Robos y Regalos del Oscar (La década de los 70)
Para hablar o escribir de “robos y regalos” en los premios Oscar de la década de los 70s es necesario dejar en claro que el que se somete a este ejercicio lo hace bajo riesgo de quedar como un verdadero neófito del cine, por no llamarlo imbécil. ¿La razón? Simple: nunca, jamás en algún decenio el cine norteamericano le había regalado al público tan nutrida cantidad de obras maestras. Por lo menos 10 películas de este pedazo de tiempo elevaron el cine a su máxima expresión; 5 de ellas pertenecen al top 10 del cine norteamericano y 3 se instalan entre las 10 mejores películas de la historia del cine mundial.
Con estos números alegres queda claro que cualquier “error” percibido en la efímera entrega de los premios Oscar pasa a segundo plano: estamos en la época de oro del cine gringo. Se trata de la “década bisagra”, que fungió como puente entre el clasicismo del cine con la modernidad impregnada por el nuevo talento. Ese que se llamó “nuevo hollywood”, abanderado por cineastas hijos de la postguerra, educados por las corrientes cinematográficas europeas y bañados de la nostalgia que había dejado sobre ellos las obras maestras que se habían filmado en su país las décadas anteriores.
La principal temática del cine de los 70s es fácil de advertir: el desencanto que dejó en la sociedad norteamericana el despertar de esa falacia llamada “sueño americano”. Un disparo al presidente JFK y la inmersión en la guerra de vietnam en los años 60s fueron suficientes para que nuestros vecinos descubrieran lo que todas las sociedades: que somos títeres del sistema político y social, y que el “libre albedrío” en nuestras vidas no es del todo real. Es en ese escenario donde se da el advenimiento de jóvenes cineastas con las bolas del tamaño de enormes aguacates, dispuestos a expresar su desencanto. Fueron ellos los que tomaron el control de la industria y es en este primer lustro de esa década cuando el cine gringo fue más libre que nunca y más maduro que después. Incluso cuando dos cineastas de apellido Lucas y Spielberg, y un chavito bailando en una disco le vinieron a demostrar a los inversionistas que el cine era el nuevo Wall Street, que podría generar millones y que debían retomar el timón, el cine de los 70s siguió siendo superlativo. Si bien es cierto que el resultado de esto fue la pérdida del control artístico para el artista de cine, también es un hecho que el público se vio beneficiado: en los 70s también nació el cine-espectáculo.
Dos judíos neoyorkinos de gruesas gafas intelectualizaron el cine norteamericano; un actor de medio pelo de apellido Cassavetes inventó el cine independiente en aquel país; un italoamericano inmortalizó a la mafia y un hippie ponía a un trasvesti a comer caca en pleno rodaje. Se inventó el anti-heroe; las estrellas se hicieron peligrosas, dejando de lado el estilo “dandy” del viejo Cary Grant y de Audrei Hepburn. Ahora eran De Niro, Pacino, Bridges, Hoffman los que partían el bacalao; ahora eran Jackson, Fonda, Minelli y Dunaway las divas que enseñaban el talento y las piernas sin el menor pudor.
Mas que un ejercicio de lloriqueo de “cuál debió ganar el Oscar”, valga este texto para rememorar aquella gran década en que el cine gringo no se achicaba ante la opinión de unos lloroncitos educados por Instagram. Cuando se decía lo que había que decir y cuando se filmaba lo que había que filmar, aunque esto supusiera vender la casa. Cuando la belleza femenina no se disimulaba y se portaba con elegancia y poder. Después re-visitar las películas a continuación citadas solo una pregunta me quedó: ¿el público moderno se interesaría por estas películas si se estrenaran hoy? Quien sabe. Pero después de verlas me quedó claro que, en materia de cine, estamos en el Apocalipsis Ahora. Recordemos:
1970
En abril del 1971 se premió lo mejor del primer año de la década, dos películas de tintes bélicos fueron la manzana de la discordia: la patriotera Patton y la grandiosa sátira M.A.S.H. La primera se llevó el premio, pero hay quién piensa que Robert Altman fue robado. Todos sabemos por qué ganó Patton…nuestros vecinos se morían por validar su hambriento espíritu bélico-invasor
1971
Estupenda terna de películas en las que la gran Contacto en Francia se alzó como la ganadora. El comentario general “mamadeitor” sería decir que Kubrick fue robado con la Naranja Mecánica, pero nadie en la faz de la tierra sabe que pensar de esa película cuando se ve por primera vez, seamos tolerantes. El verdadero robo fue para la mayor heredera del neorrealismo que se ha filmado en USA: La Última Película y para su director Peter Bogdanovich. En materia actoral Gene Hackman (perdón Gene) se roba el premio que correspondía a Dustin Hoffman por Perros de Paja, y la “mamacite” Jane Fonda y sus hermosas piernas se roban el Oscar que se hubiera visto genial en manos de Ruth Gordon por Harold y Maude, que fue estúpidamente ignorada en las ternas principales
1972
“Parada en un pie” la película El Padrino se lleva el premio gordo, sin embargo, su director Francis pierde el respectivo frente a Bob Fosse por Cabaret. No debería haber tanto problema, pero, ¿el Padrino no será la película mejor dirigida de la década? Robo rotundo en la terna de “actor de reparto”, Joel Grey se chacaléa el premio que debió ir a parar a manos de James Caan, también por El Padrino. Hubo un regalito que no molestó a nadie: a Don Luis Buñuel por El Discreto Encanto de la Burguesía. Solo comentarlo.
