Taxi (Taxi Teherán): Documental en falso
Cuando eres cineasta y te encarcelan por hacer cine ¿qué haces? Sencillo, después de 77 días encarcelado, sin ver a tu familia o a tu abogado y recibiendo amenazas, montas una huelga de hambre por diez días que presione a garantizar tus derechos como detenido y te permita salir bajo fianza hasta tu juicio y veredicto final. Jafar Panahi logró salir después de 88 días en prisión, pagando una fianza de 150 mil euros, unos meses más tarde el veredicto fue dicho:
Culpable por actuar contra la seguridad nacional y hacer propaganda contra el estado. Sentencia: 6 años de prisión, y la prohibición de escribir guiones, hacer cine, dar entrevistas y salir del país por 20 años.
Pero como Panahi es terco le gusta jugarse la vida dirigiendo en secreto y filmando a escondidas, unas veces desde casa, otras por las calles de Teherán que es su prisión actual. Desde su confinamiento ha filmado tres películas: “This is Not a Film”, “Closed curtain” y la más reciente “Taxi”.
“Taxi Teherán” que es como se conoce en Latinoamérica, fue la ganadora del Oso de Berlín y del Premio FIPRESCI de la 65ª edición de la Berlinale. En ella Panahi se esconde a cielo abierto y cuenta historias comunes en Teherán mientras conduce un taxi y va interactuando con los pasajeros. No es necesario que le de los créditos, sólo ponga debajo de cada uno: Jafar Panahi.
Desde el momento en que comienza la película y hasta la última escena nos podemos estar preguntando ¿este documental es real? Mientras el director recorre las calles va subiendo al taxi todo tipo de pasajeros, más de uno por viaje, porque parece que los taxis son compartidos. Todo tipo de temas, algunos de ellos prohibidos por aquellas tierras supongo; cada personaje resulta más sorprendente que el anterior, hasta que aparece Hanah, sobrina del director, para llevarse las palmas. ¡Qué chiquilla maravillosa!
Panahi filma y no para de filmar, ya sea con la cámara portátil o con su celular. El guion se forma de las diferentes historias de censura o represión, muchas veces tan ilógicas que es inevitable reírse, pocas veces me he divertido tanto con un documental de temas tan serios. Si el documental fue falso o no, en realidad no importa. Las historias son ciertas, las prohibiciones y la censura también lo son. El mensaje llegó a su destino.
Para mí, Taxi Teherán fue el primer encuentro con este realizador. El iraní me ganó por su genialidad y por ese sentido del humor que parece inquebrantable. Me declaro públicamente como una admiradora no sólo de su trabajo, sino también de su valor y su determinación para hacer lo que más quiere: Un cine comprometido, que aboga por los derechos humanos.
“Soy un realizador. Lo único que sé es hacer películas. El cine es mi medio de expresión y lo que da sentido a mi vida. A pesar de los obstáculos, de las limitaciones de trabajar en lugares tan privados, nada podrá impedirme hacer películas.
Jafar Panahi