Second Chance: Alita: Battle Angel

Sean nuevamente bienvenido a esta pequeña sección, una columna para hablar sobre películas que salieron hace tiempo y merecen una segunda oportunidad. En esta ocasión vamos a hablar de una obra que pasó sin pena ni gloria en su estreno, pero que ha ganado seguidores con los años tanto por la creatividad que transmite en pantalla como por ser un rarísimo caso entre el cine y el anime: un live action… ¡qué funciona! Hoy toca el turno de Alita: Battle Angel.

Dirigida por Robert Rodriguez, producida y escrita por James Cameron y basada en el manga Hyper Future Vision GUNNM (también remake del anime de 1993), resulta que durante los 90 el autoproclamado “Rey del mundo” quería llevar el manga a la pantalla grande, pero debido a que otros proyectos le llamaron la atención en los años venideros, la adaptación se pospuso indefinidamente (aunado a que la demencia directriz le hizo perder la cabeza y capacidad de dirigir). Se dio cuenta que la única forma en la que Alita: Battle Angel podía salir adelante era si alguien más tomara el mando, por eso le encargó el trabajo al “equipo de filmación de un solo hombre” para dirigirla y él quedó como productor.

Todo esto dio como resultado una película que se ve como Cameron, pero que se comporta como Rodriguez. Visualmente impactante (primera vez que el mexicoamericano filma una película de alto presupuesto tras años de hacer películas con centavos en su garaje), Alita: Battle Angel muestra mucha violencia desmesurada que dan a la historia un equilibrio entre lo infantil y lo oscuro dentro de un futuro cyberpunk, mitad moderno mitad deteriorado, y que toma elementos del manga y el anime a la vez que aportaba lo propio para tener una identidad, digamos, más fílmica. Rodríguez también añade un ritmo ágil que hace la historia ligera y de fácil visualización (llevando a escenas como la persecución en el circuito de carrera).

Los personajes de Alita: Battle Angel son el principal punto de atención y lo más memorable de la cinta, siendo la mejor del elenco Rosa Salazar como Alita, una chica androide tiernamente ruda, adicta al chocolate y con mucho carisma en gran parte por sus ojos tan llamativos que la hacen sobresalir del resto de su clase. De hecho, es curioso cómo esta película estrenó casi al mismo tiempo que “Captain Marvel” y es inevitable notar que aquí la protagonista femenina es mucho más simpática, interesante e identificable que la superheroína por un detalle tan simple como no tenerla siempre con cara de amargada o rodearla de personajes masculinos igual de competentes. Estos espacios son llenados por Christoph Waltz como el creador que, aunque no se sale de su mismo arquetipo, da mucha humanidad al relato, y Keean Johnson como Hugo, interés romántico de Alita. En el bando de los villanos están Jennifer Connelly (igual de hermosa como antes) y Mahershala Ali como los MMM (Malvado Millonario Megalómano) y Jackie Earle Haley como el principal asesino a sueldo.

Alita: Battle Angel se extiende demasiado y a veces se relaja más de la cuenta para introducir algunos momentos melodramáticos que no le terminan de salir a Rodríguez, pero eso es parte de su encanto. Lamentablemente termina en un cliffhanger en vez de concluir con un final más conclusivo, dejándola en un limbo del que todavía no sale (y probablemente jamás lo hará considerando que está atravesando por muchas dificultades para dar luz verde a una hipotética futura entrega).

Alita: Battle Angel tuvo críticas mixtas en su estreno, argumentando que la historia era inconexa (debido a la edición que volvía a la narrativa más episódica), que no tenía conflicto hasta pasada la hora, que había un exceso de personajes innecesarios y sin desarrollo y que no presentaba el contexto en las 2 horas que dura. También fue difícil de promocionar, causando que, aunque recaudara mejor de lo esperado en la taquilla doméstica, siguió quedando por debajo de las expectativas y no recuperó sus costes hasta salir en el extranjero (dónde le fue mejor, pero no ganó lo suficiente para hacer rentable una secuela). Y si bien todo esto es cierto, hay un detalle que moldea todos estos defectos de tal forma que, si bien no excusa estas fallas, las hace entendibles: ¡ES UN ANIME! Lamento que Cameron no les haya vendido “Pocahontas” y “Ferngully” por 57°vez, pero da pauta a una película creativa que al menos reconoce el material original. Alita: Battle Angel sigue siendo una película de Rodriguez y no de Cameron, es decir, en vez de ser un éxito instantáneo, gana a su audiencia con los años (como pasó con “From Dusk Till Dawn” o “Spy Kids” en su momento).

Sin embargo, la experiencia y el paso del tiempo enseña que hay más en la vida que ser un éxito. Hemos visto un intento fallido tras otro de recrear un anime al live action en el cine, y aquí está una adaptación que captura el espíritu, la apariencia, la acción y el carisma de la original, guardándole respeto a sus raíces a la vez que intenta tener su propia voz.

Alita: Battle Angel es una anomalía que no debió funcionar bajo ninguna circunstancia por los antecedentes históricos, pero lo hizo porque es divertida, deslumbrante y honesta en su propuesta y ejecución. El culto hacia ella crece con los años y sus fans hasta posicionarla como una de las mejores de la filmografía del director. No es una obra maestra ni nada, pero se disfruta de inicio a fin.

Etiquetas:  

Acerca del autor

Uriel Salvador     twitter.com/UrielSalvadorGS

Escritor, analista, crítico, gamer, investigador, actor (especializado en doblaje), fotógrafo. Pero ante todo, soy un amante del cine.


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

*

*

*