Robos y Regalos del Oscar (2010 – 2024)
Para hablar de “robos y regalos” en los premios Oscar, sobre todo en la segunda década del milenio es necesario entender los cambios políticos-sociales sucedidos en el país vecino y aceptar por fin una máxima: los Oscar dejaron de ser reconocimientos a la excelencia cinematográfica (si es que alguna vez lo fueron), para convertirse en premios políticos basados en una agenda social de tintes progresistas, con los que el sector cultural norteamericano nos escupe cada año en la cara valores sociales que creen haber adoptado, sobre todo después de la llegada de Donald Trump a su primer mandato presidencial en aquel trágico 2016.
La campaña presidencial del magnate, sustentada en la violenta persecución a los migrantes hispanos; la campaña “Oscar so White” en el 2015 (que derivó en el triunfo de Moonlight en el 2016) y el movimiento “Me Too”, calaron hondo en Hollywood y en sus integrantes, quienes de inmediato se sintieron obligados a responder a estas exigencias sociales, abandonando todo asomo de creatividad en su cine y tendiéndolo hacia el tedioso regaño-letanía en donde dieron cause a su eterno complejo de “salvadores del mundo”, el cual reforzaron con la sobrexposición del cine de superhéroes.
Las películas y las premiaciones gringas se volvieron panfletos (¿se acuerdan cuando Joaquín Phoenix nos regañó por comer carne?), que aunque nefastos, terminaron beneficiando a muchas cinematografías extranjeras. Que mejor ejemplo que el mencionar que en 10 ceremonias solo un director norteamericano (Damien Chazelle), se llevó el premio en su terna, los otros 9 fueron extranjeros, manteniendo a valores locales establecidos como P.T Anderson, Aronofsky y Fincher en el “patio de los apestados”. Los esfuerzos aislados de los 3 amigos mexicanos fueron reconocidos; el cine oriental obtuvo por fin la notoriedad que tanto merecía, los afrodescendientes recibieron mas “palmaditas en la espalda” que nunca (Get Out, mejor guión original? Neta?), y los resultados de las culpas históricas de nuestros vecinos se reflejaron de forma recalcitrante.
Una década y media de robos y regalos en los Oscar. Recordemos:
AÑO 2010
A Fincher ya le había pasado la máquina de la injusticia con anterioridad, pero ¿alguien recuerda que en el 2010 la Academia prefirió premiar a Tom Hooper por El Discurso del Rey que a Fincher por la loable Red Social? Así es, y así ha sido la historia del pobre David con el Oscar.
AÑO 2011
La Academia se emocionó con una película muda (ya ven que nunca había habido una) llamada El Artista, y dejó pasar la oportunidad de reconocer por fin a uno de sus grandes talentos en la dirección: Terrence Malick, por la pretenciosa pero imponente visualmente “El Arbol de la Vida”. Bueno, hasta Woody Allen pudo haber ganado por “Media Noche en París”.
AÑO 2015
Al fin Di Caprio obtuvo su Oscar por haber sido “arrastrado” por un oso, pero la nota la dio la ganadora de la noche a “mejor película”: Spotlight, la cuál estoy seguro que el 90 por ciento de los que lean esto ya no recuerdan. Además, nuestro “negro” González hurtó el premio a “mejor director” que debería posar en la sala del gran Richard Linklater por “Boyhood”. Sí, lo dije.
AÑO 2016
Otro robo que aplaudirían los 11 de Ocean de la Gran Estafa, y no me refiero al de Moonlight contra La La Land (¿o tal vez sí?). Todos los que vimos por primera vez a Emma Stone en “Supercool” supimos que estaba naciendo una estrella de encantadora presencia en la pantalla. Eso no quita que su primer Oscar (si no es que el segundo también) en La La Land haya sido un regalazo envuelto con moño. La academia le tuvo miedo al éxito negándole el premio a la enorme Isabelle Huppert en Elle. De haberla premiado no solo hubieran subido de caché reconociendo a un figurón, sino además a un tipo de cine que solo la francesa puede protagonizar.
AÑO 2019
Parásitos estaba destinada a llevarse solo el apartado a “mejor película extranjera” pero a la academia ya le estaba entrando la vena oriental y se exacerbaron dándole a la genial película todos los premios gordos de la noche. Aceptémoslo: se mancharon con Sam Méndes y su trabajo como director en 1917. No conformes, les regalaron a Brad Pitt y a Laura Dern su respectivos actor y actriz de reparto.
AÑO 2021
No se sabe cuál acto de aquella ceremonia a principios del 2022 fue más patético: la cachetada de Will Smith a Chris Rock, el Oscar al mismo Will, el premio a Ariana De Bosé como actriz de reparto que ya nadie recuerda, o el Oscar a Coda como “mejor película”. Aquella noche Hollywood se dedicó a echar desmadre.
AÑO 2022
Otro robo exquisito perpetrado por la legendaria Michelle Yeoh quién le arrancó a Cate Blanchett el cantadísimo Oscar que mereció por Tar. Pero también hubo regalos: proveniente también de “Todo en Todas Partes al Mismo Tiempo”, el actor Ke Huy Quan, se llevó el premio a “actor de reparto” que su servidor le hubiera dado a Tom Hanks por “Elvis”, aunque ni lo pelaron. Y si me apuran, el premio de Jamie Lee Curtis………
AÑO 2023
Otra vez le pido disculpas a Emma “carita de gatito” Stone, pero su segundo Oscar por “Mejor Actriz” en Poor Things debió ir a parar a manos de Sandra Huller por la grandiosa Anatomía de una Caída. También en esa ceremonia la academia cumplió una de sus más empapadas fantasías al regalarle el reconocimiento de “actor de reparto” a Robert Downey Jr. y su papel en Openheimer que honestamente ya se me olvidó. Ese premio era para Ryan Gosling en Barbie……….ya en serio, el papel de reparto mas memorable de ese año fue el de Antoine Reinartz, el castrante fiscal de “Anatomía de una Caída”. ¿Ya lo recordaste verdad?
AÑO 2024
Cerremos con broche de Oro, Mickey Madison…….no ¿en serio? ¿si le echó ganas no crees?