Saltburn: Tereso, la telenovela
Después de un debut sólido, Emerald Fennell se convirtió en una de las cineastas más prometedoras de Hollywood. En consecuencia, su nueva película, Saltburn, despertaba curiosidad, especialmente para observar su evolución.
Aunque Fennell muestra crecimiento, especialmente a nivel visual, Saltburn no alcanza la calidad de su primer largometraje y, mucho menos, la originalidad. La historia se centra en Oliver, un estudiante universitario común y “becado” quien se hace amigo de otro estudiante, uno popular y multimillonario (del cual secretamente se enamora). Su relación alcanza altos niveles de confianza, llevando a Oliver a pasar las vacaciones de verano con la excéntrica familia de su amigo.
En su primer acto, la trama intenta establecer a los personajes, asemejándose a las películas de “high school”. Aunque algunos perfiles se construyen a través de clichés y estereotipos, esta parte de la historia proporciona pequeñas pistas sobre las personalidades de Oliver y su amigo.
Quizás el mayor tropiezo de la película, no completamente desarrollado por su creadora, ocurre cuando cambia el tono de “high school” a una mezcla de comedia negra y thriller. Todos los personajes, incluido el protagonista, están construidos de manera superficial, explorando poco más allá de los clichés clásicos y las motivaciones. Sería perdonable si Oliver (el personaje principal) tuviera capas, haciendo más creíble que se aprovechara de la “ingenuidad” o ignorancia de estas personas para adentrarse en este mundo al que no pertenece. Sin embargo, nunca se construye un trasfondo de las motivaciones de este individuo, dando por sentada su admiración, resentimiento y manipulación, siendo el nivel de escritura digno de una telenovela.
Y aunque se entiende que quiere burlarse de las clases sociales, especialmente de las altas, el problema radica en el nivel en que construyen su discurso, ya que la crítica se siente poco constructiva, carente de ingenio y, me atrevería a decir, incluso peligrosa, al alimentar la dialéctica divisiva y tóxica de los resentimientos de las clases. Como resultado, el suspenso no existe, los giros de la trama se vuelven predecibles y la intriga se convierte en morbo o chisme.
La película tampoco aporta nada nuevo al género y se siente como una mezcla wannabe de “El Talentoso Mr. Ripley”, “Maurice”, “Cruel Intentions”, “Gossip Girls” y “Riverdale” pero incluso peor ejecutados a nivel narrativo.
A pesar esto, la película tiene algunas sus cualidades en un diseño de producción impecable, desde los interiores barrocos hasta el uso de tonos rojos para resaltar elementos intangibles. La fotografía es otra cosa rescatable, desde el uso de planos picados simétricos hasta planos generales que retratan la inmensidad y sobriedad del entorno, así como el manejo de la iluminación. Las actuaciones son salvables, pero denotan cierta limitación, principalmente debido al mal diseño de los personajes y a diálogos sumamente sosos que no ayudan a los actores.
Calificaciones
Guion – 1.9 (Escritura simplona)
Dirección – 2.7 (La fotografía y el diseño de producción rescatan este trabajo)
Actuaciones – 1.5 (Limitadas)
Extras: 0.3 (El soundtrack es bueno)
Calificación: 6.4 Mediocre
Hay que ser sinceros, Saltburn está más cerca de ser una telenovela como Teresa (con un final distinto) que un thriller criminal erótico con presupuesto. Solo les faltó citar a Shakespeare de manera pedorra o que la mamá del protagonista le dijera: “Me das miedo, Oliver”.
2 Comments
Y a esto le llaman crítica.
Sin llorar.