Teenage Mutant Ninja Turtles, Mutant Mayhem: Tan deliciosa como una pizza.
Parece que tras los ninguneos de una parte del gremio cinematográfico (especialmente durante la ceremonia del Oscar 2022), todos los que se dedican al cine de animación salieron en modo “rompemadres” (exceptuando Disney, que parece que es el niño que se come el pegamento del salón), y cada película que han sacado ha sido un “telohocico” a la industria e incluso a una parte del público que ve con menosprecio este rubro.
La nueva cinta de las Tortugas Ninja no solamente es una dignificación de este noble arte llamado animación, sino es una demostración contundente de que haciendo bien las cosas se pueden revivir franquicias de manera acertada, y por supuesto ofrecer un blockbuster veraniego de calidad sin que las necesidades comerciales se coman a las artísticas (dónde el 70% de los bodrios veraniegos han fracasado).
Pero ¿cómo es que el equipo liderado por Seth Rogen y Jeff Rowe han conseguido levantarse en medio de Hollywood decaído?
Entre Spiderman, Nickelodeon y lo grotesco.
El punto fuerte de la película es su estilo de animación; si bien hemos recalcado la importancia de lo que el Spiderman de Miles Morales significó y que este formato 3-D en combinación con 2-D es la nueva moda en el boulevard de estos trazos, Las Tortugas Ninja es quizás la cinta de esta clase que apela más al estilo propio combinándolo con una animación tipo thrashy que le da un acabado de ser más sucio, surreal y grotesco, pero al mismo tiempo con un toque encantador e hipnotizante, al aprovechar la exageración como herramienta para que el lenguaje visual sea la llave del humor.
Todo este estilo podría recordarnos a Ralph Bakshi, pero la referencia más inmediata es a la “old school” de su casa productora, Nickelodeon, cuya marca distintiva era lo bizarro (Kricfalusi con Ren y Stimpy, Klasky Csupo con Ay Monstruos y Rugrats, Vázquez con Invader Zim). Incluso puede recordarnos al sello de otros autores como Danny Antonucci (Ed,Edd y Eddy), o David Feiss (Cow and Chicken). Aquí radica lo potente de la parte visual de las Tortugas, pues fusiona dos estilos de animación, uno que tuvo un auge increíble en los 80 y 90 con otro más new age, creando una mutación acorde a la narrativa.
De la pantalla al cómic.
El híbrido animado ayuda bastante a realzar las secuencias de acción, así como las emociones de sus personajes dando la sensación de encontrarnos dentro de una historieta. Este estilo le viene como anillo al dedo a un producto que, en su concepción original, era un comic demasiado caricaturesco, en el sentido de que estamos hablando de 4 tortugas mutantes que practican artes marciales y comen pizza.
Sin embargo, quizás lo que se perdió a lo largo de los años entre varias adaptaciones (un poco entre el exceso de colores que se le fue dando a los personajes), es que el concepto de ver la mutación de un animal que vive en las alcantarillas no es visualmente agradable. Nuestros personajes son individuos marginados socialmente por su condición física, y que han sido obligados a vivir en cloacas, pero al mismo tiempo poseen un carisma fuerte con un corazón enorme (de ahí la combinación de los trashy con el 3D y 2D). Este elemento sobre “la redención de los marginados”, es el que termina también por justificar el cambio de diseño de April.
Simple y efectivo
Los creadores no se han complicado demasiado, han dado un origen parecido al visto en otras fuentes y un “coming of age” sencillo sobre la auto aceptación (considerando que los protagonistas son adolescentes), con algunos cambios significativos en varios personajes que terminan aportando más al desarrollo de las Tortugas.
El más obvio es el de Splinter, quien se refuerza aún más como la imagen paternal de las Tortugas, desarrollando más este vínculo. En paralelo, el mayor acierto es haber colocado a Superfly como villano de la película, primera porque al ser un símil de las Tortugas genera el conflicto en ellas de si verdaderamente están haciendo lo correcto; segunda porque también al ser un parecido de Splinter en el aspecto mutante y en el odio a los humanos, la historia va construyendo un cotejo entre estos dos personajes, donde una paternidad proteccionista y tangente será dividida por una delgada línea (muy delgada) que distinguirá al padre amoroso de un supremacista.
Por otro lado, April al ser más humana, imperfecta y menos agraciada, servirá como enlace empático entre el mundo de los humanos y los mutantes al ser prácticamente ella también una marginada.
La historia aprovechará estas nuevas modificaciones para lanzar mensajes acerca de aceptar las diferencias, aceptarnos como somos, aprender a soltar a los hijos y respetar sus decisiones, el respeto hacia los padres, incluso el poder de los medios y de la percepción pública.
Humor simplón con buen ritmo
Otra de las características a favor de la cinta es su humor variado, desde chistes referenciales, gags visuales, humor grotesco, humor de doble sentido, siendo la comedia simplona el más recurrente (muy al estilo del Nickelodeon de los 90).
La gran diferencia de porque estos chistes fracasan en otras películas (cof cof, Marvel) es por el ritmo de la cinta, acompañada con el diseño carismático de protagonistas y por supuesto con la consideración de que sus personajes son y están diseñados como adolescentes (que hace que tiende más al coming-age), lo cual justifica ese humor palurdo pero efectivo. La cinta se maneja con tanta eficacia que incluso las escenas de drama o sumamente melosas le suceden un chiste que evita que el filme se ponga “muy seria”.
Algunas grietas en el caparazón
Algunos sucesos de la trama son resueltos de manera poco conveniente y a pesar de algunas capas que le añaden la historia sigue siendo demasiado simple.
Guión: 3.0 – A pesar de la simplicidad de la historia, se las arregla para tener un humor eficaz.
Dirección: 3.4 – La combinación de dos escuelas de animación distintas ha creado un híbrido que se ajusta a la narrativa y atmósfera de la película
Actores: 1.5 – Cada uno se desempeña de manera correcta destacando algunos nombres (como Jackie Chan)
Extras: 0.5 – El soundtrack compuesto por Reznor y Atticus recuerda al Nine Inch Nails más coqueto.
P.D. Esas si son escenas post créditos.
Calificación 8.4
TMNT es como una pizza de sabores exóticos, sencilla, pero que en su elaboración buscan salirse de la sapidez convencional (el pepperoni, la piña) Y cuyo objetivo es envolvernos en un tobogán de diversión y entretenimiento, demostrando por enésima vez y de manera más contundente que la animación no es un género, es una técnica, una forma, un estilo, es cine y su poder es tan grande que en menos de un año ha hecho que dos películas humillen a la mitad de los blockbusters y prácticamente al 80% de lo que ha salido del cine de superhéroes (demostrando que definitivamente es el ambiente donde funcionan mejor).
Este verano, sumerjámonos en este parque de diversiones en el cual si vale la pena invertir cada centavo y déjense llevar por el sabor de una pizza peculiar pero auténtica ¡Cowabunga!