Strays: Maltrato físico – fílmico hacía los perros
De los perros siempre se ha dicho que es el mejor amigo del hombre y en estos nuevos tiempos, ahora son hasta el mejor sustituto de los hijos. Estas nuevas generaciones de adultos jóvenes prefieren tener perros, subirlos a una carriola para sacarlos a pasear, gastar ridículas cantidades de dinero en cosas todavía más ridículas como pasteles para perros, ropa, paletas, fiestas, juguetes, llevarlos a bares y exigir que todo sea “pet friendly” sin importar que al resto nos moleste comer en un restaurante con un perro babeando a lado. Dicho por expertos, es maltrato animal tratar a un perro como humano, pero bueno, soy de otra generación y cosas como esta lo hacen más evidente.
Pero ¿alguien se ha puesto a pensar que opinan los perros de esto? Pues de eso pretende tratarse esta película de Hijos de perra.
Resulta que es la historia de Reggie, un perrito mestizo que, al principio, en voz en off nos empieza a contar como fue que conoció a su dueño, un tipo llamado Doug, que es desempleado, drogadicto, engaña a su novia, vive en una casa toda desordenada y sucia y, cuando la novia lo deja, se pasa el día viendo porno y masturbándose, aun así, Reggie cree que es el mejor humano del mundo y que lo ama como él ama a Doug. Por no pagar la renta le llega una orden de desalojo a Doug y, cuando está en la mudanza, Reggie rompe su pipa donde fuma su droga, Doug se pone furioso e intenta deshacerse de Reggie tirándole una pelota de tenis cada vez más lejos de la casa, pero Reggie cree que es un juego y siempre regresa. Hasta que lo lleva a otra ciudad y ya no puede regresar. Reggie conoce a otros perros y empieza la aventura por regresar a casa con Doug.
Otra buena idea de cómo los perros aman incondicionalmente a los humanos, como es que creemos que nos ven y lo que pueden estar pensando sobre que les están tomando fotos para redes sociales, los vistan y hasta les hagan cuentas personales. Sin embargo, la película maneja un lenguaje muy vulgar que la hace imposible de disfrutar.
A ver, hay que darle el beneficio de la duda, vimos la versión doblada al español o mexicano, por Ricardo O`Farrill, Carlos Ballarta, Michelle Rodriguez, Mario Filio, Sergio Gutierrez Coto y Dafnis Fernandez en los personajes principales y, aunque lo hacen bien, no sé si así venía de origen el guion, pero son demasiadas, DEMASIADAS, malas palabras, muchos chistes de penes, vaginas, cacas, sexo sin contexto. Hay una escena donde cuentan unos cinco chistes seguidos sobre la posición de perrito en el sexo y aburre. Hay secuencias de perros haciendo caca, pero con la cámara, literal, en la cola. Perros comiendo vomito, gente embarrada de caca. Muy ¡MUY DESAGRADABLE! Y pudieran decir “Vilma, tú no eres el público para ese tipo de humor” y si tienen razón, no lo soy, pero la gran mayoría de la sala donde la vi, tampoco.
Fue muy poca la gente que se rio, se sentía asco en el ambiente y sales con una sensación muy desagradable. Quiero pensar que es mejor la versión original, pero no se me antoja volver a verla, ya tuve suficiente con el asco que me hizo sentir.
Lástima que el guionista Dan Perrault y el director Josh Greenbaum decidieran hacer algo tan asqueroso a unos animales que siempre han sido tan queridos y cuidados. Otra vez, el humano ejerciendo maltrato animal hacia los perros.
2 Comments
Tremenda reseña tan mamadora jajaja, la película no era para vos. “La película presenta un lenguaje vulgar que la hace imposible de disfrutar”. Pues claro, subnormal, es de los creadores de Ted, andá a ver Disney Chanel vieja chupavergas
No cabe duda de que usted si es el público para esa película, incluso el título que le pusieron en español le queda Perfecto a usted. Saludos Ídem