The Acolyte: El nuevo gran fracaso de Disney
The Acolyte finalmente llegó a su final para el gozo de millones de fans de Star Wars a lo largo del mundo. La catalogada “peor serie” del este universo dejó mucho de qué hablar, especialmente porque los cuestionamientos sobre como Disney está llevando Lucasfilm y la gestión de Kathleen Kennedy no hacen más que crecer, al grado de que ya estamos prácticamente ante una auténtica avalancha de negatividad donde prácticamente cualquier producto que salga sobre la “galaxia muy muy lejana” que tenga el logo de Disney en él, va a ser duramente rechazado.
Pero… ¿The Acolyte fue tan mala como se dice? Efectivamente es un producto muy mediocre que se disfraza de buenas escenas de acción, algunos intentos por romper la monotonía de Star Wars y cameos de última hora que buscan desesperadamente salvar una serie que desde el capítulo primero ya estaba más hundida que el Titanic. Malos guiones, malas actuaciones y una clarísima agenda que prioriza los mensajes políticos / progresistas sobre la calidad ya es el pan de cada día y que salvo algunas honrosas excepciones (Andor, Rogue One y las primeras dos temporadas de The Mandalorian), siguen apuntalando hacía el fracaso antes incluso de comenzar.
Pero The Acolyte tiene algunos elementos que por poco lo salvan de estar al nivel de los grandes bodrios como lo son Resistance, Obi Wan, Ahsoka y por supuesto, las infames The Last Jedi y The Rise of Skywalker ¿Por qué? Tres sencillas razones: dos personajes que, de haber sido los protagonistas, hubiesen cambiado el destino de esta serie (hablamos del maestro Sol y del Sith Qimir), buenas secuencias de acciones (incluyendo los duelos de sables de luz) que realmente son de los mejores en la historia de Star Wars, y finalmente, que la serie llega a tener momento donde se atreve a romper el “status quo” y entregar algo “diferente”, como lo fue la masacre cometida en el episodio 5, o la muerte del maestro Sol en el final de temporada.
No obstante, The Acolyte aun así se empampó de las malas mañanas de Disney, es decir, personajes planos y sin chiste (como las protagonistas Mae y Osha) que parecen más activistas que otra cosa, estructuras pésimas de personajes secundarios que desembocan en horrendas actuaciones y una clara disminución en la calidad de los efectos especiales (¿cómo es posible que esta serie haya costado el doble que La Venganza de los Sith y haya entregado estos resultados paupérrimos?). Pero lo peor es el terrible, pero terrible guion, lleno de incoherencias, que lo único que les quedó fue recurrir a dos cameos (Yoda y Darth Plagueis) para que los fans tuvieran motivos para solicitar una segunda temporada. Pero este viejo truco ya se ha visto, y si se renueva The Acolyte, lo más seguro es que de nueva cuenta se centren en Mae y Osha, y Yoda y Darth Plagueis solo queden en eso, en un cameo (tal como le pasó a Luke Skywalker en el mandoverse)
Dicho esto, The Acolyte vuelve a pecar de lo que ha sido la cruz que está enterrando a este universo y que, teniendo un mundo de posibilidades en sus manos, decide irse por entregar historias mal contadas, con personajes que no crean interés alguno y que de manera forzada buscan el encariñamiento de los fans que simplemente no obtienen lo que quieren, haciendo ya evidente ese divorcio entre estos y Disney.
La serie cierra con el hecho de que apenas y tuvo más vistas que Andor (la serie live action con menos vistas de Lucasfilm), por lo que en números también se debe de hablar un tremendo fracaso. Disney no se da cuenta que cada vez pierde más y más seguidores que ya no se interesan en consumir sus productos y que, en la búsqueda de una “nueva audiencia con mente más abierta”, están no solamente perdiendo a los viejos fans, sino también la posibilidad de ganar más.
El descenso de Lucasfilm es tal que ya hasta ha habido reuniones de emergencias, ¿habrá soluciones? De ninguna manera, a estas alturas parece ser que ni la película de Filoni va a salvar este barco. No queda más que decir que la fuerza nos acompañe