Momentos Favoritos del Cine: Groundhog Day
Un día como hoy nace uno de los genios de la comicidad americana de la década de los 80’s y principios de los 90’s, Harold Ramis, productor, escritor, actor y director que quedaría inmortalizado en la imagen de Egon Spengler, el caza fantasma de los twinkies, y en 11 guiones que desembocaron en algunas de las comedias más memorables en la historia, una en específico, la que todo cinéfilo suele referenciar a la hora de mencionar, recordar y/o comparar el loop de un día: “Groundhog Day”, término incluso acuñado en la cultura popular americana para conceptualizar el efecto de la monotonía y la vida rutinaria.
Apodada como “Hechizo de Tiempo”, Ramis construye uno de los libretos más inteligentes y astutos de la época a partir del apogeo de la comedia “screwball”; partiendo del hastío laboral y personal de un reportero atrapado en una encomienda de cobertura por demás efímera, director y guionista se encargan de definir en un solo día el planteamiento de su encantador antihéroe, primer acierto para desencadenar la evolución, degradación y enseñanza del mismo durante las consecuentes repeticiones de ese mismo día dentro de un cuadro rítmico encomiable.
¿Cómo convertir un día en toda una existencia? Ramis confiere a su personaje de una natural evolución emocional sin forzar su estructura o cambio; el extraño suceso fantástico hace que Phil pase del extrañamiento y la angustia a una euforia, locura y desesperanza, para después ante la inminente aceptabilidad de su estado, considerar el endiosamiento, la resignación y el final encuentro con las mejores cualidades de su ser, solución al acertijo y mensaje principal del film que a pesar de ser multifuncional como cinta romántica, navideña, familiar, cómica, etcétera, no pierde su frescura y originalidad, conservando vigencia y culto a 24 años de su estreno.
Sin embargo el principal valor del film no es la constante alteración vivencial de su protagonista, sino las mismas situaciones y personajes con los que tiene que convivir día a día, las cuales mutan dependiendo del estado emocional del protagonista y con las que Raimi, Dios y artífice de este loop, juega a intercalar para así encausar la estructuración deseada en ciertos personajes y un ritmo de comicidad brillante.
Así mismo no hay que olvidar a uno de los pilares de esta comedia, el hasta ese momento socio artístico y amigo de Ramis, Bill Murray (se enemistarían a partir de este film, reconciliándose poco antes de la muerte del guionista – director), el cual provee a Phil de una identidad entrañable, tan odiosa como encantadora y abordada desde el mismo carácter de un actor al que nunca le ha costado un esfuerzo su labor, pues pareciera que todo papel es descrito y adepto a su ya conocida y difícil personalidad. Complementa el reparto una dulce Andie McDowell, una de las reinas del romance los 90’s que aquí luce en uno de los mejores papeles de su carrera.
Más allá del mensaje moralino, del tono screwball, de la comedia romántica, Groundhog Day funciona en varios y complejos niveles narrativos gracias a su catedrático guion, también repleto de simbolismos y detalles curiosos que incluso fungen como “accidentales” homenajes. Es sello del humor negro de Ramis la inserción de la canción “I Got you babe” como elemento disparador de la maldición cada mañana; así mismo el llamar a la marmota al igual que su protagonista funciona como una metáfora ligera de la rutina laboral y vivencial dentro de un pueblo que parece sacado de la imaginería de Frank Capra o del cine clásico de Hollywood de los 40’s.
Una de las mejores comedias en la historia, obra de un genio fugaz y causante del endiosamiento de la figura de Bill Murray, en el anterior clip podremos recordar y notar en donde reside la genialidad espontanea de este film.