The Artist: El cine fue, es y seguirá siendo un arte
Independientemente de las nominaciones o premiaciones en cualquier ceremonia o festival, la tendencia cinematográfica del 2011 fue la de volver y retomar las bases por y para la que esta fue creada, ser una expresión artística acuñada en la corriente visual y soportada por una gama de técnicas y herramientas tecnológicas para su comunicación. El entorno ya estaba preparado, la industria, sus productoras, distribuidoras y los mismos artistas habían cimentado el ambiente adecuado para que una obra como The Artist sorprendiera en menor grado a una empresa en los albores del 3D, pero de una mayor y grandilocuente forma al espectador, al crítico, al miembro de las distintas asociaciones y, sobre todo, al corazón del cinéfilo.
The Artist es una gran reafirmación de que el cine fue creado, es y será antes que nada una expresión artística y simplemente la mejor obra de dicha corriente en el pasado año.
Un film global
Irónico, The Artist a estas alturas no depende del 3D, del color y ni siquiera del diálogo, para encaminar una obra revolucionaria ¿A qué se debe? Muchos alegan que a la nostalgia y remembranza de épocas mejores, a su corto cuento de eterna felicidad e inclusive al favoritismo de las masas dentro de la industria (Weinstein está en todos nosotros); estos tres factores son una realidad, pero no de su causa, sino de las consecuencias, gracias a que el séptimo arte ha retornado a sus bases, se ha reinstaurado y ha cortado toda comunicación con la saturación tecnológica para centrarse en el alma del quehacer y del lenguaje cinematográfico, en su postulación narrativa, en su guion, en su originalidad, en su frescura, en su fotografía, en su dirección, en su música y en su desempeño actoral .
El homenaje a la misma naturaleza de este arte, correcto y magistralmente llevado a cabo, es el porqué este film se convierte no solo en un producto adecuado para Cannes, sino también para Oscar, dos figuras que distan sus decisiones de manera abismal en lo que debería ser lo correcto en el cine, lo cual nos indica que, igualmente como su proyección atrapa al cinéfilo promedio y al crítico por igual, The Artist comulga con cualquier estándar y/o gusto, sea industrial en la búsqueda de la añoranza o el fin monetario, sean círculos de críticos a nivel global en búsqueda de la ubicua calidad, sean miembros de la empresa en la búsqueda por la credibilidad de sus festivales o sean simples espectadores, cinéfilos o amantes del cine en la búsqueda por la mencionada calidad y/o entretenimiento.
Nominada a la Palma de Oro y a 10 premios Oscar, esta peculiar cinta francesa centra su relato en la transición del cine silente al sonoro en pleno auge de la meca del cine a través del actor ficticio George Valentine, una estrella que ve sus días de gloria desmoronarse frente a la llegada del nuevo recurso tecnológico al cine. El guionista y director se vale de dicha premisa para también explorar y explotar los géneros que definieron al Hollywood de aquellos años, comenzando su narración con el tono cómico tan característico de la época (emulando a maestros de aquella generación como Chaplin o Keaton), desarrollando la confrontación del héroe bajo una premisa romántica, de suspenso y drama, y concluyendo con el pomposo acto del musical, rubro con el cual Hollywood aprovechó el recién llegado sonido para comenzar superproducciones que pudieran explotar dicha innovación.
El paseo en blanco y negro de los orígenes y de la técnica terminan siendo un bello y complejo abordaje de géneros bajo la mano de un francés de gran oficio que parece haber aparecido de la nada.
El lenguaje y la química de Hazanavicius
El mayor logro de Michel Hazanavicius, guionista y director, es haber alejado a esta peculiar obra de toda pretensión y en su lugar, haberla colmado de un gran oficio al nutrirla de un lenguaje cinematográfico por demás excelso. Hay que tomar como ejemplo una secuencia en particular, donde Valentine en su camerino comienza a dar cuenta de su temor hacia la llegada del sonido, así pues, tenemos una película silente que justifica la inclusión y edición de algunos sonidos (el golpear de una taza, el viento y las risas, entre otros) al estar frente a un sueño y pisque del protagonista, el cual el director aborda ya desde un terreno dramático (esta secuencia marca la pauta para el final del tono cómico) ahora agregando el uso de planos más cerrados y, que también gracias al desempeño actoral, alcanza estándares magníficos y denota la transición hacia el conflicto de su protagonista.
