Recomendaciones para escapar de la cartelera
¡Ya están aquí sus recomendaciones para escapar de la cartelera! Sección creada por y para ustedes donde nuestros autores siempre están al pendiente de la tarea que les dejen mientras ellos también aprovechan para explayarse con algunos clásicos o gustos que podrán adquirir en su videoclub de la esquina para así olvidarse un poco de la cartelera de cine tan peculiarmente apestosa en esta primera semana de julio (¿Se deberá al mundial?)
En esta ocasión la holandesa Kim Tobías, la minina con monóculo Cat Movie Lee, el galeno de la violencia Dr. Dark, el coctelero de Cinescopia Arquicruz y el cazarrecompensas El Fett les traen 5 recomendaciones bastante distintas entre sí, para todos los gustos y de todos los sabores, géneros y naciones
Antes de pasar a materia, aprovechamos para felicitar a nuestro estimado Bedub hasta Colombia, que en sí es el creador de esta sección que se ha mantenido dentro de su gusto ¿Y ustedes estimados? ¿Cuales vienen siendo sus recomendaciones este mes?
Roman Holiday (William Wyler, 1953)
Pues si ya saben que no hay nada bueno en cartelera, ¡para qué van al cine! Mejor hay que ver una comedia romántica de la época dorada de Hollywood, nada comparable con las llamadas de este género actuales que más serían una bufonada, nada de “Bajo La Misma Estrella” ni cursilerías de moco forzado. Aquí tenemos arte, y qué mejor que la ídola Audrey Hepburn para presentarlo en una cinta que significó su primer papel protagónico y paradójicamente su primer y único óscar como actriz.
La película se centra totalmente en Roma, Italia, en donde la princesa Anna se encuentra como parte de un tour. Cansada de su vida de realeza, huye una buena noche y al quedarse dormida en una banca, es recogida por un hombre que la lleva a dormir a su casa. Este resulta ser un periodista que al enterarse de la identidad de la princesa, decide aprovecharse de ello y conseguir una entrevista que le hará ganar la cantidad de 5,000 dólares. Claro, como en casi toda historia de amor, después de un día de convivencia, y de ciertas aventuras, estos dos entablarán algo más que una linda amistad. Protagonizan también Gregory Peck y Eddie Albert.
A esto agréguenle el encanto del cine antiguo, que además es bellamente dirigido. Una historia hilarante y fácil de llevar, adornada con una excelente fotografía que no solamente se ve reflejada en los finos paisajes de Roma, sino también en cada composición que es finamente mostrada. Mi recomendación de este mes, aunque podría parecer de primera impresión un tanto rosa, les aseguro que es ampliamente disfrutable también para el público masculino, y no sólo por la bella de Hepburn. 😉
Princesas (Fernando León, 2005)
No sé a usted, mi querido lector, pero a mí las películas donde las putas son personajes que nos llenan de sabiduría, sin falsas pretensiones, sin moralizarlas o cambiarles su papel y donde son ellas las que nos enseñan la crudeza de la vida contada con actuaciones tan satinadas como pocas, me encantan, esto y más es Princesas, una película de Fernando León y protagonizado por dos tremendos mujerones que nos regalan quizá dos de sus mejores actuaciones. Interpretando a Caye una increíble Candela Peña y por el otro lado, dando sabor a Zulema una entrañable Micaela Névarez. Dos mujeres cuyo primer encuentro no será del todo amable, tomando en cuenta que Zulema viene a quitarle el trabajo a Caye, quien se siente amenazada por los contoneos, tetas y todo eso que las latinas (dicen los españoles) tienen las mujeres de estas latitudes.
Pero la desgracia siempre nos une, o quizá sea la soledad, ese eterno hilo invisible que a menudo hace de las suyas para entretejer los lazos más extraños entre desconocidos que tarde o temprano terminan convirtiéndose en amigos de esos que se cuentan con los dedos de la mano y se sienten en el corazón. Un drama en el que el sexo, el amor, la amistad, el trato a los indocumentados en el país ibérico, la familia disfuncional y otros ricos complementos dan forma a un escenario que a simple vista parece desolador, pero que encuentra precisamente en su desdicha, la esperanza, la buenaventura y un tremendo impacto en el espectador.
