Super: Cuando James Gunn tenía talento
¿Por qué si existen muchas historias de superhéroes, nunca nadie ha intentado convertirse en uno?
En 2010, 2 ficciones intentaron responder está pregunta: Kick-ass, basada en un cómic, y Super. La primera cae en las convenciones de siempre e incluso tuvo una secuela. La segunda es una idea original escrita exclusivamente para cine.
En esa época, el detestable MCU apenas se estaba formando, y todavía Kevin Feige no nos atragantaba con 3 películas al año; Christopher Nolan tenía el ego hasta las nubes por su éxito con The Dark Knight; y Zack Snyder todavía no profanaba a los personajes de DC. En ese contexto, un tal James Gunn estrenaba su segundo largometraje, protagonizado por Rainn Wilson, estrella de The Office, serie que estaba en su pleno apogeo.
Super cuenta la historia de Frank (Rainn Wilson), un gran perdedor, extraño, sin una vocación real, y un poco fanático religioso. Está casado con Sarah (Liv Tyler), una mujer drogadicta que lo abandona para irse con Jaques (Kevin Bacon), y traficante de drogas. Mientras Frank ve el programa de un superhéroe llamado The Holly Avenger, comienza a tener un plan para rescatar a su esposa. En una visita a una tienda de cómics conoce a Libby (Antes Ellen Page), quien se convierte en su side-kick para combatir el crimen.
Frank se convierte en Crimson Bolt, un héroe vestido de rojo que golpea a criminales con una llave de tuercas, les lanza ladrillos, y los golpea con sus puños. El tono es crudo, violento, explicito, con una carga de humor negro, y al mismo tiempo logra ser entrañable, te estremece, pero nunca llega al maniqueísmo.
El toque de la religión en el personaje es probablemente lo que la diferencia de otras películas de superhéroes. Su motivación de Crimson Bolt es el amor e intentar hacer el bien, aunque en realidad nos deja claro que se necesita ser un psicópata si alguien se atreviese a tomar su justicia en sus propias manos. Explora que la posibilidad de ser un vengador enmascarado es tan mala idea como convertirse en un criminal, lo cual es ir en contra de las convenciones del cine de superhéroes.
Es 2023. Kevin Feige sigue expandiendo Marvel, y parece no tener fin, Christopher Nolan ya no está interesado en adaptar cómics, y Zack Snyder está fuera de DC. James Gunn está por estrenar la tercera para de Guardianes de la Galaxia, y spoiler, seguro será infame, y además ahora está a cargo de DC. Un ejemplo de cómo no importa si creías que Marvel y DC eran diferentes, esto demuestra como la industria cultural y Hollywood nos van a venden pan con lo mismo.
James Gunn tenía talento, pudo convertirse en una especie de Edgar Wright (quien por cierto mandó al diablo a Marvel), pero su por quedarse en un lugar cómodo ya no se arriesgó, y hasta se atrevió a blasfemar contra Martin Scorsese. Tal vez en otro universo su filmografía tiene más películas parecidas a Super, pero eso nunca lo sabremos.