La mencionada mezcolanza de géneros, a diferencia de muchas otras películas, aquí se convierte en el principal arma del director para detonar y marcar sus tres actos principales; como si se tratase de una clase teórica, la introducción, el desarrollo y la conclusión se hacen presentes de manera bondadosa, sin forzar el guion y dando al film el excepcional ritmo con el que cuenta. Hazanavicius retoma las básicas reglas artísticas y las revoluciona con un impresionante ejercicio narrativo y estético.
El guion de por si sobresaliente y ajeno a todo diálogo cuenta también con otra fortaleza, las actuaciones, las cuales han dado a The Artist esa veracidad y chispa narrativa. La química lograda entre actores y hacia su director es por demás impresionante, y esto se debe a que el realizador no solo es mentor y colaborador en varios proyectos de su protagonista masculino, sino también es esposo e igual mentor de su protagonista femenina. Estos factores, aunque ayudan, no restan merito a un Jean Dujardin, el cual ya se ha hecho del premio de Cannes gracias a su gran actuación, carisma y potencial de expresión facial y corporal al dar vida a un silente George Valentine de inolvidable manera; así mismo esta la argentina Bérénice Bejo, la cual sorprende al encarnar a Peppy Miller, una estrella en ascenso del cine sonoro que da el toque exacto al tono romántico y conmovedor de la cinta.
El reparto es completado por caras más occidentales, pero con los mismos eficaces resultados, así John Goodman (Big Lebowski), Penelope Anne Miller (Carlito´s Way), James Cromwell (L.A. Confidential) y hasta Malcolm McDowell (Clockwork Orange) en un pequeño cameo, hacen presencia para representar la parte americana del film. Quizá también en dicho rubro, habrá que mencionar la debilidad del film en la forma del perro Uggie, el cual para algunos desentone en los momentos dramáticos de la cinta, mientras que para otros también sea un correcto elemento que recalca la época relatada.
Sería injusto no mencionar en este compendio artístico que engloba todo el lenguaje cinematográfico a Guillaume Schiffman, fotógrafo de la cinta que hace una esplendida labor al remontar al romántico del cine a esas preciosas imágenes e iluminaciones en blanco y negro que ensalzan dicho oficio y que recuerdan a obras como City Lights (Chaplin, 1931), M (Fritz Lang, 1931) e inclusive en algunas secuencias a The Third Man (Reed, 1949).
También merece una mención el compositor Ludovic Bource, seguro ganador del Oscar en la categoría de banda sonora y que se encarga de proveer a esta obra de esos tonos cómicos y dramáticos que comulgan de manera exacta y conmovedora, pues al final ¿Qué sería de esta película sin una gran composición musical?
¿Hay que verla?
Desde el amante de las palomitas hasta el cinéfilo mas critico, cualquier espectador puede ver en The Artist una forma de arte y/o entretenimiento solemne. La película seguramente se hará del principal galardón en la próxima ceremonia del Oscar y esta vez será de manera justa, pues el film no solamente significa lo mejor del 2011, sino que también ya ha alcanzado un lugar de entre las películas de la historia preferidas por el público y la crítica.
Por sobre todos los factores, premios y gustos, el mayor logro de The Artist es recordarle a la sociedad que el cine antes que un entretenimiento, una forma de esparcimiento o una manera de pasar el tiempo, es una expresión artística y que no por nada allá por aquellos años en las mecas europeas de su manufactura, fue bautizado como el séptimo… el séptimo arte.
16 Comments
Por fin coincidimos totalmente el Fett y yo. Qué maravilla de película, qué exquisitez de actuaciones, de fotografía, de historia… y sí, funciona a todos los niveles porque creo yo que en la simplicidad, en esa sencillez que caracteriza a los films de los inicios del cine radica su genialidad y arte.
