Socias en guerra: cuando la amistad se pone a prueba, y la paciencia del espectador también.

Hace algunos años Miguel Arteta y Salma Hayek habían hecho una buena dupla en la bastante aceptable Beatriz at dinner (2017); además el director puertorriqueño también contaba en su historial con The Good girl (2002) la cual también había sido muy bien recibida por la crítica. Sin embargo, su reciente colaboración en Like a boss no tiene nada prometedor como en aquellas ocasiones.

Bajo la premisa de empoderamiento femenino, muy ad hoc con los tiempos actuales, la realidad es que este es uno de los varios temas que toca pero en el que nunca llega a profundizar y se desmorona conforme avanza hundiéndose junto con todos los demás temas que trata de abordar. Escrita por Sam Pitman y Adam Cole-Kelly es una historia que pretende ser comedia, pero no logra más que en un par de ocasiones sacar una leve sonrisa, ya que abusa de las situaciones burdas, sosas y ni siquiera los clichés propios de este género, por más gastados que estén, los llega a conseguir.

Mel (Rose Byrne) y Mia (Tiffany Haddish) son dos mejores amigas que se conocen desde hace más de 20 años, incluso viven juntas y han fundado su propia compañía de cosméticos M&M  del cual son socias; en él Mia se encarga de la parte creativa y Mel de la administrativa por así decirlo. Tratar de mantener a flote su empresa no ha sido fácil y es su labor de día con día ya que a pesar de tener un par de productos “estrella” debido a malos manejos administrativos (Mel le ha dado más peso a la amistad que al negocio), han adquirido una deuda de unos cuantos miles de dólares. Un buen día la magnate de los productos de belleza Claire Luna (una completamente ridiculizada Salma Hayek) llega con ellas con la intención de invertir en su negocio, absorbiendo su deuda con la condición de adquirir el 51% de las acciones, situación que Mia rechaza en un primer momento ya que no quiere perder la libertad de las decisiones en su negocio, pero Mel la convence y terminan aceptando más por necesidad que por convencimiento. Lo que no saben y como es de esperarse, es que Luna hará todo lo posible por apoderarse de M&M y de paso romper la amistad entre ambas, porque como buena villana telenovelesca (más bien caricaturesca, solo le faltó su carcajada macabra), se alimenta del sufrimiento ajeno.

 

Y aquí es cuando comienzan varias situaciones que pondrán a raya la amistad entre ambas, confrontándolas en todo momento; situaciones que se supone deben ser divertidas y entretenidas para el espectador, sin embargo conforme avanzan los diálogos chistosos son nulos, la comedia “física” completamente se desvanece, oir y ver a Salma con esa dentadura falsa y su (aún más) nefasto acento; hacen que quieras que se termine lo más pronto posible. Y así todo se va cayendo, para desembocar en un final completamente predecible.

Sin esperar nada de la cinta, algo a favor es la buena química entre sus dos protagonistas y la vena cómica que tienen ambas, en especial Byrne aunque aquí no lo puede explotar mucho, un soundtrack agradable y un cameo de Lisa Kudrow casi al final, simplón pero inesperado. Y lo peor, pues el guion, Salma Hayek, el acento de Salma Hayek (en serio ¿cuántos años tiene viviendo allá?¡), la dentadura falsa de Salma Hayek, y nuevamente el guion.

El resultado es un película que nunca debió ni siquiera concebirse, completamente innecesaria, con más clichés y estereotipos que cualquier comedia gringa boba de finales de los 90’s; y que en la medida de lo posible deben evitar. En verdad advertidos están.

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Acerca del autor

Clementine   @@lupistruphis  

Escéptica ante todo, pero con una gran curiosidad. Amante del café y del aroma a libros viejos. Nostálgica e idealista sin remedio. Alguna vez de niña me llevaron al cine, y siempre vuelvo a él porque siempre me salva.


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