Ready or Not: Sangriento y tóxico matrimonio
Lo primero que usted debe de tomar en cuenta para el disfrute de este film es saber que no estamos ante una cinta de terror, pues contrariado a la pésima traducción y vendimia al menos en el mercado latino, Ready or Not (Boda Sangrienta) es en realidad una comedia negra que combina horror, suspenso y pizcas de gore para encausar una hilarante metáfora sobre uno de los más conocidos y reales miedos en la sociedad actual: el matrimonio.
Sin duda una de esas gratas sorpresas que ya no son tan comunes hoy en día entre tanta corrección y bodrio de manual, su concepción irónicamente parte también de un par de chistes: las carreras de sus directores, Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, los cuáles aceptaron su ineptitud y fracasos previos para burlarse de sí mismos y renacer como aves fénix, resultando en una sátira de género que resulta por momentos siniestra y muy entretenida.
Partiendo de una premisa satánico – fantástica, el primer valor del film es el establecimiento de la atmosfera y la rápida pero efectiva presentación de sus personajes, pasando ágilmente el prólogo para la consecuente cacería de la novia por parte de una familia que le debe al diablo uno que otro ritual para mantener su pacto y preservar el estatus de su familia a través de 4 generaciones
En una analogía relacional fresca y que incluso funciona mucho mejor que la inconexa y pretenciosa Midsommar, el libreto también sorpresa de otro par de parias (Ryan Murphy y Guy Busick) nunca deja de lado dentro de esta sangrienta odisea su motif principal y la psicología familiar que se desprende del mismo: Hijos afectados por las actividades paternales, matriarcado y consecuentes “mommy issues”, la relación y aceptación de la nueva pareja que parece irrumpir y afectar las costumbres en el núcleo, y como todo buen círculo tóxico, la confirmación de nadie podrá romper o superar la “unión” y los traumas “familiares”. Todo esto repito, visto desde una exacerbación siniestra y cómica de atractiva idea y mediana ejecución.
Obviamente la inutilidad narrativa no se borra de un día para otro y menos cuando viene en “doublé pack”, por lo que dentro de su fugaz relato, rápido desarrollo de conflicto y clímax de mayor suspenso de acuerdo al manual, los directores incluso dentro de sus 90 minutos presentan momentos de interrupción, aletargando su trama y cayendo en redundancias que, si bien quieren establecer como elementos cómicos de repetición, al final no resultan ser tan funcionales como se pretenden. Errores de ritmo y de dirección manchan la idea, pero no lo suficiente para que el resultado general sea realmente divertido para los dos tipos de audiencia: los que disfruten de la comedia negra y los que gusten del horror con pieles rasgadas y muertes que parecen extraídas del show 1000 maneras de morir.
Así mismo mucho del goce visual y narrativo del film recae en su protagonista, una emergente y Samara Weaving, que combina la dosis exacta entre belleza y talento para incluso sobrepasar por lo que momentos se revela como un producto serie b. La realidad es que a pesar del buen entretenimiento la película le queda grande a la prometedora actriz. Completan reparto los rostros secundarios y conocidos de Adam Brody, Henry Czerny y Andie MacDowell, la cual vuelve a escena con más arrugas y con un personaje mucho más oscuro de lo acostumbrado.
Ready Or Not es la película que usted quiere ver este fin de semana para desconectarse del estrés. Sin llegar a ser el oasis del desierto dentro de ambos géneros, es un entretenimiento sano y sangriento con una analogía relacional atractiva y muy divertida; totalmente predecible pero aun así con un final – clímax muy solvente, emocionante y que puede dejar a más de uno con una grata sonrisa y sorpresa, créame que si usted anda muy jodido(a) con su pareja, novio(a) y/o esposo(o), unas buenas e incomodas risas quizá puedan ayudar a su relación tóxica.
P.D. Necesitamos más de Samara Weaving en nuestras vidas