Second Chance: Highlander The TV Series
“He is immortal. Born in the Highlands of Scotland four hundred years ago, he is not alone […] . For centuries, he has battled the forces of darkness, with Holy Ground his only refuge. He cannot die, unless you take his head, and with ir, his power. In the end, there can be only one. He is Duncan MacLeod, the Highlander” Tal es la poderosa secuencia de introducción. Comprenderán que en mis años mozos no podía evitar sentirme emocionado e identificado.
Se cumplen 30 años del estreno de Highlander (Russel Mulcahy, 1986), estelarizada por Christopher Lambert y Sean Connery y que dio origen a una franquicia hoy considerada de culto, con una sólida base de fans alrededor del mundo.
Entre ellos, desde luego, está su humilde servidor, fiel seguidor de las desventuras de Los Inmortales, humanos condenados a vivir eternamente y forzados por una energía desconocida a combatir y darse muerte unos a otros mediante decapitacion, unico método para terminar con la vida de estos seres. Cuando dos inmortales combaten, el vencedor heredará el poder del caído a través del Avivamiento o “Quickening”, que es a su vez el origen de la eternidad de estos místicos guerreros. Bajo la premisa que reza “There can be only one”, solo un inmortal permanecerá en pie, dueño del poder acumulado de los extintos eternos, llamado “El Premio”
¿Suena bien, verdad? Pues no tanto. No cabe duda de que Highlander es una franquicia llena de contrastes. Mientras que la película original es un clásico de culto, su secuela del año 1991 se encuentra en cada listado realizado sobre las peores peliculas de la historia. Lejos de encontrarse en la cima de la popularidad, sin embargo, dio lugar a no pocos Spin-offs y aún más secuelas, además de incursionar en otros medios. La suerte, sin embargo, tampoco mejoro demasiado. La serie animada (1994-1996) es terrible y la película original para vídeo Highlander: The Search for Vengeance (1997) es tan alternativa que alternadamente se fue al carajo. No olvidar el videojuego planeado para las consolas de la pasada generación, cancelado a la mitad de su desarrollo. En cuanto a las secuelas de la película, cada una es peor que la anterior.
Pero si cada producto es tan malo ¿cómo es que los fans seguimos amando este concepto?
Vamos, pese a la mala racha un reboot de la franquicia está en producción. La razón, apuesto mi cabeza por ello, es la serie de TV Highlander: The Series (1992-1998) altamente disfrutable concepto televisivo que logró dar coherencia al ciertamente confuso universo Highlander, manteniendo viva la franquicia pese a la clara torpeza de sus creadores para continuarla sin perpetrar estulticias como las ya mencionadas secuelas y animaciones.
Historia, drama y acción en un mismo lugar…
Nadie sabe el origen de los inmortales. Como en todo, algunos defienden en bien y otros abusan de su poder para oprimir a la humanidad. Se encuentran embebidos en “The Game”, duelos a muerte entre ellos para reclamar el poder del adversario. Al final sobrevivirá uno, quien poseerá poderes inmensos. Al paso de los siglos se han establecido reglas para estas luchas, que siempre han de ser duelos con armas cortantes, uno a uno, y jamás sobre suelo sagrado so pena de morir aunque se gane el combate.
Connor McLeod (Lambert), nacido en las Tierras Altas Esocesas (Highlands), ha luchado por siglos por impedir que sea un inmortal maligno el ganador del Juego y en consecuencia lleve a la humanidad a una era eterna de oscuridad. Cansado y temeroso de ser incapaz de lograrlo, acudirá a su primo Duncan MacLeod (Adrian Paul) también inmortal y conocido por su gran habilidad como peleador, para que regrese al Juego. Duncan se niega inicialmente, pues goza de una vida pacífica al lado de su amante mortal Tessa (Alexandra Vandernoot) y carece de interés en El Premio. No obstante, el propio Duncan será perseguido por un antiguo enemigo que clama por su cabeza, de modo que aceptará volver a blandir su espada.
Es así como Duncan, protagonista de la serie, luchará contra otros inmortales que representen un peligro para la humanidad a la vez que huye de los demonios de su pasado. Todo esto aderezado con elaborados flash backs a épocas antiguas y cuyos eventos inciden en la vida actual de Duncan.
Inmortales que sufren el dolor de ver a sus seres queridos morir sin remedio, inmortales malvados que no temen esclavizar a a los humanos y el tener que vivir con las consecuencias de sus actos pasados, aunque hayan pasado siglos, son la temática de la serie.
No podemos dejar de lado la brillante música del talentosisimo grupo Queen. Princeses of The Universe, el tema principal, es catártico. La dolorosa Who Wants To Live Forever es uno de los temas más bellos de la historia del rock.
…y muchas, pero muchas espadas.
Años antes que The Deadliest Warrior, Highlander:The Series nos permitió gozar de duelos a espada entre diversos estilos de combate y tipos de armas que en la historia difícilmente pudieron ocurrir (No dejen de leer sobre La Batalla de Cagayan, poco conocido choque entre soldados españoles y piratas japoneses en Filipinas, en el siglo XVI… Pero esa es harina de otro costal).
Duncan blande una Katana, arma que goza de gran popularidad en los medios de entretenimiento. No obstante, tanto a él como a los otros inmortales les vimos luchar con broadswords escocesas, alfanges y roperas, hasta lanzas apaches en su larga vida. Hachas contra Lanzas, Katanas contra Alabardas, Roperas contra Sables, Scimitarras contra Daos chinas… La lista es interminable. Quienes gozamos de las artes marciales no podíamos dejar de apreciar este notable esfuerzo.
Y todo para salvar el concepto.
Las películas, cabe señalar, planteaban más preguntas que respuestas. Sin hacerlo perfectamente, la serie brindo coherencia a las andanzas de los inmortales. Sin estar libre de anacronismos y errores de continuidad, quienes amamos el concepto suspiramos aliviados cuando por fin comprendimos el desastroso mundo de los que están condenados a vivir eternamente.
En vista del próximo reboot, olviden las delirantes películas y conozcan este mundo fascinante mediante esta genial serie. Ignoren la estridente moda noventera, se van a divertir.