Recomendaciones para escapar de la cartelera: 8 Directores “One Hit Wonder”
Amante del cine ¿Te gusta una película y no sabes ni quién la dirigió? ¡No te preocupes! No padeces de Alzheimer, pues solo quizá estés ante uno de esos casos raros de “One Hit Wonder”, donde te sabes todo: actores, historia, datos curiosos, guionistas, cuantos premios ganó y hasta la talla de ropa del protagonista, menos una cosa… el carajo director ¡Ese mero fulano(a)! ¿Quién era?
Por tal razón, en esta ocasión 8 de nuestros autores nos han dados algunas recomendaciones para escapar de la cartelera, enfocadas en películas que significaron el “One Hit Wonder” para algunos cineastas, algunos totalmente olvidables, y otros reconocibles, pero que viven de una sola gloria.
Recuerden, que si la cartelera apesta, cada mes en Cinescopia pueden acudir a sus recomendaciones que no fallan y así poder disfrutar de buen cine en la comodidad de su casa ¿Y sus “One Hit Wonder” cuáles son?
Oh Boy (Jan Ole, 2012)
Rozar los 30 años bajo la premisa de no tener ninguna seguridad en la vida salvo la honrosa y bella muerte, el hastío más absoluto del amor, la ruptura con ese gran pilar que puede ser alguno de nuestros padres y el absurdo más bello que es no poder conseguir una humeante taza de café, son el exquisito pretexto de Oh Boy, 85 minutos de la ópera prima del alemán Jan Ole en el que con una sofisticación excepcional y la clara influencia de directores como Woody Allen o Martin Scorsese , el humor oscila (como su propia fotografía) entre el blanco y el negro pasando por matices que hacen que el respetable logre conectarse, identificarse o por lo menos, creer en lo que está viendo.
Un Berlín que se despega de la imagen todopoderosa patrocinada por la Merkel, se presenta ante nuestros ojos como una tímida muchachita que se mueve al ritmo de acordes jazzeros que añaden ese toque tan refinado o canalla, dependiendo el momento.
Un drama que raya en lo cómico y que confronta la utopía del eternamente joven y despreocupado ser humano que sigue con fervor los mandamientos del carpe diem (aquí y ahora), con esa ansiada necesidad social que nos exige ser “alguien” en la vida.
Una joya fresca, natural y cero pretenciosa. Vamos, la muestra fehaciente de que no todo el cine europeo es tan de arte, aburrido o complicado.
Haga usted el favor de ver esta película.
The Machinist (Brad Anderson, 2004)
Descrita como un thriller psicológico, esta cinta le dio a Brad Anderson la bastante credibilidad como director americano, (no hablemos de reconocimiento pues el filme fue injustamente ignorado y además no es muy conocido) para después hacer otros tantos trabajos que esos sí… pasaron sin pena ni gloria. Lo notable de esta obra es su forma de encausarla, de tal manera que el espectador se mantiene al filo del asiento pues el enigma no es descubierto sino hasta el final, que es cuando todo por fin cobra sentido y nos incita a una inevitable segunda revisión.
La historia trata sobre Trevor (Christian Bale), un maquinista que lleva más de un año sin poder dormir, lo cual obviamente ha repercutido en él tanto física como mentalmente. Un extraño accidente en su trabajo desencadenará otra serie de extraños sucesos que parecen un acertijo el cual el protagonista debe sin duda alguna resolver. Una de esas películas imperdibles y cuya grandeza de dirección es plausible una vez descifrado el misterio, pues su capacidad de mantener al público con la incógnita es grandiosa. Probablemente la mejor actuación de Bale en su carrera.
Matrix (Lana y Lilly Wachowski, 1999)
Sinceramente yo no conocía nada de los Wachowski antes de MATRIX por allá de 1999. En su tiempo y por muchos años fue la película más revolucionaria en cuanto a efectos visuales y de sonido, llevándose los premios en los rubros de Edición de Sonido y Efectos Visuales en las ceremonias de los Oscares y los British Academy Film Awards.