The Artist nos viene a dar una leve bofetada, un revés, un golpe sutil y necesario. Porque no es necesario tanto endemoniado 3D,HD, y demás accesorios que en ocasiones, deslucen de manera apabullante a una buena cinta.
Ver tantos homenajes… a esa fabulosa “Luces de la ciudad” de Chaplin, Rodolfo Valentino, pianolas que daban su alma para ponerle voz a imágenes cargadas de tantos sentimientos.
Esta vez podría seguir hablando y alabando el magnífico trabajo de actores, director, fotógrafo, la banda sonora y hasta del perro, pero me extendería demasiado.
Digna, muy digna a todos los premios de la academia y a todos los que se le acumulen.
¡Bravo por The Artist!
Por fin coincidimos estimada Juli. Es una genialidad que da gusto apreciar por su frescura, simplicidad y originialidad. Un saludo y gracias por su comentario
The Artist son de esas películas de inmersión…pudiera parecer raro que te atrape tanto una película silente, es increible que sin artificios técnicos como el 3D, sonido envolvente… como dices, sin diálogos, ni color, sin mega estrellas… sea una obra de gran alma. Yo no pude dejar de sonreír toda la película viendo las actuaciones de Dujardin, que derrocha carisma con su sonrisa y le crees su amargura y Berenice Bejo es una belleza que llena cada cuadro.
Para mi el perro fue un ingrediente genial en la fórmula, un elemento de magia en la historia y no sólo es un comic relief.
Habiendo visto 8 de 10 de las que van por el Oscar por mejor película, voto por esta.
Saludos!!!!
Asi es estimado Davilap, uno se sumerge en el vasto lenguaje cinematográfico de esta obra, digna en verdad de ser estudiada tecnica y artisticamente para futuras referencias. La naturaleza y la sencillez son su mayor impacto, no alardeando, pero si usando las tecnicas y el desmpeño artistico como deben de ser
De lo mejor del 2011 es una gran pelicula, comparto totalmente su opinion cazador.
Le recomiendo hacer algo vea the artist y despues vea shame.
la primera pelicula le deja una sonrisa, es felicidad aun con sus momentos dramaticos, en cambio shame es una pelicula realmente cruda donde los ultimos 25 minutos son devastadores.
Que le puedo decir Gallardo. Es una pena que Shame ha sido mi unica tarea pendiente del 2011, la cual no la puedo conseguir por ningun lado, pero cuando lo haga pienso experimentar su acontecimiento. Muchas gracias, un saludo
Pues entonces debo ser el negrito en el arroz.
Si bien la pelicula me gusto, para nada la considero la segunda venida de cristo como lo estan haciendo parecer, esta magnificamente actuada, musicalizada, etc, etc, pero es demasiado simple en su argumento (y no me salgan con que la simpleza es su virtud), es predecible (la subasta, ejem), por momentos repetitiva y con un desenlace de cuento de hadas.
Espero y esta pelicula anime a la gente a ver mas peliculas mudas y en blanco y negro, pero no pasa de ser una simple curiosidad.
p.d. Uggie es la onda, jajajaja
Estimado Baker Boy, es que si le salgo con eso jaja, ya que como ud lo dice las partes artisticas y tecnicas son magnificas, estas solo estan planetadas en un relato fresco que puede ser predecible, si, pero tambien de gran valia autoral. La pelicula deberia ser un must para cualquier aspirante a cineasta y guion por que parte de las bases artisiticas de esta corriente y las convierte en una remembranza. No intenta ser una narrativa de giros de tuerca, sino un homenaje con una fresca historia. No concuerdo en la repeticion y por ejemplo ponga en mente la escena del sueño con el sonido o el descubrimiento de la subasta, en verdad son dos secuencias de maestria cinematografica en todo sentido.
Estoy de acuerdo con usted que oajal y esta pelicula haga que la sociedad se adentre mas a peliculas silentes (algunas maestras) .
