Qué ver y qué no ver en Netflix
Buen viernes a todos. Gracias por volver a este abrevadero de recomendaciones para que usted tenga manga ancha en Netflix. Una disculpa porque la semana pasada le quedé mal, pero ya sabe cómo es la vida de caprichosa, uno pone y otros disponen. Rogando a dios que los de nóminas se apiaden de nuestros corazones y depositen, aquí le dejo su recomendación. Si pagan, acompañe su película con una dotación de cervezas y botanas. Si no, pues por lo menos tenemos salud.
Sin más, vámonos a lo que nos truje, lo que usted debe y no debe de ver.
La buena
Her es bella, la cinta interpretada por Joaquin Phoenix y la voz de Scarlett Johansson es una oda a un tiempo futuro que cada vez se nos acerca más. Enamorarse en estos tiempos se convierte cada vez en una auténtica actividad de alto riesgo, de eso ni duda cabe. Pero si a esto le añadimos que existen personas a las que se les dificulta abrirse, y que suelen sentirse más cómodos en soledad, entonces, enamorarse de una voz que sabe qué decir en todo momento, que nos hace reír y que está ahí para ordenarnos la vida, resulta fácil. Aunque sepamos que es un sistema operativo.
Más allá de la historia, el preciosismo de Her, radica en su fotografía, en presentarnos esa ciudad con aires asiáticos pero que no se alcanza a definir, en el uso del color como exponente de sentimientos y en un par de melodías que resultan como sacadas de un cuento de hadas.
Para aquellos que alguna vez tuvieron una relación con alguien del ciberespacio, la relación entre Samantha y Theodore, no les resultará extraña.
¡Véala!
La mala
Ricardo O’ Farrill y sus “abrazos” me resultan tan repugnantes como aquellos que se reciben de la persona que nos cae gorda, de la hipócrita o de un exnovio. Su Stand Up me resulta insoportable, sobreactuado y sin chiste. ¿Sabe por qué? Se lo había dicho antes con la que podríamos denominar, su contraparte, Carlos Ballarta. Quien hace gala de un humor negro pero muy creíble. Lo que pasa con este niñito “Richie” es patético.
Ya sea que vea su Abrazo Genail, Abrazo Navideño o cualquiera de sus intentos de estrechar, resultan malos, con un humor que uno en lugar de reír, quisiera subirse al escenario y decirle: “Mijito, mejor bájate del escenario y ponte a chingarle de verdad.”
Haga de cuenta que está viendo a un juniorsito haciéndose el chistoso con pensamientos pendejos, burlándose de todo lo que se le pone a modo, pero con ningún sentido verdadero. De veras, un horror en el mundo del Stand Up. Haga de cuenta que es una Sofía Niño de Rivera, pero más castrante y en hombre. ¡Horror!
¡Evítelo!