No, aquí no se lucha contra lo que se es, ni se pretende cambiar; tampoco se ensalza la condición de las prostitutas, Fernando León simplemente cuenta una historia, una como habrá miles entre este sector de mujeres que son un ramillete de flores encantadoras cuya necesidad para que nos regalen lo mejor de sí es que se les riegue y de vez en cuando se les mime.
A esto agregue una excelente banda sonora en donde el responsable es ni más ni menos que el señor Manu Chao, quien luego de ver la cinta, decidió no solo colaborar con algunos de sus temas ya conocidos, sino que además, escribir una canción especial para la ocasión, un puntazo que (según cuenta la leyenda) incluyó una mítica borrachera en una bar de Madrid con las prostitutas que aparecen en el video.
Diálogos profundos, actuaciones sensacionales, buena música… no se puede pedir mucho más. Créame, la cinta vale y mucho.
Rocky IV (Sylvester Stallone, 1985)
Más que escapar de la cartelera, lo que nos urge es huir de la fiebre mundialista y del luto nacional por la deprimente derrota y eliminación de nuestra Selección.
¿No están cansados de los goles anulados? ¿jugadores haciendo joterías fingiendo lesiones inexistentes? ¿tiros penales obsequiados? Para rematar, un quejicas y llorón órgano regulador que tilda de “intolerantes” a los jugadores que rezan durante los partidos y de “homofóbicos” a los hinchas que gritan el mexicanísimo puto a la vez que se presta a escandalosos casos de corrupción. Por eso prefiero el boxeo donde no hay “jueces de línea” que anulen un buen knockout.
Desde luego, ningún deporte está exento de jueces idiotas o corrompidos y prácticas antideportivas, pero aquí no hay estrellitas lanzandose clavados para que les regalen un penal o gilipolleces por el estilo. Un buen golpe lo resuelve todo. Ya ven a Juan Manuel Marquez, quien con unos madrazos bien puestos mandó al hasta entonces todopoderoso Manni Paquiao a la lona, tras dos peleas en las que el filipino venció por un aparente favoritismo de los jueces. Un knocout brutal, el “pacman” en el suelo, su esposa llorando angustiada… aquí no hay con que fue “fuera de lugar“, “falta“, “penal” o la madre que los parió.
Y para olvidarnos de tanto juez de línea fastidioso y jugadores maricones nada como Rocky IV, la más taquillera pero más absurda de la saga deportiva por excelencia. Plagada de clichés y actuaciones acartonadas pero vive Dios que todo aquél que niegue haberse emocionado con el genial montaje de entrenamiento es un mentiroso.
La historia es bien conocida: Habiendo alcanzado la cúspide, Rocky considera no volver a pelar pero a su imprudente y petulante amigo y antiguo némesis Apollo Creed, ahogado en un patrioterismo gilipollas, se le ocurre retar al soviético Ivan Drago, monstruosamente musculoso y prácticamente mudo boxeador a una pelea “amistosa”. Como buen comunista come-niños, Drago asesina brutalmente a Apollo golpeándolo sin misericordia. Rocky, que no tiró la toalla a tiempo para salvar la vida de su amigo, se da a la tarea de vengarle en un publicitado encuentro no oficial en la Unión Soviética, en la que el ya viejo Rocky vence tras un agonizante combate al titánico y más joven ruso.
Fantasiosa, patriotera, propagandística y xenofóbica pero, claro, súmemente entretenida y estimulante del espíritu deportivo. Música legendaria e infaltable en los gimnasios, imprecisas pero brillantes coreografías de combate y un cursi pero efectivo discurso de superación y tolerancia. Rocky IV es una fantástica oportunidad para olvidarnos de Robben y su mariquita clavado…
We Bought a Zoo (Cameron Crowe, 2011)
Luego de tanto dolor y humillación y pleitos entre pamboleros y villamelones sobre el desempeño de nuestra selección nacional en la copa del mundo, lo que uno quiere es paz y tranquilidad, olvidarse de cuestiones tan banales e intrascendentes de la forma más rápida posible. Es por eso que en casos tan urgentes como estos donde mi cerebro requiere unas vacaciones neuronales con algo de cine poco pretencioso y más dedicado a entretener que a otra cosa.
