Second Chance: True Detective
Esta semana pasada, bueno a decir verdad, desde el puente del 16 me dediqué junto con la Lechuza a ver series de tv y escogimos ver Blind Spot porque ahí sale la bella Jamie Alexander y digamos que le seguí la corriente. Para mitad de semana intuí que debía conseguir otra serie que manejara bien la intriga y fue cuando recordé que todo Cinescopia (incluyendo al Dr Dark) me habían recomendado la primera temporada de True Detective de HBO.
True Detective es una serie atípica para estos días, lo intuyes desde ese maravilloso openning a cargo de The Handsome Family que anuncia el inicio de cada uno de los 8 capítulos de una hora que los haría pensar que es demasiado corta, pero no se dejen engañar que su creador Nic Pizzolatto carga cada episodio de mucha información y sucesos que los hacen sentir como si fueran dos. Así que esta serie no es para millenials ni aquellos entes que deben estar pegados a su celular, cada momento que pasa realmente cuenta.
La serie nos narra un caso en concreto que deben resolver dos detectives del estado de Luisiana, que lejos de ser muy sanguinario, es un crimen ritual con una gran cantidad de símbolos esotéricos y que han puesto los pelos de punta de los locales. Para esto han llamado a Martin Hart (Woody Harrelson) y Rustin “Rust” Cohle (Matthew McConaughey), lo cuales no solo nos van a narrar tres líneas temporales, sino que servirán como una dura crítica de la sociedad, sus vicios, su hipocresía y claro, al tema favorito de los progres, el fanatismo religioso. Su delicada relación profesional le da una nueva dimensión al cliché pareja dispareja.
Lejos de ser una serie con muchos crímenes, escenas de acción o crímenes fuera de lo común, True Detective es una verdadera joya porque gira alrededor de sus protagonistas y la trama se desarrolla al mostrar personajes reales, tridimensionales, con sus propios miedos, aspiraciones y su tendencia a cometer errores. Harrelson demuestra que es algo más que el encasillado personaje estrafalario de relleno que vemos en muchas películas mientras que McConaughey mantiene un nivel muy alto, desde que lo vimos en Killer Joe. Lo mejor de True Detective es que no necesitan un ejército de personajes acartonados e unidimensionales que solo pueden mostrar un rasgo personal (ya saben, el cerebrito, el macho alfa, la chica ruda) y otro detalle que es vital para esto es la forma en que desarrollan una investigación, cero tecnología de fantasía con deux ex machina. No por algo se llama Detective de Verdad 😉
Pero nada de esto funcionaría si no existiese una mano firme que llevara a todos por el buen camino y quien mejor que el joven director en ascenso Cary Fukunaga, quien logra encausar el desafiante argumento de Pizzelotto, así como llevar a estos dos veteranos a dar unas actuaciones inolvidables. Sin necesidad de llegar a lo gore, de mostrar escenas muy gráficas o recurrir a efectos especiales, Fukunaga logra envolvernos en ese ambiente peligroso del Bayou y experimentar el odio de los protagonistas hacia un oscuro y misterioso antagonista, que no decepciona.
De la segunda temporada no me pregunten, parece ser que sufre un severo caso de Star Wars con sus precuelas. Honestamente no he podido verla pero a pesar de todas las advertencias, la terminaré viendo porque soy demasiado curioso para mi desgracia.
Así que ya lo saben, si no la han visto, no pierdan su tiempo poniéndose al día con GoT o tratando de ver Stranger Things, descárguenla y disfrútenla.
¡Hasta la próxima!
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