¿Por qué era buena? Porque desarrolla la premisa del ‘what if’ de una forma que hasta entonces nadie lo había hecho, probablemente la que más se le acercase fuera la película ‘Dark City’ del director Alex Proyas. En su tiempo Matrix fue tan innovadora que el cine de ciencia ficción se convirtió en un antes y un después de esta película. Las técnicas empleadas para fotografiar la acción, los distintos tipos de cámaras innovadoras, las secuencias de acción tan bien elaboradas y desarrolladas, la filosofía y estilos de pelea, la dedicación de los actores para desarrollar y entrenar sus cuerpos para poder cumplir las exigencias físicas, todo se conjuntó armoniosamente para llevar a esta película a ser un verdadero hit de la ciencia ficción y la carta de presentación de sus directores-escritores.
Todos los detalles estaban cuidados, desde el vestuario hasta la música, todo compaginaba a la perfección. No podemos decir que la misma armonía existiese en sus secuelas pero al menos The Matrix fue única. De las primeras películas que al venderse el DVD incluían 5 CDs más de puro material adicional con una serie de comics generados por diversas técnicas, horas de material que explicaban a detalle cómo se habían filmado algunas escenas, juegos en línea con atajos que llevaban a más material extra en la red. Todo un hito.
Las actuaciones de todos fueron muy buenas, resaltando la de Hugo Weaving como el Agente Smith y Laurence Fishburne como Morpheus. Por desgracia los directores (en aquellos tiempos eran hombres) no lograron continuar con éxito su franquicia y se vieron arrogantes al darle explicaciones que muchos de los simples mortales que van al cine los domingos no pudimos o nos dio flojera entender en las partes subsecuentes, tan así que todos mentíamos aseverando que habíamos entendido la escena del Arquitecto cuando estábamos como todos, con cara que wtf?!
Sin embargo la arrogancia de las chicas (Ahora son mujeres transgénero) Wachowski no le resta méritos a esta cinta que es la mejor que han hecho. Posteriormente intentaron cosechar el mismo éxito con otras pero ninguna logró lo que Matrix y por ello es que estos directores son de esos que tienen un solo y único éxito y después se van apagando hasta desaparecer.
Falling Down (Joel Schumacher, 1993)
Director de las dos peores películas de Batman (o del cine en general), y con una filmografía que varía de lo mediocre a lo malo, Falling Down pareciera un golpe de suerte para Joel Schumacher, pero en realidad es una muy interesante y buena película con una clara intención de dar un discurso pertinente y presentar una simbología narrativa manejada con maestría.
El guion, sobre un trabajador promedio que tiene un ataque de ira contra la sociedad puede ser algo tanto serio como absurdo según como se asimile su historia, pero se vuelve ambos al ver la película. Hay un cierto tono de sátira, pero al mismo tiempo una exposición a los peores aspectos que han afectado a la sociedad estadounidense, causa del capitalismo y la globalización, y al mismo tiempo, un personaje principal (excelente actuación de Michael Douglas) que Joel Schumacher se encarga de construir y deconstruir sin desviarse de los acontecimientos, si no al involucrar un trasfondo personal en la progresión de la película que no termina por perjudicar su un tanto episódico arco argumental. Haciendo una obra muy redonda en casi todos los aspectos.
District 9 (Neil Blomkamp, 2009)
Si hablamos del burro que sopló la flauta y sonó por error tenemos al antes admirado y vitoreado Neil Blomkamp, quien sorprendió a propios y extraños con una excelente historia usando el recurso de falso documental donde nos narra un suceso increíble: Una nave espacial llegó sobre la ciudad de Johannesburgo en Sudáfrica y no hace nada, solo se mantiene flotando sobre la metrópolis de humanos confundidos que no saben qué hacer o cómo reaccionar ante este enorme suceso.
