Shadow in the Cloud: Un serie b de altura
Hay películas que no solo merecen mucho más respeto de lo que aspiran, sino que también son totalmente necesarias para mantener un equilibrio entre el cine de autor, el drama y/o indie, y el bodrio hollywoodense de manual que las plataformas también han adoptado con sus repetidas y “pinchurrientas” series. En ese limbo persiste y sobrevive a mi consideración lo que se acuña como el cine “serie b”, el cual también ha tenido cierta evolución hacía los nuevos formatos al conservar su entretenida absurdez y los elementos folclóricos y culturales que lo definen, pero ahora con mucho mayor presupuesto de producción y actores de mucho o cierto renombre.
Pues bien, en esa delgada línea se posiciona sin ningún problema no solo uno de los eventos de entretenimiento más eficaces, sino también posiblemente la mejor película de acción del 2020. Me refiero a Shadow in the Cloud, una combinación explosiva entre cine bélico, aventura, acción, suspenso y horror que en poco más de 70 minutos ofrece la correcta dosis de adrenalina, emociones y tensión, pero con un poquito más de valores fílmicos, lo cual de entrada ya la separa de muchos otros productos de su misma índole, ganando incluso el premio de la audiencia en la gustada sección “Locura de Medianoche” del Festival de Toronto
Para empezar estamos ante un diseño de producción minimalista pero muy efectivo. Como todo truco del cine serie b, la directora Roseanne Liang saca su as bajo la manga al enclaustrar a su protagonista en una cabina de avión durante casi (o incluso un poco más) la mitad del metraje, desarrollando un relato claustrofóbico y de una muy loable impresión de suspenso y diálogos, los cuales se dan entre la heroína y una tripulación de “machos” soldados opresores que no paran de humillarla y abusarla oralmente, todo esto mientras somos testigos de tres amenazas: aviones japoneses, ¡un puto gremlin humanoide vampiro que quiere algo que está dentro del avión!, y una tensión interna entre los tripulantes por descubrir que carajos hay en el maletín secreto que la misteriosa nueva tripulante y protagonista introdujo como secreto del estado mayor. Esta combinación de peligros, si bien detonan muy rápidamente el misterio y giro de la trama, también dan como consecuencia una seguidilla de explosivos momentos que hacen que sea imposible para el espectador parpadear y perder un segundo de tan loable estupidez.
Los personajes secundarios (todos ellos hombres) pasan a un segundo plano no sin antes ser provistos por una muy fugaz estructura a través de sus diálogos y una peculiar presentación de sus rostros (a mi parecer un recurso narrativo que me pareció muy fresco y funcional). Esta decisión responde de manera obvia a revelar el contexto de la cinta, lo cual es una aventura de empoderamiento femenino frente a un entorno totalmente extremo e inverosímil ¿pero adivinen qué? ¡Funciona! Y esto no solo a la agilidad narrativa, sino también gracias a la presencia de Chloë Grace Moretz , y por último a un elemento mcguffin (una de las amenazas), que termina por ser el mayor morbo y por ende causante de disparar el mayor entretenimiento e interés sobre el hilarante y explosivo absurdo que estamos presenciado.
Para la segunda mitad todo se transforma de un relato de suspenso a una destornillada aventura de acción con todos las situaciones clichés esperadas, pero proyectadas de una forma tan violenta como galante que a nadie le importa un carajo la lógica de lo que pasa a bordo del avión aliado. Para ese punto también la excelente labor de los efectos especiales han hecho de los suyo, así como también la notoria habilidad técnica de la su directora al deleitarnos con una serie de pequeños planos secuencia que agregan más divertida tensión a su relato.
Y regresando a la figura de Grace Moretz, aquella niña “Hit Girl” debería considerar ampliamente equilibrar su carrera entre el drama y la oportunidad que se le ofrece como una “heroína de acción”, pues la rubia luce muy bien haciéndolo y tirando chingadazos. Para el final (quizá el punto más bajo del film incluso tratándose de un serie b), la conexión con su personaje es tan bien lograda que ya nada importa ¡Nada! Literal.
Lo recalco, hay películas que son necesarias para mantener el equilibrio y de paso abordar una aventura feminista de explosivas y correctas proporciones, y Shadow in the Cloud quizá sea el ejemplo más claro de dicha necesidad. Recomendadísima. Disfrútenla.