Presentando… México Libre
Así cómo hace unos meses por medio de ésta plataforma decidí hacer la presentación de mi primer cortometraje, Cruce de Caminos (el cuál se está reeditando para que refleje más la visión origninal que tenía del resultado final) ahora es turno de México Libre, idea concebida dentro de una dinámica cinematográfica llamada Kinolab en la que en un periodo de tiempo de 3 días se tiene que escribir, grabar y montar un cortometraje para su presentación inicial al 4to día.
El argumento del cortometraje es menos ambiguo y obtuso que Cruce de Caminos, por lo cuál me parece innecesario y hasta contraproducente contar su historia por escrito, y es un cortometraje de poco más de 8 minutos, así que invito a cualquier interesado a verlo por medio de Vimeo en el siguiente enlace:
Me llena mucho de orgullo decir que a pesar de los errores a los que nos tuvimos que enfrentar en producción y postproducción, el resultado final es una mejora sobre la visión que tenía de la idea original. Y me sorprende lo que se puede lograr en 3 días cuando todos los involucrados en el cortometraje, así sean menos de 5 personas, están comprometidos con una idea hasta el final. La versión que se proyectó en el 4to. día sólo tuvo como diferencia una mezcla de audio menos limpia y una corrección de color no tan cuidada, pero ninguno de éstos factores afectó en realidad debido a que la potencia del vídeo está en su composición, y en sus ideas.
La concepción creativa inicia en un principio que me resultó muy útil, eso es que un cortometraje debe de tener un “remate” en sus conceptos, deben de ser ideas simples que hagan su discurso por medio de situaciones extremas, de lo contrario es muy difícil presentar un punto de vista. El “remate” en cuestión es la faceta ignorada de una revolución fallida, la naturaleza caótica y repetitiva de los movimientos sociales, y hasta qué punto llega el límite de la convicción del mexicano, en dónde se encuentra ese “punto de quiebre” de su espíritu.
Para radicalizar una historia así de simple, también decidí emplear una cámara claustrofóbica, asfixiante, distorsionada, periodística, entre la multitud, cuando nuestro personaje protagonista aún no está preso. Y una cámara más libre y complentativa, texturizada y consciente, cuando nuestro personaje está dentro de la celda. Éste contraste de las formas con su contenido me parece ahora en retrospectiva una decisión imprescindible para que el proyecto lograra salir adelante, así como un reflejo del estado de consciencia errado y agresivo del protagonista del cortometraje. Nunca se perdieron las ideas visuales que me había dado David Álvarez (mi compañero de equipo y el único que conocí en Kinolab que tuvo fe en lo que quería hacer) y la libertad estética que se tuvo con el proyecto me parece uno de sus puntos fuertes (los manifestantes eran unos desconocidos que habíamos encontrado en un parque a dos cuadras de la calle en la que se filmó el cortometraje, les dijimos que el rodaje iba a durar 30 minutos y terminó durando más de 1 hora). Quería que la agresividad y los contrastes estuvieran presentes hasta en la paleta de colores, un “exceso de verdad” que sugiriera una narrativa periodística en su presentación, que progresivamente se vuelve cada vez más subjetiva conforme progresa el corto.
La mezcla de audio y la música (hecha por un servidor 3 horas antes de su presentación) también me pareció indispensable para un proyecto así. Sin música ésto no hubiera funcionado, es así de fácil, y si bien la sección de guitarra sólo consiste en la repetición de 2 cuerdas por varios minutos, el hecho de éstar en contra de tu propia voluntad encerrado va de la mano con ésta idea de la repetición que lentamente se va distorsionando cada vez más. Y las grabaciones y efectos que reflejan una llamada telefónica me parece ayudan a reflejar los pensamientos del personaje dentro de la celda (para que éste no sea un robot inexpresivo) y a mostrar el vacío en su desconexión con el mundo. Ésta es una historia contada al final de cuentas, en primera persona, motivo por el cuál nunca entendémos ni se supone que entendamos las motivaciones del comportamiento del cuidador de la celda, porque al entenderlas nuestro personaje deja de estar sólo en su viaje interno dentro de aquella cárcel clandestina, con 2 personajes la esperanza se vuelve un tema situacional, pero con 1 sólo, alienado, que no comprende lo que sucede a su alrededor, la esperanza es algo que se limita a su propia integridad como individuo.
El mexicano tiene una revolución interna dentro de sí mismo, pero también un vacío, una soledad causada por su propia condición como ciudadano consciente de la situación de su país. La única solución a los problemas de éste país se encuentra en la acción radical, en la agresividad y el golpe fuerte hacia el núcleo de nuestras instituciones como un motor de cambio, destruir el árbol de las instituciones políticas desde su raíz, pero… ¿Cuándo la mejor solución posible no funciona, cuál es la alternativa? A lo cuál el protagonista de nuestro cortometraje responde en el plano final del cortometraje de manera muy concisa y eficaz, la alternativa para la solución de los problemas de éste país sólo es un segundo intento.