Es por eso que está película algo ñoña es la que les recomiendo, tranquila, quizás no muy interesante pero amena y con detalles entretenidos que te invitan a apagar el cerebro y disfrutar de una tranquila tarde de domingo en compañía de quien gustes. La historia nos muestra a un Matt Damon que no está huyendo de la CIA o del ejército, sino que es un escritor que recién enviudó y tiene que cuidar de sus dos retoños, un adolescente emo lloretas como todo estereotipo y una pequeña niña que se cree princesa. Para rematar a nuestro héroe se le ocurre la locura de comprar un zoológico y llevar a su familia a vivir dentro de esa propiedad.
Otra actriz que se sale un poco de sus típicos papeles es la bella Scarlett Johansson, la cual luce muy guapa sin necesidad de vestir trajes de cuero entallados o salir en ropa interior para devorar hombres, ella es la lidereza del staff que mantiene el zoológico y la que ayuda al buen Benjamin en lograr que el lugar funcione como debe y de paso poner orden en una familia que tiene que aprender sobre la vida y aceptar la muerte como parte de esta para salir adelante.
Basado en las memorias de Benjamin Dee, esta cinta nos entretiene un rato sin pretensiones de nada más.
Ran (Akira Kurosawa, 1985)
La última joya dirigida por Akira Kurosawa quizá sea las más preciada, precisa y preciosa de toda su filmografía, un fábula bélica armoniosa de principio fin que denota la experiencia narrativa adquirida por todos los años y donde la leyenda despliega una cátedra de equilibrio entre el contexto, ritmo y el apartado visual.
Ran relata la historia de un monarca que en el ocaso de su vida adjudica sus reinados a sus 3 hijos, personajes cuasi bíblicos que desatarán el infierno entre ellos por obtener el control absoluto; así, dos de los hijos, hipócritas y viles al estar bajo el yugo de padre, se convierten en unas malditas ratas demoniacas sedientas de poder a las cuales les importará un bledo la sangre y el honor propio o de sus ancestros; por otra parte, el hijo rebelde se transformará en el elemento espiritual en el que padre podrá confiar y expiar sus pecados al ser una figura humana antes que perfecta, con debilidades en sus decisiones y consecuencias funestas ajenas al desarrollo y estructuración de sus vástagos.
Kurosawa no tiene reparos ni piedad, la traición a la sangre es bárbara y se encargará de mostrarlo cuando todos la paguen con altos impuestos, también postrando a la figura femenina en esta ocasión como una interesante contraparte: como el demonio en persona causante del envenenamiento mental de las figuras masculinas (Débiles muñecos de trapo sin la fortaleza del padre y del llamado “hijo pródigo”), y como el ente amoroso fiel, sabio y entregado a la causa del hombre. Ganadora del Oscar a mejor película extranjera, una obra que requiere gran apreciación en una consecución de elementos y símbolos que funcionan también como auto homenaje a toda una obra artística de la más alta estirpe bajo la siempre cuidada imagen tanto de los valores y costumbres que el director profesa en cada uno de sus films, como del tono de aventuras que llegaría a influenciar a una oleada de directores después de él.
Como mención aparte, la secuencia de la invasión a la última fortaleza es un pedazo de secuencia maestra digna de ver una y otra vez y resguardarse en los anales más elementales del séptimo arte ¡Larga vida Kurosawa!
4 Comments
Excelentes recomendaciones, la que nos propone Cat Movie Lee apenas la vi y me gustó un buen.
Fett me urge ver esa de Ran y Blade Runner, mi cerebro lo exige!
We Bought a Zoo, la película donde la Johansson hace el papel de una veterinaria que trabaja en un zoológico pero que sin embargo no toca a un animalito en todo el metraje.
Eso si es bastante amena y tiene un excelente soundtrack como todas las películas de Cameron Crowe.