The Crown Temporada 4: Tres mujeres al poder

La cuarta temporada de la serie de Netflix creada por Peter Morgan se ha estrenado desde el pasado 15 de noviembre, y como ya lo adelantaban sus avances, la línea temporal de la serie daría un pequeño salto en el tiempo respecto a la temporada anterior. Esta vez veríamos a lo largo de diez capítulos el resumen de casi diez años de historia del mundo de la realeza británica, empezando en 1979 con la subida al poder de la Dama de Hierro, la primera mujer en ser elegida como primer ministra, Margaret Thatcher, para luego conocer la historia romántica entre el príncipe Carlos y Diana Spencer. Y finalizando a principios de 1990 con la renuncia de Thatcher al poder y con una Lady Di muy trastornada por su matrimonio.

La Reina

Empecemos con la monarca  más longeva del Reino Unido, Isabel II. Olivia Colman se despide del papel en esta temporada para pasarle la estafeta a Imelda Staunton (Harry Potter, Downton Abbey la película). En esta temporada la figura de la reina se ve opacado por completo (o al menos en los tres primeros capítulos) por la aparición de Diana y Margaret, aún así la serie sigue girando en torno a ella y a su familia; lo interesante de su personaje es ver cómo ha evolucionado con el paso del tiempo, lejos de ser aquella joven reina idealista, a ser la monarca de expresión fría y controladora. Mientras en los primeros capítulos vemos cómo recibe a la nueva primera ministra y espera tener una gran relación, cosa que jamás llegó a suceder, es hasta el cuarto capítulo “El Favorito” donde la reina vuelve a tener el reflector sobre ella, y vemos cómo organiza un encuentro con sus cuatro hijos para saber quién de todos ellos es su favorito, y con esto la serie nos presenta al príncipe Eduardo (Angus Imrie) y al príncipe Andrew (Tom Byrne). El capituló siguiente “Michael Fagan, el intruso”, funcionaria como un capítulo de relleno donde se cuenta la anécdota de cómo un hombre logró esquivar toda la seguridad real para poder hablar con la reina cara a cara, y lo logra en una escena conmovedora donde el hombre le pide que ayude a su pueblo de la tiranía de Thatcher y que acabe con una guerra sin sentido.

La Princesa

Uno de los grandes ganchos de esta temporada es la incorporación a la historia de la princesa Diana. La elegida para el rol es Emma Corrin (Misbehaviour), que dio justo en el blanco a la hora de interpretar a Lady Di con la sutileza de sus muecas y la inocencia que desprende desde el primer capítulo donde tiene su primer encuentro con el príncipe Carlos. Pasando con todo éxito la prueba de Balmoral en el capítulo dos, la familia Real ha aceptado a Diana como la nueva esposa para el príncipe; corte a el cuento de hadas empieza, con una secuencia muy bien editada donde vemos cómo Carlos le pide matrimonio a Diana y a su vez toda la familia está al tanto por el teléfono, pero toda este cuento de hadas se convierte en pesadilla cuando poco a poco Diana se va dando cuenta de que no conoce en nada a su marido, sumando al estrés de pertenecer a una nueva familia tan fríos y distantes y enjaulada en una gran Palacio.

En este capítulo empezamos a ver los trastornos alimenticios de Diana, y qué capítulo a capítulo se van haciendo cada vez más grandes, con una Diana comiendo postres a escondidas para luego vomitarlos al baño, siguiendo por una gran depresión. Los problemas maritales entre Carlos y Diana siguen aumentando aún ya siendo padres, sumado a que todo el mundo quedó rendido a los pies de Lady Di porqué era la princesa del pueblo y su fama subía y subía, mientas que el príncipe Carlos (Josh O’Connor) se sumergía en la arrogancia por el el éxito de su esposa. El duelo de actuación entre Emma Corrin y Josh O’Connor en cada una de las intensas peleas que tienen a lo largo de la temporada te dejan frío, O’Connor transmite a la perfección el dolor y la inseguridad de un personaje que no ama a su esposa y que por lo contrario está enamorado de alguien más.

Diana termina la temporada después de un viaje a Nueva York donde es aplaudida por todo el mundo, y regresando para una muy incómoda cena navideña donde casi pide a gritos algo de ayuda de parte de su suegra la Reina para salvar su matrimonio y que sea aceptada por la familia, ayuda que nunca llegó y que implanta en Diana la idea de separarse, a lo que el príncipe Felipe (Tobías Menzies) y su suegro con un diálogo inquietante dice que no lo haga, ya que si lo hace terminará de muy mala manera.

La Dama de Hierro

Otro gran acierto es la inclusión de Gillian Anderson como Margaret Thatcher, que da en el clavo en todos los aspectos, desde el físico, con los movimientos, el tono de voz y la forma en la que habla, Gillian se apodera de la primer ministro y vemos a una mujer autoritaria por completo. Además de que vemos su lado más sensible como toda madre al perder a su hijo favorito en una carrera por el desierto.

Pero desde el inicio se marcan las claras diferencias entre la monarca y la ministra, cuando Thatcher dice sin tapujos que una mujer no puede ser una buena líder ya que son muy emocionales. Pero la verdadera prueba de fuego para la primer  ministro es en el capítulo dos, “Balmoral”, donde ella y su esposo son invitados a la residencia de verano de la Reina. Error tras error Thatcher y su esposo comenten frente a la familia Real, haciendo aún más grande las diferencias entre la Reina y la primer ministro cuando tienen que dejar la residencia por motivos de trabajo.

Con el paso de los capítulos, las políticas de la Dama de Hierro sobre el país se vuelven más tensas, con un alto porcentaje de desempleo, y aquí es donde el tema de la guerra contra Argentina por las Malvinas se hace presente. Por desgracia Peter Morgan creador de la serie no profundiza en este hecho, ya que todo el conflicto se resuelve en un capítulo.

Pero el duelo de actuación de la serie sería en los últimos tres capítulos, donde las diferencias entre la Reina y Margaret Thatcher escalarían a tal grado de llevar esta rivalidad a la opinión pública debido a la publicación de un artículo en el periódico. La Reina estaba convencida sobre imponer sanciones a Sudáfrica para ponerle fin al apartheid, mientras que Thatcher opinaba lo contrario, y esto supone al mayor enfrentamiento entre las dos. Margaret Thatcher termina la temporada dimitiendo a su cargo como primer ministra, después de una guerra interna de su propio partido y sin la ayuda de la Reina; en un último encuentro, la Reina le otorga la Orden del Mérito, un galardón por un servicio excepcionalmente meritorio y que solo es otorgado por la realeza. Como un símbolo de paz entre las dos mujeres.

Después de dos guerras, un asesinato, la boda del siglo, y la intrusión a las recámaras de la Reina, la temporada termina con un sabor amargo, ya que nos acercamos a los 90, donde el escándalo rodeó a la familia real y a la figura de Lady Di, de forma trágica. Sin duda The Crown es la joya de la corona para Netflix en este momento, ya que es la producción serial más grande y cara que tienen. También este final deja un sabor amargo ya que es la despedida de todo el elenco, ya que para la quinta y sexta temporada final habrá otro salto temporal que llegará de 1990 a inicios del 2000 según informes de producción.

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