Planet of the Apes: De la Peor a la Mejor Película
El Planeta de los Simios de 1968 no solo fue un parte aguas del cine de ciencia ficción, sino que fundó una escuela narrativa que aún en la actualidad es una de las sagas mejor valoradas por la crítica y la audiencia (a pesar de sus cabizbajas entregas intermedias) en un lapso de tiempo que abarca casi ya 60 años. Su atropellada producción y consecuente éxito permitió que las productoras revalidaran al género al grado de ser la punta de lanza para la confianza en proyectos como Star Wars y Alien, desatando secuelas, líneas de juguetes, comics y hasta caricaturas, todo un mercado y escuela comercial hollywodense que se ha aferrado como los propios simios a la supervivencia (fueron anunciadas, tras el éxito crítico de “Kingdom of the Planet of the Apes”, otras 5 entregas que suponen cerrar el ciclo con un remake de la cinta de 1968).
¿Pero cuáles han sido las claves del éxito de esta civilización? En primer lugar hablamos de una de las mejores adaptaciones del género. A pesar de que en la novela original de Pierre Boulle (también autor de The River on the Bridge Kwai), la acción no transcurre en la Tierra sino en un lejano planeta donde los simios viven en una sociedad mucho más moderna, por motivos de presupuesto los guionistas optaron por representar una civilización más primitiva, encausando así uno de los mejores giros de tuerca en la historia del cine, tan devastador como sorpresivo.
En segundo lugar, El Planeta de los Simios estableció en su trama un complejo contexto social que abarcaba críticas hacia el racismo, las ideologías espirituales y políticas, haciéndola un film vigente aún en nuestros días gracias a la sensata proyección de los mencionados conflictos; tanto el argumento como su desarrollo esconden circunstancias perturbadoras que infringen la sociedad moderna al ser un estatuto de ciencia ficción sobre la corrupción, falta de valores y el ocultamiento de la verdad. Finalmente nos encontramos con una saga llena de simbolismos y auto homenajes que persisten ahora en la renovada saga: Como la figura – deidad del César , el resquebrajamiento de la humanidad a través de la ciencia, el elemento de “el elegido”, la evolución y el reinicio de las civilizaciones desde sus etapas más primitivas.
Una de las mejores sagas de ciencia ficción y aventuras de la historia, repasemos todas las películas de la franquicia compuesta por 10 films y un “loop” narrativo que esperemos conecte, como todos sus fanáticos esperan (incluido su servidor), con las cinco siguientes entregas ya confirmadas.
Vamos de la peor a la mejor.
Battle For the Planet of the Apes (J. Lee Thompson, 1973)
Prácticamente esta fue la encargada de sepultar al simio por casi 30 años. Una cinta sumamente desafortunada no solo por su horrendo montaje e impresión de ritmo, sino también por que fracasa en establecer el “loop” entre esta y la cinta original del 68, cuando César y Aldo (gobernante y jefe militar simios) tomen distintas decisiones frente al futuro de los humanos supervivientes. Como datos narrativos curiosos, para la segunda y actual saga, esta sería la base para la construcción entre el conflicto de César y Koba, principalmente para el guion de “Dawn of the Planet of the Apes”. Una película muy mal dirigida, actuada y con un interés nulo, incluso peor que la siguiente
Planet of the Apes (Tim Burton, 2001)
Burton siempre se refirió a este fracaso como una re imaginación de la novela de Boulle y no como un remake del 68, incluso queriéndola llamar originalmente “El Visitante”. Aunque su polémico final propositivamente se hizo para que no tuviera ningún sentido, Burton lo quiso así para tratar de amarrar y encausar secuelas y justificar así el absurdo “giro” ¿Pueden imaginarse la magnitud de desvergüenza? Gracias a César no hubo tal y el proyecto se vino abajo gracias a la decepción unánime. Un dato muy mono es que, para ayudar en las actuaciones, se contrató a un experto en comportamiento de simios del Cirque du Soleil para abrir una literal “Escuela de Simios”, quizá lo más destacado del film junto a las caracterizaciones y actuaciones de Roth y Bonham Carter.
