The Color Purple: Una versión con púrpura deslavado.

La relación entre literatura y cine existe casi desde la invención de este último; los libros siempre han sido una fuerte inspiración al momento de recrear historias para la gran pantalla ,algunas veces buena, otras no tanta, y aquel libro de 1982 de Alice Walker, (incluso ganador de un Pulitzer de ficción, pero Pulitzer al fin) inspiró en un primer momento la película del mismo nombre de 1985 de Steven Spielberg, quien lo entendió bien y que, con su particular visión se apegaba mucho al libro. Spielberg tuvo el consentimiento de la autora y en su momento fue un éxito de crítica, aun cuando algunos pasajes estuvieron un poco “suavizados” (el libro incluso fue censurado por su explícita violencia, tanto sexual como física y muchos temas que abordaba relatados además con sumo detalle, eran considerados tabúes en esa época).

Tiempo después se adaptaría esta historia para un musical de Broadway el cual, pierde mucho de lo solemne y dramático que debería ser este relato. Vamos que violencia sexual, segregación racial, relaciones incestuosas, abuso conyugal, etcétera, no son temas que se puedan presentar con el debido rigor con coloridos números de canto y baile. Ahora entonces se podrán imaginar el resultado de una película basada en este suavizado musical, hecha en 2023 y producido por Oprah Winfrey: una historia que sacrificó toda la suntuosidad y formalidad a cambio de dar paso a la teatralidad de las piezas musicales. El problema es que el tono de estas no dan para suplir lo primero y se pierde por completo el sentido de contar un pasaje así de esta manera, o al menos Bazawule no sabe cómo.

Y es que el relato sigue siendo el mismo; en algún lugar de Georgia a principios del siglo XX vemos conocemos a Celie (Fantasia Barrino), una joven afroamericana que durante décadas vive el maltrato y agresiones por parte de su padre, de su marido y de su misma condición social, pero la cual hace frente a su destino ayudada con el recuerdo del cariño de su madre y hermana, y con total resignación y dignidad que va inspirando a otras mujeres con las que se va encontrando y que también afrontan batallas personales. Estas mujeres son Shug Avery (Taraji P. Henson), una famosa cantante de espíritu libre, y Sofia (Danielle Brooks), su nuera quien nunca tiene miedo de señalar y enfrentarse a las injusticias sociales (este último papel, por cierto, en la película de 1985 lo interpretó la misma Oprah). Estas mismas mujeres al mismo tiempo ayudan a Celie a fortalecer su autoestima para lograr por fin su emancipación e independencia.

Parece que en Estados Unidos a la película le ha ido demasiado bien en taquilla, estrenó en plena temporada navideña y ciertamente el tema iba a funcionar mejor localmente, pero una historia tan dramática y sombría difícilmente se podría combinar con canciones poderosas que sumen o le añadan determinación a la trama. Y justo es lo peor, era difícil y lo ejecutaron de la peor manera, pues no hay una sola canción fuerte, poderosa ni que recuerdes horas después de haber salido del cine. Todo lo contrario, son números que surgen de repente y más bien pareciera en momentos que solo están recitando los diálogos.

Esto sin mencionar la escenografía, quizá por enfatizar en lo triste que es el mundo para Celie todo se ve muy oscuro, son pocos los colores y la imagen se ve siempre como entre neblina o exagerando los contraluces; luce además escenarios muy sintéticos y acartonados, tal como si viéramos el musical en teatro. A pesar de conocer la historia y saber que pasará al final, llegar ahí se vuelve muy tedioso, tanto que poco más allá de la mitad, la película se vuelve tan cursi y aburrida que lo que quieres ya es liberarte de ese sufrimiento, al igual que Celie.

El éxito de la película de 1985 radicaba en que esas historias de redención que premian al buen corazón, determinación y resiliencia del ser humano, a todos nos gusta verlas y era lo que se preocupaba por contarnos Spielberg, narrándole con el respeto y a la altura que merecía el libro. Aquí, entiendo el poder y empuje de alguien como Oprah, pero en verdad a la señora Winfrey le digo ¿por qué seguir empeñada en producir estos refritos? ¿No se cansa de lucrar con sus… mismas historias de siempre? Se que ninguna película finalmente es necesaria, pero esta adaptación de la adaptación de la adaptación lo era mucho menos. En fin, si en verdad quieren ver la historia de Celie vayan directamente a la versión de 1985 o en su defecto a la obra de Alice Walker, y eviten por completo este malogrado musical.

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Acerca del autor

Clementine   @@lupistruphis  

Escéptica ante todo, pero con una gran curiosidad. Amante del café y del aroma a libros viejos. Nostálgica e idealista sin remedio. Alguna vez de niña me llevaron al cine, y siempre vuelvo a él porque siempre me salva.


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