Terrifier 2: Demencialmente divertida
Las sirenas de dos patrullas de policía alumbran rápidamente un callejón mugriento y olvidado por Dios, del fondo, una figura siniestra camina lentamente, al paso que el ruido de las sirenas pasan de largo por el olvidado callejón; en el interior de una morgue, emerge “Art the Clown” (David Howard Thornton), que persigue al médico forense que estaba por realizar la propia autopsia del payaso; armado con los utensilios propios para realizar la autopsia, Art se toma el tiempo para preparar su siguiente asesinato. Jugando al gato y al ratón, Art se mira al espejo sorprendido del cómo fue que resucitó después de que Victoria Heyes (Samantha Scaffidi) le volara los sesos. Mientras el forense trata desesperado de llamar al 911, Art lo golpea, le saca un ojo, juega con él y termina por abrirle la cabeza para al final sostener por unos segundos su cerebro y escapar por el callejón olvidado por Dios.
No han pasado ni cinco minutos, y Damien Leone hace toda una declaración de intenciones respecto a lo que veremos en pantalla durante las siguientes dos horas y media que dura este festival de sangre y vísceras. Si nos ponemos exigentes, Terrifier 2 es una tercera parte, ya que conocimos por primera vez a Art the clown en All Hallows’s Eve de 2013 (La víspera de Halloween), película que reúne tres historias cortas donde Leone nos presenta a Art. Si en Terrifier (2016) Leone nos presentaba de nuevo al payaso y cómo era que se pasaba 90 minutos de metraje aterrorizado a dos jovenes que salían de fiesta, en esta secuela hace el doble, no solo con su duración (ya que su presupuesto fue de 250 mil dólares, contrario a los 38 mil de la película anterior), sino también con la cantidad de violencia y sangre.
Pero en medio de cada escena gore donde la sangre y el exceso son los protagonistas, Leone trata de contar una historia, historia que su anterior película no tenía (más que la idea de un payaso persiguiendo a dos chicas y a todo aquel que se le ponga de frente). Esta vez nos situamos un año después de los sucesos del Halloween pasado, y los asesinatos en el condado de Miles, donde en vísperas nuevamente de Halloween conocemos a Sienna (Lauren LaVera) y a su hermano menor Jonathan (Elliott Fullam); ella, una adolescente apasionada de artes plásticas que se encuentra elaborando su disfraz para la típica fiesta de Halloween, mientras que su hermano, tímido y un poco desadaptado, se encuentra también preparando su disfraz, el cual hará homenaje al ya conocido payaso de condado Miles (a.k.a. Art the clown). Ahora, lo interesante de esta secuela, es que Leone intenta meter el elemento sobrenatural dándole poder a Art the clown de tener una especie de conexión con la protagonista por medio de un sueño (cof cof a los varios homenajes a slahsers de culto).
Sin embargo, Leone demuestra que todavía le falta pulir en demasía su escritura, ya que a lo largo de la película deja muchos cabos sueltos que no creo que se retomen en siguientes entregas (sobre todo aquellos que convergen en la historia familiar de los dos hermanos adolescentes protagonistas). Pero realmente no estamos aquí para que ver qué una historia tenga sentido, al menos no en el caso de esta película, pues estamos aquí para ver el exceso de sangre y el cómo Leone se las ingenia para hacer más repulsivo lo repulsivo y ver cómo Art the clown juega con los cuerpos desmembrados y todavía con vida de sus víctimas. Cada asesinato es más espeluznante y demencial que el anterior, donde el acto menos violento que hace es el de usar una metralleta y asesinar a todo un equipo de filmación de un comercial de cereales. Y justo cuando no puedes imaginar qué más podría hacer, Leone mete el toque cómico para desencajar por completo al espectador que, en un acto tan violento y sanguinario, terminas con una risa nerviosa no por la violencia frenética, si no por cómo Art the Clown en su demoníaca mentalidad puede reír a carcajadas con lo que llega a realizar, y donde David Howard Thornton imprime ese toque siniestro al payaso que, con solo mímica, te hace temblar con lo bien construido que está su personaje.
Es obvio que el apartado técnico de maquillaje y efectos prácticos brilla en cada uno de los distintos asesinatos, donde el mismo Leone metió mano para hacerlo todavía más excesivo que en la película anterior; otro punto a favor es la música a cargo de Paul Wiley (guitarrista de Marilyn Manson), y qué trabajo con Leone en Terrifier; Wiley utiliza elementos que harían recordar a la tonadita de Halloween de Carpenter o a las propias películas de Pesadilla en la calle del infierno, además de elementos circenses acompañados del tan usado sintetizador.
En un año (2022) donde el cine de terror y sobre todo el slasher alcanzó cuotas risibles con “la última parte” en Halloween Ends de David Gordon Green o la especie de “remicuela” de La masacre de Texas, o lo que se intentó hacer con Scream, ver un personaje de terror nuevo en el vecindario siempre será recibido con los brazos abiertos. Es de sobra mencionar que Terrifier 2 no es una película hecha para todo público, y que si quieres hacer caso al marketing que hay alrededor, lleva tu bolsita para el vomito, aunque es seguro que no la necesites.
P.D. No huyas despavorido al empezar los créditos finales de la película, ya que Leone firma su película con una escena postcreditos en la que nada tiene sentido (como toda la película misma), pero que sin duda te deja con una especie de cliffhanger para Terrifier 3.