Conquest of the Planet of the Apes (J. Lee Thompson, 1972)
Para este punto, la saga ya se había ido al carajo y al inframundo del cine serie b, con una producción paupérrima que se sostenía de cierta manera aún por el interés de la historia de Zira, Cornelius y por supuesto el hijo libertador de estos, César. Es en esta película donde la autodestrucción humana se haría presente para dar paso a la evolución del simio, y donde a partir del esclavismo de los changos evolucionados, comenzaría una revolución que llevará a esta raza a apropiarse de la civilización. Nótese que esta sería la base narrativa para la construcción y guion de la primera de la nueva saga, Rise of the Planet of the Apes, centradas en el origen de César y la evolución del simio
Beneath the Planet of the Apes (Ted Post, 1970)
Un incremento absurdo en la trama futurista donde se incluirán como principal amenaza a humanos supervivientes y subterráneos con poderes de telequinesis. Aunque es notable que la saga quería sobrevivir con la repetición argumental de su primera (incluyendo la incrustación de un giro narrativo forzado, pero impactante), la dirección de Post y la pereza de los actores “humanos” sería clave para su desafortunado desarrollo. Un montón de buenas ideas mal ejecutadas, su principal factor reflexivo y alegórico alrededor de la auto destructiva naturaleza del humano se difuminaría por sus incansables ganas de impresionar de nuevo al público con otro “gran” giro de tuerca, uno quizá impactante, pero también muy forzado
Escape From The Planet of The Apes (Don Taylor, 1971)
A partir de la destrucción del planeta, Zira y Cornelius viajan al pasado para ser considerados celebridades y consecuentemente una amenaza para la raza humana (debido al nacimiento de su hijo César). Esta historia (que incluso por momentos contiene elementos que la hacen parecer una influencia para Terminator), fue de manera irónica la que significó la debacle de estrellas y poder mediático para la saga, y es que a pesar de ser mejor que su inmediata predecesora, las ideas dramáticas lucen progresivamente desgastadas en lo que fue una dirección muy mal ejecutada por parte de Taylor. Vale la pena por las implicaciones sociopolíticas que contiene su libreto, además que Roddy McDowell y Kim Hunter logran quizá sus mejores participaciones
Kingdom of the Planet of the Apes (Wes Ball, 2024)
Kingdom of the Planet of the Apes es una digna secuela. No tiene la emotividad ni la fuerza narrativa de la previa trilogía, pero evoluciona el universo y el folclor, expande la mitología y crea una analogía social y religiosa interesante alrededor del mito de Cesar. Quizá el factor humano y un poquito de exceso de metraje sean sus principales enemigos, pero ambos son errores previsibles dada la evolución de Wes Ball y del villano por excelencia de esta saga: el traicionero hombre. Ball imprime una reflexión social clave que la distingue de entre todas las demás de la saga, y esa es la manipulación de la ideología “religiosa”, así como un interesante contexto histórico que sirve como alegoría a la llamada “edad de hierro”. Bienvenidas sean cinco más
Rise of the Planet of the Apes (Rupert Wyatt, 2011)
La fabulosa reinvención argumental de la legendaria cinta de ciencia ficción dio como resultado no solo una de las mejores trilogías del género, sino también un sustento narrativo con gran lógica interna que sirvió propositiva o accidentalmente como el perfecto trasfondo de aquella escena con la estatua de la libertad. El nacimiento del libertador simio viene acompañado de un thriller de aventuras con toques corporativos y aspectos paternalistas que acercan y hacen que el espectador cree una empatía hacía con el simio, y no con el humano, objetivo de la cinta y que se cumple con creces sobre todo al analizar el vínculo “humanizador” del homo sapiens, concepto rector que perdura en este nuevo inicio y franquicia
Dawn of the Planet of the Apes (Matt Reeves, 2014)
De ser un parteaguas, el simio cayó en una involución de 4 décadas. Místicamente en este retroceso como especie el relato se reestablecería gracias a la evolución de los efectos y la clara deshumanización, bases del mito que como precuelas brillantemente resurgieron la leyenda del César, uno de los personajes más complejos del género y que ven con este “Amanecer” su consolidación como también una figura inolvidable del cine y de la cultura pop. Más allá de una más atractiva, mejor actuada y desarrollada narrativa que “Rise”, la evolución del capture-motion hizo posible que estos simios expresaran emociones más humanas que los propios humanos, simbolismo que llevaría a nuestra extinción
Planet of the Apes (Franklin J. Schaffner, 1968)
Un parteaguas para el género, la mitología del simio se convertiría en una especie de separador de épocas al terminar con el monstruo y el extraterrestre destructivo y dar inicio a una etapa de mayor complejidad con giros de tuerca “dimensionalmente” emocionales. Tal vez pudieron haber existido otras obras, sin embargo en aquel tiempo ninguno con la calidad necesaria que requiere esta lista que esta metáfora social en cuanto al maltrato animal y/o de minorías, la extinción de recursos, la naturaleza auto destructiva del ser humano y la creación de regímenes autoritarios que mantienen secretos para conservar la paz y evolucionar utópicamente ¡Ayúdanos Dr. Zaius!
War for the Planet of the Apes (Matt Reeves, 2017)
El punto más alto (hasta ahora) de una de las mejores sagas de ciencia ficción se convierte también en el eslabón que embona a la perfección con la saga – filme original. Reeves comprende el mito del simio y lo enriquece con elementos espirituales, metafóricos y argumentos que proveen de lógica y de un intenso tono dramático al relato. Cabe destacar dentro de este “Drama del Planeta de los Simios” la importancia de Andy Serkis como César, sin embargo, será aquí el factor humano el que otorgue el punto clímax de la franquicia cuando en manos de un gran villano se materialice la transición hacía el control total del simio, específicamente en una secuencia tan desgrarradora como clave para la historia del género