Señora Influencer: La Rosa de Guadalupe en Tik Tok
Imagínense que alguien despertó y se le ocurrió la brillante idea de hacer una fusión entre el Joker y todos los clichés “edgy” de cualquier película que tenga como protagonista a una persona con problemas mentales, pero con el objetivo de conectar con la juventud. De este intento de asqueroso Frankenstein nace “Señora Influencer”, una película que intenta, desea, pero no logra ser una sátira sobre el mundo de los influencers y las redes sociales. Esto ocurre porque confunde la sátira con la simple exposición de aspectos “oscuros” o “edgy”, y por lo tanto, cree erróneamente que será una “crítica” “madura”.
Tan superficial como su objeto de burla
Su principal fallo radica en que, antes de desarrollar a su personaje principal, se enfoca demasiado en elementos escatológicos o escandalosos. El protagonista tiene quizás una de las peores caracterizaciones de los últimos años (en el cine mexicano), ya que se limita a una sola línea de “está loco porque nació así”, sin mostrar ningún contexto sobre su enfermedad o una reflexión sobre la importancia de la salud mental. Por el contrario, parece que la película se esfuerza por burlarse y ridiculizar a las personas que tienen este tipo de problemas, lo que la hace parecer más una versión de “La Rosa de Guadalupe” cuando abordaban temas delicados y terminaban siendo una burla o una caricatura denigrante en lugar de una reflexión.
Precisamente, la película tiene una escritura al estilo “La Rosa de Guadalupe”, que consiste en tomar un tema de “moda” y explotarlo sin ofrecer una reflexión imparcial o un discurso significativo sobre el mismo. Toca temas como el coaching, los haters y el funcionamiento de los círculos mediáticos de los influencers, pero solo muestra estos problemas de manera superficial y explícita. Nunca profundiza ni ofrece un análisis crítico de los impactos negativos de este sistema. Tampoco explora por qué surgen estos fenómenos culturales socialmente, ni las consecuencias de estos comportamientos superficiales a nivel social e individual. Simplemente los caricaturiza de manera banal y los incorpora en la película porque es “lo que está de moda”.
Todo esto se siente como una oportunidad desperdiciada, ya que podría haber explorado y criticado cómo un individuo mentalmente inestable se convierte en un ídolo de barro. Sin embargo, la pésima escritura prefiere enfocarse en crear una visión hueca e intentar hacer creer que al incluir elementos “edgy”, la película se vuelve más “disruptiva” y “madura”.
Y es en este momento cuando repito uno de mis mantras favoritos:
“Sin ningún contexto o construcción previa en personajes y trama, los elementos escatológicos no funcionan y, en lugar de parecer maduros, denotan inmadurez al creer que la violencia o el sexo sin sentido son sinónimo de ser adulto.”
Siendo honestos, no culpo ni siquiera al director de esta visión, ya que en los últimos 20 años las sitcoms estadounidenses (especialmente los dibujos animados) y, en particular, todo lo dirigido a la generación MTV, han creído que todo lo vulgar, grosero y violento es sinónimo de madurez. Esto ha generado programas mediocres como los escritos por Seth MacFarlane, la degradación de Los Simpson desde la temporada 10 y la malinterpretación del contenido subido de tono en programas como “South Park” o “Seinfeld” (que, a pesar de su contenido fuerte, tiene un contexto que justifica su uso).
La comparación inmediata de esta película sería con la cinta “Sick of Myself”. Ambas tratan el tema de la superficialidad en las redes sociales, pero la película noruega desarrolla sólidamente a su personaje principal y explora su psicología, lo que le da profundidad al tema. Además, utiliza ciertos elementos visuales que vienen justificados por la trama. Esto contrasta enormemente con “Señora Influencer”, que carece de coherencia, que el final de la película lo cuenta al principio y después trata de enmendar este error con un plot Twist ridículo
Si bien parte del tono de la película depende del guion, la dirección también tiene su responsabilidad. La edición y la fotografía adoptan un estilo demasiado simplista que no logra distinguir entre la “sátira” y el “thriller psicológico”. Solo en las secuencias finales se inicia una separación visual, pero ya es demasiado tarde.
Calificaciones
Guion 1.2 – Una visión superficial del tema
Dirección 1.6 – Mal manejo de tonos
Actores: 1.4 – Ni Monica Huarte salva esto
Extras: 0.4 – De perdida tiene buen sonido
Calificación: 4.6 – Mala
El cine comercial mexicano parece estar en una competencia constante por superar las estupideces de su principal referente, Eugenio Derbez. “Señora Influencer” es un ejemplo de esto. Es una película que tenía potencial y una serie de ideas interesantes, pero irónicamente opta por parecerse a las figuras de plástico a las que “intenta” criticar.