Blomkamp con un presupuesto casi de risa armó una película inolvidable de lo más rescatable del Sci-Fi en este nuevo milenio al saber mezclar los ingredientes del racismo, la segregación racial, la diferencia de clases, nuestro miedo a lo desconocido, el deseo y el hambre del poder con unos seres extraterrestres que supo mantener entre la línea de carismáticos y amenazadores. Pero lo mejor es el ritmo que tiene esta cinta, como lo dije antes, parte como un documental que luego se convierte en una historia y cuando todos estamos bien enganchados da rienda suelta a la acción de una manera asombrosa con un buen conocimiento de los efectos especiales tanto VFx como reales y sobretodo una creativa forma de armas y tecnología alienígena que fue y es el deleite de nosotros los ñoños.
Con un elenco de desconocidos(a nivel mundial digo) que no se quedaron atrás de la historia encabezados por el polifacético Sharlto Copley, Jason Cope, John Sumner, William Allen Young, Eugene Khumbanyiwa y Vanessa Haywood la historia tiene un balance muy bueno.
PEEEEEEEEEEEEEERO una vez que llega el momento de demostrar lo que puede hacer con un presupuesto más cómodo y actores más conocidos entrega una cinta tibia que si bien no es un desastre, se queda muy por debajo de su entrega anterior. Su principal debilidad es sobreexplotar el recurso de la diferencia de clases que le tocó vivir en su natal Sudáfrica conocida como el Apartheid.
Pero cuando la cosa empeoró fue con la dichosa Chappie; una historia que prometía ver el concepto de la Inteligencia Artificial desde una perspectiva diferente no como la siempre máquina peligrosa estilo Skynet que destruiría a la humanidad y el resultado fue un nefasto videoclip del grupo conocido como Die Antwoord de dos horas donde todo respeto y admiración por este hombre se fueron al caño (insertar meme de Obi Wan diciendo you were the choosen one)
En fin, todos estábamos muy contentos de saber que Blomkamp se encargaría de la nueva Alien Covenant pero luego de semejante tropiezo realmente ya no le creo nada.
The Mission (Roland Joffé, 1986)
Si bien el director franco – británico tiene en su opera prima The Killing fields una película bastante decente, su gran obra vendría unos años después con The Mission y es que este film realmente es uno de los pocos en la historia del cine que puede considerarse redondo. La redención del personaje principal resulta en un clásico de estructuración, la parte histórica resulta muy veras y al mismo tiempo, medio vergonzoso que no fue un latinoamericano el que contara una historia sobre nuestros ancestros. La cinematografía resalta la zona selvática, el rio y las hermosas cataratas de Iguazú, y la maravillosa música del maestro Ennio Morricone ¿Qué más se puede pedir?
Los ojos del mundo sobre Joffé, reconociendo su maestría en dirección y esperando afanosamente su siguiente gran película que jamás llegó. De ahí en adelante, solamente un montón de despropósitos que si bien no rayan en la absoluta pobreza, nunca volvió a obtener el resultado esperado. City of Joy, the scarlett letter y Vatel son prueba de ello.
Ojalá vuelva como volvió Verhoeven a Cannes este año, revigorizado y escogiendo mejor las historias para contar porque aún creemos que el talento exhibido en The Mission no se puede perder en el olvido.
American History X (1998)
Hace unos cuantos años, me encontraba trabajando en el mostrador de check-in atendiendo a pasajeros de un vuelo que iba a Madrid. Fue entonces cuando le llegó el turno a una monja que venía acompañada de una señora de unos 70 años y que aparentemente también pertenecía a la misma congregación religiosa, no llevaba hábito pero de su cuello colgaba una cadena con un enorme crucifijo. Despaché a la señora con la amabilidad que me caracteriza y ya cuando el avión despegó de la pista del aeródromo de Santiago de Compostela y mientras yo ya estaba facturando otro vuelo con destino a Barcelona, se me acerca la acompañante de la monja que iba a Madrid y me dice:
-
Disculpe que le interrumpa señor.
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No es molestia señora, adelante ¿En qué puedo ayudarla?
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Es que mire, el otro día ya vine a acompañar a una amiga que viajaba a Madrid y ya me había fijado en usted.
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(Sorprendido) ¿y bien?
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Espero que no le moleste lo que voy a decir.