1973
Grandiosa quinteta de nominadas por el premio gordo. Decir que la elegante comedia El Golpe ganó injustamente me cuesta trabajo, pero en materia de “mejor director” sí lo grito a los 4 vientos: tienes a El Exorcista, a Bergman y a Bertolucci y ¿se lo das al del Golpe???? No ma###s. Además, a nadie en la tierra le molesta un Oscar a Jack Lemon por Mejor Actor pero si nos ponemos exigentes ese premio debió ir para Marlon Brando por El Ultimo Tango en Paris. De igual forma, la pequeña Tatum O Neal se llevó un merecidísimo premio de actriz de reparto por Luna de Papel, pero….. ¿nunca te has preguntado cómo se hubiera visto Linda Blair (el Exorcista) cargando ese premio? Di la neta….
1974
Otro puñado de películas icónicas y grandiosas en un solo año. La Academia compensa su idiotes de 2 años antes a El Padrino 2. Ahora los robos se dan en materia actoral: Art Carney se roba el Oscar que merecía Dustin Hoffman por Lenny. Y en Mejor Actriz, ok, hablar mal del Oscar a la grandiosa Ellen Burstyn está cañon pero…la güerita Gena Rowlands debió ganarlo por Una Mujer Bajo Influencia….perdón…el robo de la década..
1975
La magnifica Atrapado Sin Salida se lleva el premio gordo. El señor Kubrick con la inteligencia que lo caracterizaba debió darse cuenta ese año que nunca iba a ganar un Oscar: si con una película como Barry Lyndon no ganas Mejor Director, no vas a ganarlo nunca. Me sigue haciendo ruido: ¿Spielberg y su tiburón-cámara no ameritaba un premio?
1976
El año de Rocky, quizás el más polémico de la década. Lo más cómodo sería decir que Rocky le robó a Taxi Driver (dos películas más parecidas de lo que se quiere aceptar), pero no, la academia decidió correctamente. Quién sí le robó al taxista fue el Oscar póstumo a Mejor Actor para Peter Finch por la grandiosa Network, el premio era de Robert “me hablas a mí” De Niro, o en su defecto para William Holden. Otro regalazo para Network: Beatrice Straight se lleva el premio de Actriz de Reparto que TODOS, todos sabemos que era para Piper Laurie, la absolutamente detestable “mamá de Carrie”.
1977
El cine intelectual sobre el espectáculo. Woody Allen le ganó con Anie Hall a Star Wars en un año con 4 películas icónicas. El hígado Richard Dreyfuss se roba el Oscar de Mejor Actor que se hubiera visto increíble en manos de una estrella que no se le compara: Marcello Mastroianni por Una Jornada Particular. Y volviendo a la ganadora de la noche: Diane Keaton se vuelve ícono hasta con su forma de vestir a su “Annie” pero…la actuación de Anne Bancroft en The Turning Point me sigue haciendo ruido….
1978
El año más “flojo” de la década sería hoy una revolución inigualable. Ante el irrefutable triunfo de El Cazador, John Voight le roba a Robert De Niro el premio a Mejor Actor que yo le hubiera dado a Brad Davis por Expreso de Medianoche, pero la academia se espantó con la escena de la chaira que se hace el actor en la cárcel. Jane Fonda vuelve a robarse un Oscar (la perdonamos), ahora la víctima fue Ingrid Bergman por Sonata de Otoño, aunque pensándolo bien, la Bergman ya no tenía espacio para más Óscares
1979
Una década de GRANDEZA absoluta tenía que acabar con una idiotez de iguales proporciones, la película de Hallmark Kramer vs Kramer le roba el premio gordo a Apocalipsis Now de Francis Ford Coppola, mismo que debió sucumbir como Mejor Director otra vez- ahora sí- justamente ante Bob Fosse por All That Jazz, la cuál debió llevarse el Mejor Actor para Roy Scheider. Una tontería desata muchas otras. Además, La Jaula de la Locas no ganó nada y para acabar con broche de oro esta sección: una “peliculilla” llamada Alien, no fue ni tomada en cuenta. Ya era mucha grandeza en una sola década, ¿pa que queremos más?