Smile 2: El que ríe al último ríe mejor
Desde su antecesora, Smile ha sido uno de esos conceptos bastante creativos y un caso peculiar en el que la invención puede sostener una trama gracias al trasfondo de su significado. En esta secuela, Smile 2, se sigue la misma línea: una entidad demoníaca persigue a quienes han presenciado la muerte trágica de alguien perturbado por ese mismo espectro. Además, los portadores sufren ilusiones donde ven a sus conocidos sonriendo de forma siniestra. La diferencia es que la historia ahora se centra en una cantante pop de fama mundial, quien, al presenciar la muerte de un infectado, queda atrapada por la maldición en pleno lanzamiento de su gira mundial.
Si bien Smile 2 tarda en despegar, especialmente porque resulta más difícil empatizar con Skye (dado que su condición de estrella es menos terrenal), el cambio de rol no es tan superficial como parece y se justifica a medida que avanza la trama.
El enfoque principal de la primera giraba en torno a la salud mental, con el ente alimentándose de traumas profundos no resueltos. En Smile 2, la historia ofrece una nueva perspectiva: la entidad también puede nutrirse de la culpa (una emoción que puede preceder a los traumas), lo que le añade una capa interesante al argumento, pues la cantante pop, marcada por un pasado reciente de excesos, siente culpa por un evento que fue el punto de quiebre en su vida y que la llevó a buscar una segunda oportunidad, alejándose de los vicios propios del estrellato.
Esta culpa se ve reforzada por la percepción externa de su familia, su representante y sus amigos. Skye no tiene vínculos genuinos, ya que, debido a su vida descontrolada, muchos se han distanciado de ella. Los únicos cercanos a su entorno solo la ven como una máquina de generar ingresos, preocupados de que sus antecedentes con las drogas y el alcohol la destruyan. Como resultado, Skye vive con la constante sensación de que arruinará la vida de los demás y se siente presionada a cumplir las expectativas ajenas para no perder a quienes la rodean. La entidad aprovecha este vacío de inseguridad y la soledad casi absoluta para manipularla mentalmente.
Este enfoque hace que Smile 2 sea una secuela digna, pues no cae en la repetición, sino que amplía la historia. Además, subraya la falta de apoyo emocional en la vida de la protagonista, lo que resulta aún más triste por el hecho de que su círculo cercano la reduce a una mercancía.
Sin embargo, Smile 2 no está exenta de errores. El más notable es que, al igual que su predecesora, deja la sensación de que podría haber explotado mejor su concepto. En cambio, recurre a los clichés más predecibles del género (como jump scares y trucos mentales) y a un estilo gore que, en ocasiones, opaca la trama en lugar de enriquecerla.
Un aspecto que hace también tambalear a Smile 2 es su protagonista. La empatía hacia Skye surge más por la tragedia que por su desarrollo psicológico. A diferencia de la Dra. Rose, Skye carece de profundidad, pus sin el trauma que la envuelve, su personaje queda vacío, algo evidente en los primeros minutos, donde la película resulta aburrida por lo poco interesante que es ella. Aunque la intención haya sido representar a una cantante pop “plástica”, esta decisión limita la conexión con el público.
El acto final cae en un plot twist sumamente flojo, utilizando el tropo clásico de “todo está en su cabeza”, lo que vuelve el desenlace predecible, especialmente porque conociendo las reglas de este universo el motivo por el cual la entidad elige a Skye se adivina en los primeros quince minutos. Si hubiera una “Smile 3”, el rumbo que podría tomar la franquicia no genera demasiadas expectativas.
La dirección es decente, aunque presenta problemas de ritmo al inicio. Sin embargo, Smile 2 mejora en el acto intermedio, donde comienza a despegar y deja de abusar de los jump scares para centrarse más en generar tensión. Naomi Scott hace un buen trabajo en su papel y demuestra que tiene un futuro prometedor en la actuación.
Calificaciones
Guion: 2.2
Dirección: 2.6
Actuaciones: 1.5
Extras: 0.5
Calificación total: 6.8
A pesar de sus fallos, Smile 2 sigue siendo entretenida. Es uno de esos casos en los que el concepto logra compensar los errores. Aunque es inferior a la primera en algunos aspectos, es más sólida en otros. Sin duda, no dejará indiferente a nadie, provocando una sonrisa en el espectador, ya sea de alegría o de miedo.