P.D. Yo tambien pienso que Uggie es la onda y fue muy necesario como elemento para la añoranza
De acuerdo con el Sr. Boy, si bien es cierto que en varios rubros la película es buena, ¿que tan en decadencia estará el cine, que se necesita una película que haga el simil de las técnicas antiguas para llamar la atención de la academia? Ojo, no es mala ni mediocre, simplemente es una película buena que es mas como una especie de anécdota fílmica que como una innovación o aporte como lo son o fueron otras películas que ganarían este premio. Yo nominaría al perro como mejor actor secundario… Saludos.
Es bueno el debate Dr. y Boy, pero estimado Dr, como puede decir que el cine esta en decadencia despues de este tardio, muuuuuy tardio pero prolifico 2011, que si bien estaba en alerta roja en sus primeros 9 meses, en la recta final se nos entregan Moneyball, The Artist, Melancholia, The Tree of Life, Hugo, Drive, Tinker Tailor Soldier Spy, We Need to Talk About Kevin A Separation inclusive Spileberg volviendo a una aun dudosa calidad o con blockbusters de la calidad de The Girl with the Dragoon Tatto (buenr emake pero la peor peli de Fincher en los ultimos tiempos) Planet of the Apes, Source Code o X-Men o films mas comerciales con la titpica moraleja pero buenos como The Help o Midnight in Paris. Creo que si hay que preocuparnos por el volumen (si esta disminuyendo) pero la calidad sigue vigente con estos films.
Yo tambien clamo por una categoria en los Oscar en donde se premien a los entrenadores de los animales (Recuerdan El Oso de Annaud) o trabajos como el de Serkis en El señor de los Anillos o en la mencionada Planeta de los Simios
Sr. Fett por lo mismo del año prolifico que usted comenta, me niego a creerme eso de que El Artista es la repanocha en vinagre, como comparar su simpleza con la intensidad de Shame, el suspense de Tinker Tailor Soldier, el dilema moral de We need to talk about Kevin, las interrogantes metafisicas de Tree of life, y un largooo etc, El Artista es bonita pero no alcanza los niveles de las anteriores ni de chiste.
Creo que si alcanza ys upera los noveles por su perfeccion en cada parrafo. Por ejemplo The Tree of Life es un ejercicio visual con muchos huecos en su cuadro narrativo. Tinker Tailor si es un peliculón pero al gusto de su servidor varios personjes no llegan a estar tan desarrollados como el portagonista, loq ue le resta veracidad. We Need to talk otro peliculon, pero siento como lo mencione en mi critica sobre esta que algunas escenas climax no justifican su perfecta narrativa y no tienen ese empuje final. Sahem estimado, diculpeme no la he visto, y bueno, esa es mi opinion, al igual que The Social Network el anterior año, creo que El Artista tiene la ventaja que bajo su rubro, maneja los elementos y el lenguaje cinematografico de manera excelsa. Saludos
Solo puedo agregar que Uggie debe de dar clases de actuacion a mas de una de esas disque estrellas pop tenneger (digase todo los idiotas de crepúsculo). A si es el cine esta en decadencia es volviendo a su edad de oro como se puede salvar.
Y a otras no tantas como a Keanu Reeves, Sandra Bullock y un largo etcetera. Saludos
Se te ha olvidado mencionar que para apreciar bien The Artist hay que verla en versión original… jaja, es broma 😀
La verdad es que es una gran película, que además nos hace recordar el encanto que todos los que hemos tenido oportunidad de disfrutarlo, conocemos que tiene el cine clásico o el mudo 😀
También nos recuerda un interesante mensaje, y es el que el 90% de lo que comunicamos no está en las palabras… Y a parte de todo esto, la película es redonda, completa, algo que parece difícil de conseguir hoy en día en la gran pantalla.
Por cierto, si quieres echar un vistazo he publicado una crítica en mi página web en la que aporto una nueva visión/análisis que aún me sorprende no haber encontrado en ninguna otra crítica.
¡Saludos y buen blog!