Red One: Otra vez hay que salvar a Santa Claus y a la navidad.
Correcto, aquí viene otra película en la que nuestro protagonista, un hombre de mediana edad, común y corriente, deberá unir fuerzas con gente de un mundo de fantasía para poder salvar la navidad y perpetuar el espíritu navideño, logrando a su vez, redimir su descarriada vida y volver a creer en la pureza de las festividades, en su verdadero significado. Esa es Red One, llamada aquí “Código: Traje Rojo”
Ok… ¿y qué? ¿Por qué ver Red One? Como primer punto a favor, cuenta con un reparto nada despreciable y sí suficiente para generar interés. Desde el Cap, Chris Evans, hasta J.K. Simmons, Lucy Liu, Kiernan “Sabrina” Shipka y la mismísima Roca. Mencionar los nombres no es gratuito, ya que es justamente el carisma y por momentos buena interpretación de los mismos lo que impulsa el disfrute de este film. Basta decir que, por un instante (por breve que fuera) se puede ver histrionismo en un Dwayne Johnson, lo cual es resaltable ya que estamos acostumbrados a que La Roca siempre interpreta a La Roca.
En segundo lugar, debemos aceptar que el despliegue de efectos visuales en Red One resulta bien utilizado y ayuda en los momentos indicados, particularmente en las secuencias de acción, que logran además tener su buena dosis de comedia, lo cual resulta gratificante.
En tercero, la trama, ya que aún cuando podemos decir que se trata de la típica historia navideña descrita en el primer párrafo, también hay que resaltar el buen tratamiento que se le da en su búsqueda por no ser una historia lineal. La descripción del mundo fantástico del Polo Norte es refrescante, lo mismo la mezcla de elementos fantásticos y sobrenaturales (puntos para el cameo de El Jinete sin Cabeza). El énfasis en los conflictos fraternales, en el dudar querer seguir haciendo lo mismo que se ha hecho durante tantos años y, sobre todo, el reflejo del cinismo de la sociedad actual, hacen que Red One, de alguna manera, se sienta diferente de la media de películas navideñas.
Pero quizás este sea también su principal punto flaco, ya que al querer abarcar diversas mitologías y seres fantásticos, tantas subtramas y giros dentro de la historia, es cuando la trama se siente derivativa y pierde el foco en su arco principal. Dicho de otra manera, en su búsqueda por ser un híbrido entre acción, comedia, fantasía e historia familiar, Red One pierde su fuerza narrativa. El mayor ejemplo de lo anterior es el tener una villana desdibujada, desaprovechada, que aparece en pantalla escasos cinco minutos y que es echada a un lado para preferir contar la historia personal de la familia Claus.
Pero estamos ante una película que, como producto familiar, resulta sorprendentemente entretenida, desde el primer momento te atrapa y mantiene el interés y, aunque cae en ciertos convencionalismos, logra salvarse con buenos gags y diálogos que le dan cierta profundidad y le evitan ser totalmente genérica. No obstante, Red One no deja de ser un producto de la época, el juguete navideño que el Niño abrirá con fervor, jugará un par de días y hará a un lado cuando lleguen los Reyes Magos