Slender Man: Menos gritos y más risas aseguradas
Basado en un personaje que se creó a partir de leyendas urbanas por internet, la dosis de terror semanal llega en esta ocasión con Slender Man, un ente fantasmagórico/espectral que acecha, acosa, perturba y traumatiza a sus víctimas, especialmente niños. Una historia con aparente potencial, ¿por qué no logró aterrorizarnos de la misma manera en pantalla?
Slender Man se centra en un pequeña pueblo de Estados Unidos en donde un grupo de amigas experimentan extraños sucesos tras ver un video en internet referente a Slender Man, una figura muy alta, delgada, con brazos largos y sin rostro, responsable de la desaparición de innumerables niños (y adolescentes).
El mito alrededor de esta criatura creada en la web se volvió parte de la cultura popular gracias a terroríficas leyendas que fueron alimentándolo, material suficiente para crear una película del género que traspasara las barreras de los fanfics en los foros. El conflicto surge cuando desde la sinopsis te das cuenta que esto no pinta nada bien; de hecho, creo que el plot de un video como detonante de toda la historia le quita bastante interés a la película, ¿se imaginan al payaso Pennywise actuando de esa manera?
Hablar de los problemas de la cinta parece confuso cuando son tantos que no se sabe por dónde empezar. Hablemos de los inolvidables clichés: los adolescentes sin padres que toman decisiones idiotas, la música que te advierte de un próximo intento de susto, el evidente peligro del que hace caso omiso el protagonista y la abundante oscuridad totalmente evitable, ¿oyes ruidos extraños? ¡prende la luz!
Lo sé, tal vez no sería una película de terror si hubiese mucha iluminación, pero no estaría mal ponerle justificación a las cosas para que resulte más creíble y al final logre su cometido que es asustarnos. Las insensateces abundan, nada tiene razón de ser en un ambiente que se ve forzado a convertirse en uno de miedo solamente por la ausencia de luz (también hay mucha neblina) mientras que las situaciones lejos de estremecer logran parecer graciosas para la audiencia.
Cuando las risas abundan y los gritos son nulos, se vuelve obvio que el terror se convirtió en fracaso. Cada escena destinada al horror se vuelve ridícula cuando te guía de manera predecible hacia un destino que hace ver inútil al personaje involucrado. Pero el chiste aquí no es que entretenga, si no que le sea fiel a su género y el filme se las ingenie para provocarte pesadillas en las noches, ¿o acaso le hemos dado un nuevo significado al cine de terror?
Nada recomendable y muy olvidable, Slender Man resulta en una estafa para los amantes de los sustos y sobresaltos. Una historia que parecía tener potencial se queda como otra película más de adolescentes absurdos e idiotas que no saben prender un foco pero sí entrar al desolado bosque en medio de la noche, ¿en serio?
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