Star Wars: Rise of Skywalker, de vuelta al status quo

Al fin, el segundo hot mess del año. La última entrega de la nueva etapa de Star Wars, programada desde mediados de la década, llegó raspando a nuestras salas. Si no la han visto, por favor guarden la liga y léanlo después.

Volvamos al inicio para comenzar. La nueva etapa de Star Wars, tras la compra de Lucasfilms por Disney, prometía una nueva visión que partiera de la historia original de George Lucas. La idea original era que tres directores con visiones distintas (J.J. Abrams, Rian Johnson, Colin Trevorrow) modernizaran la historia y presentaran a las nuevas generaciones una historia sobre la batalla del bien contra el mal, heroísmo, la importancia de formar lazos y enfrentar, juntos, las adversidades.

The Force Awakens presentó a nuevos personajes y planteó el escenario, haciendo muchísimas referencias a A New Hope para atraer y complacer a la mayor cantidad de personas posible. The Last Jedi hizo algo impensable para una película de este tipo: tomar riesgos. Dirigida y escrita por Johnson, la película cuestionó las nociones de heroísmo, de la banalidad del mal, y del propósito detrás de las acciones de cada personaje, dándole una profundidad incomparable a la saga y diferenciándose sustancialmente del resto. Empero, este curso de acción no fue del agrado de una muy vocal minoría virtual, que alegaba que Johnson (y Disney con todo el proyecto de la nueva saga) habían “arruinado sus infancias” con “cosas políticamente correctas” que “no hacían sentido”. Fue entonces que la compañía decidió despedir al siguiente director y llamarle a Abrams de nuevo para que “arreglara” la entrega final, y, pues, los resultados son entretenidos pero vacíos. Al igual que la primera de esta nueva trilogía, Rise of Skywalker fue hecha para complacer a la mayor cantidad de gente posible, valiéndose más de elementos visuales clave pero sin una sola idea ni propuesta original.

Rise of Skywalker retoma a la Resistencia y su lucha contra la Primera Orden. El guion de Chris Terrio y J. J. Abrams parte de la historia moldeada por Derek Connolly y Trevorrow (despedido en parte por lo ya mencionado, además del fracaso de The Book of Henry) y se dedica a complacer toda teoría de fan surgida tras TFA (excepto, claro, el posible romance entre Finn y Poe Dameron). La película retoma el hilo de redención de Kylo Ren/Ben Solo y le da breves empujones para completarlo, pero trabaja activamente en destruir todo lo que la película anterior había establecido con el resto de los personajes. La genialidad del personaje de Rey, por ejemplo, era que se convirtió en Jedi a pesar de que era “nadie” (vaya, no era hija o nieta de Alguien Importante); por otro lado, Poe Dameron tenía que experimentar lo que son los fracasos y el costo humano de la guerra para aprender a ser mejor líder de la Resistencia, mientras que Finn y Rose tenían que cuestionar su propósito dentro de la misma y aprender que El Mal no es algo concreto que puede eliminarse tras vencer a la Primera Orden.

Todo eso desaparece para desplazar personajes y mandarlos “al fondo”, rellenar arcos forzados e insertar una historia que avanza sin propósito, provocando que las revelaciones no tengan el impacto dramático necesario. Asimismo, el giro más importante a la historia refuerza la ambivalencia política de esta nueva serie, en la que “en ambos lados” se puede encontrar gente buena y mala, independientemente de la desproporción del poder y uso de violencia, que harán “lo correcto” en su momento.

En cuanto a cuestiones técnicas, la película es impecable; el ritmo y avance de la película es ágil, y tanto los encuadres como la cinematografía y diseño de producción son bellísimos. Los momentos de humor están bien orquestados, se introdujeron nuevos personajes (superficialmente, claro) y regresan caras conocidas.

Por sí misma, RoS es entretenida y divertida, suficiente para pasar el rato pero hasta ahí. Al igual que otras películas de este año, está bien a secas, y pasaría sin pena ni gloria si no fuera la última de esta trilogía. Los riesgos que se toman en esta película son nulos, y la historia sufre por ello; el decepcionante final de esta saga demuestra una falta de organización impresionante dentro de la producción, que la visión creativa y narrativa fue mínima, , y que importó más la combinación entre complacer a un grupo pequeño y vocal y revivir una saga multimillonaria que construir nuevas historias con un significado importante. The greatest teacher, failure is decía Yoda en una escena clave en esta sagaojalá lo tomen en cuenta para las siguientes entregas y proyectos no ligados a Star Wars.

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