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(Con una sonrisa) pues, usted dirá ¡No me asuste! Jaja
INCISO: Hay que recordar que por aquel entonces mi look era similar al de ahora pero en lugar de barba poblada desde las patillas, llevaba perilla de candado.
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Pues mire, es que usted se me figura al protagonista de American Histoy X, al Edward Norton ese… una de mis películas favoritas.
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(Yo con sorpresa y sonriéndole) jajaja, bueno señora, pensé que era más grave lo que me iba a decir, pero es la primera vez que me comparan con ese personaje ¡Y también es de mis favoritas!
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¿Pues sí eh? Me recuerda mucho a él.
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Jeje, pues ¿Gracias? Y que tenga un excelente día.
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Lo mismo le digo señor, es usted muy amable.
Tony Kaye es uno de esos directores que tuvo su momento de gloria, su “one hit wonder” y que dirigió una de las películas más emblemáticas de los años noventa, American History X (1998) su ópera prima en el cine, que trata el tema racismo y los grupos neonazis. Kaye se hizo famoso por haber dirigido vídeos musicales de bandas tan significativas como Red Hot Chili Peppers o de artistas de la talla de Roger Waters o el mismísimo Johnny Cash. En 2006 estrenó Lake Of Fire, un documental que trata sobre el debate del aborto en Estados Unidos y que abrió el Festival de Toronto en septiembre de ese mismo año. En 2011 estrenó Detachment, con Adrien Brody, Bryan Cranston y su hija Betty Kaye, entre otros y que trata sobre el sistema de educación secundaria en las escuelas de Estados Unidos.
Cuando una monja de edad avanzada es capaz de quedar impactada por el metraje de American History X (y quién no ¿Verdad?) quiere decir que estamos ante un hit, un clásico, una obra maestra.
Lucky Number Slevin (Paul McGuigan, 2006)
Director meramente televisivo, Paul McGuigan es quizá uno de los más pulcros casos de cineasta “One Hit Wonder” en la actualidad, pues créanme, todo lo salido de él tanto en televisión como en cine va de mediocre a pura mierda ¡Todo! Con excepción de una cinta de 2006 a la que irónicamente… a nadie le interesó. Su nombre es Lucky Number Slevin, el mote de un caballo de carreras que desencadena en una muerte, que desencadena un misterio, que desencadena una confusión de personalidades, que desencadena un choque entre dos clanes mafiosos y que finalmente desemboca en un giro de tuerca ¡Tremendo!
Asesinos seriales con rostros de Bruce Willis, jefes gánsteres con presencias de Ben Kingsley y Morgan Freeman y un atípico relato de cambio de roles muy en la línea de la fórmula “héroe por accidente”, es en realidad uno de los relatos thrillers más frescos de la pasada década con un telaraña narrativa que se teje ágilmente bajo toda lógica argumental durante ¾ de su metraje, y que después se desenreda de una manera tan sorprendente que es difícil dar cuenta que un “Don Nadie” tuvo el riesgo y las agallas de dirigir un cuento gansteril de esta manera, dándole el crédito principal a otro guionista “One hit” de nombre Jason Smilovic
Con un toque de humor apenas perceptible que no lastima la complejidad en su tema de corrupción y lucha de carteles, quizá el romance metido con calzador sea lo único que se le pueda reclamar a esta hábil obra que aunque ustedes no lo crean, aún pueden conseguir en alguna tienda de video a treinta pesos mexicanos en su formado DVD original, pues como lo dije… nadie le hizo caso. Vale la pena.
2 Comments
Al hablar de Matrix mencionaron a Dark City; película de ambientación oscura que mezcla de forma eficaz la estética de un policial negro con la ciencia ficción. También hay un elegido, pero no es Neo; los personajes están rotos, son deprimentes, agonizan. Es un film que merece oportunidad.
buen post, nada mas un detalle, la gran mayoria del metraje de american history x fue filmado por edward norton y el productor a espaldas del director, a tony kaye nunca le gusto la pelicula y rogo que lo quitaran de los creditos, cosa que no hicieron (aun asi me encanta esa pelicula, solo queria señalar eso)