Ruido: Lamentos Callados.
El cine mexicano parece tener únicamente dos vertientes temáticas: la insulsa comedia sobre la jocosamente desorientada clase alta (los llamados “whitexicans”); y desgarradores dramas que reflejan la miserable e indignante realidad de este dolido país. Aquí tenemos un ejemplo de esta última corriente, donde nos recuerdan cuan patéticas son realmente las instituciones que supuestamente se crearon para protegernos.
En este caso se aborda uno de los crímenes más abominables que puede cometer el ser humano contra su prójimo: la desaparición forzada, un tema que por desgracia en hispanoamerica ya es prácticamente cotidiano.
¿De qué va?
Julia busca desesperadamente a su hija Gertrudis, desparecida hace nueve meses. Por supuesto, enfrenta la incompetencia e indolencia de las autoridades que, cuando no están directamente coludidas con los criminales, sencillamente voltean a otro lado. Julia buscará tomar el asunto en sus propias manos, lo que la sumergirá en el doloroso mundo de la búsqueda de los desaparecidos.
Estelariza Julieta Egurrola y Arturo Beristain. Dirige Natalia Beristain, hija de ambos actores en la vida real.
Ruidosos lamentos.
Con elementos de falso documental y género costumbrista, se nos muestra un mundo asfixiante y doloroso mientras una madre de edad avanzada recorre diversos lugares en búsqueda de su hija o de sus restos. La actuación de Julieta Egurrola es magistral, como era de esperarse, haciéndonos sentir su dolor sin grandes escenas dramáticas ni monólogos suntuosos.
El título hace referencia al ruido que intentan hacer los diferentes colectivos que buscan a sus familiares desaparecidos y quienes les apoyan, para que las autoridades muevan de una vez sus perezosos traseros. Inclusive cierto colectivo de la vida real hace una aparición especial. Todo es desgarrador pero sin caer en lo morboso. La denuncia es realista y palpable.
Pero que callan pronto.
Pero es aquí donde la película falla. Tristemente no nos revela nada que no hayamos visto decenas de veces en este nuestro México herido tanto en verdaderos documentales como en los noticiarios.
La película muestra una historia ficticia en la que no se profundiza, para dar espacio preferente a la denuncia y a los testimoniales. Se centra exclusivamente en la madre doliente, sin dar más voz a su esposo, también un padre devastado , y al otro hijo de ambos, que es dejado a un lado. Ciertamente hay momentos realmente espeluznantes, sin embargo el impacto se diluye en el tono contemplativo del guión en general.
¿Pero entretiene?
Esa no es su función. Se deja ver fluidamente y funciona para recordarnos uno de los aspectos más oscuros de nuestro país, pero no pasa de ahí.
¿Hay que verla?