Terrifer 3: Con más presupuesto, más gore y más tripas

Es difícil dilucidar cuáles son las características que logran que un protagonista en el mundo del terror se vuelva un ícono y trascienda a su época y a un mar de villanos que desean alcanzar algo similar. Los años siguen pasando y para la mayoría de los cinéfilos es fácil evocar nombres del tamaño de Jack Torrance, Freddy Krueger, Pinhead, Pennywise o Leatherhead, con un cariño particular por la duradera impresión que consiguieron causar. Por supuesto, las sensaciones que provocaron en la audiencia no fueron placenteras, pero justo debido a ello se convirtieron en inolvidables.

Hoy retorna para la tercera entrega de su franquicia un personaje que está mereciendo ingresar a ese mencionado salón de la infamia: ‘Terrifier 3’ nos trae de nueva cuenta a Art The Clown (David Howard Thornton), que ha renacido desde que fuera decapitado, listo para la venganza, ahora de la mano de su otrora víctima Victoria Heyes (Samantha Scaffidi). Irá en busca de Sienna Shaw (Lauren LaVera), quien se halla en casa de sus tíos tratando de pasar las fiestas decembrinas de forma normal. Sin poder impedirlo, perderá la calma cuando se dé cuenta de que se encuentra en peligro, al igual que su pequeña prima Gabbie (Antonella Rose), por lo que hará hasta lo imposible por eliminar al payaso esta vez.

Después de haber transitado por los caminos de la precariedad financiera durante sus películas anteriores, hoy Damien Leone (que no sólo dirige ‘Terrifier 3’, también la edita, la produce y la escribe) utiliza un claramente aumentado presupuesto para ofrecer a los fans de sus cintas una hechura digna de aquellos que gozan de la tensión del slasher y la obscenidad del splatter. Destina sus recursos hacia lo que importa: Su visión hila fino a la hora de cuidar los efectos especiales, los prostéticos, distintos maquillajes e interminables litros de sangre, ya que usa un mínimo de tecnología con la intención de mantenerse a la vieja usanza, mostrando que podemos sentir bastante asco e incomodidad sin necesidad de artificialidades que podrían apreciarse inverosímiles. No teme hacer close ups a los hachazos, los disparos o los desmembramientos, seguro de que ha puesto en cada detalle el mismo ojo de halcón que colocará el público.

Aunado a este fabuloso trabajo, en ‘Terrifier 3’ queda a la par en genialidad lo ejecutado por los actores principales, que nuevamente ponen el ánimo y la intensidad en transmitir sus contrastantes emociones a quienes les miran: Lauren LaVera regresa con la fuerza de saberse la guerrera elegida, pero además con el desasosiego que le conlleva el síndrome del sobreviviente, la pérdida de su madre y la seguridad  de su familia. Conforme avanza la trama la acompañamos en el duelo, el coraje, la desesperación y la tragedia, todo interpretado impecablemente, sin exagerar o caricaturizar. Del otro lado se disfruta a Art, que aparece juguetón y entusiasta por toparse con Santa Claus, feliz de realizar insólitas fechorías, orgulloso de aterrar a Sienna, e incluso contento de tener en Victoria a una efectivísima cómplice. Aunque lo que lleva a cabo siempre es turbio y grotesco, es inevitable reírse con sus locuras, ya que rezuma carisma y curiosidad. David Howard Thornton ha entendido a la perfección que su papel tiene un gran porcentaje de horror, pero también uno fundamental de divertimento y graciosas muecas.

Filmada de febrero a abril del 2024 y estrenada en el Fantastic Fest, ‘Terrifier 3’ posee la capacidad de enamorar a sus espectadores cautivos (y atraer algunos más) gracias a que le es fiel a la libertad creativa, le pone corazón a su desarrollo y respeta los elementos valiosos que le han dado fama, sin caer en pretensiones ni querer ceñirse a un molde con el fin de llegar a más gente. Art The Clown sigue ascendiendo escalones en la vitrina de los asesinos, cerquita ya de posicionarse en los memorables, conquistando el género con su enorme y negra sonrisa, y un encantador rostro salpicado de rojo.

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Acerca del autor

Ale Vega    

Fan del cine, la lectura y el fútbol, y siempre a favor de las propuestas que incomoden y cuestionen. Fiel creyente de que el arte no debería calificarse con estrellitas ni medirse a través de la taquilla. Todo lo vivo como un tiro al travesaño.


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