Eulalio González “Piporro“, locutor, actor y cantante brilla con luz propia en el papel protagónico causando gracia con solo escuchar su tonito norteño. Muy adoc, la picardía de sus frases que, aunque medio subidas de tono para la época, no son de mal gusto. Lo que es un verdadero deleite visual son las venusinas; como la heroína está Ana Bertha Lepe, ganadora del tercer lugar en un certamen de Miss Universo y en el rol antagónico, Lorena Velázquez, actriz que desbordaba sensualidad tan solo con esa mirada felina que derretía a más de uno, incluyéndome. Ambas vistiendo provocativos atuendos, con peinado y maquillaje de salón, que las hace parecer más modelos de pasarela Totalmente Palacio que seres venidos de otra galaxia.
Así las cosas, yo nomas espero que si un día las venusinas aterrizan en mi México, lindo y querido, sean igualitas a las de ésta película, para que antes de destruir el mundo se avienten conmigo un taconazo.
5 Comments
Aunque la batalla final cae en los momentos más absurdos y divertidos, creo que uno si se queda diciendo solo una palabra al final….
AAAAJUUUUUUUUUUUUAAAAAAA!!!
Me queda duda. Cuanto costaría realizar está película en su tiempo?. Que ganancias tuvo ? Que impactó tuvo en esa época? . Viendo la película en cuestiones técnicas tuvo muchos efectos especiales para su tiempo. Saludos
Robots of the past. It looks so funny.
También es una comedia que retrata una fantasía muy socorrida por el mexicano promedio.
Fotos tan hermosas! Me gustan las fotos en blanco y negro.