The Dead Don’t Hurt: El western del año hecho con mucho amor

Venida del 2023 y apenas estrenada en algunas plataformas “no oficiales”, la segunda película dirigida por Viggo Mortensen no solo comparte la calidad de su año de producción en cuanto a cosecha fílmica se refiere, sino que también se posiciona como uno de los mejores y más atípicos western de los últimos 24 años.

Si escarbamos el origen de “The Dead Don’t Hurt”, podemos dar cuenta que es una coproducción estadounidense, mexicana, danesa y canadiense. Esta combinación bien podría explicar su naturaleza narrativa, la cual se sirve de elementos del género venidos de Europa para lleva a cabo un híbrido que remembra los estilos de Howard Hawks, John Ford y hasta ciertos toques del Clint Eastwood noventero, dejando que los duelos y las pistolas tomen solo su momento clímax para dar paso a una historia de mayor índole social dentro de un entorno de guerra, abuso y abandono, en estos dos últimos casos centrado en la figura femenina, la cual el género pocas veces ha abordado de manera tan profunda, heroica y crudamente real como en esta ocasión.

De una manera retrospectiva y no lineal, “The Dead Don’t Hurt” cuenta la historia de Vivienne Le Coudy, una inmigrante francesa que rechaza la aristocracia para forjar una vida independiente y comerciante en el occidente. Vivienne conoce a un tierno ex soldado con el que se casa, pero llegada la Guerra de Secesión, el parte de nuevo a la lucha dejándola a la intemperie e interés del hijo del mafioso del condado, un despiadado pistolero, mientras ella lucha por salir adelante y sobrevivir al salvaje oeste.

El gran valor de Mortensen es hacer principalmente a “The Dead Don’t Hurt” un relato romántico tan bello como desgarrador; la solemnidad con la que la que va desarrollando la historia de esta mujer y el forjamiento de la relación con el soldado es simplemente absorbente y el principal motor del relato. Si bien esta unión se va desarrollando de manera natural, el romance que despliega el metraje no recae tanto en “ellos”, sino en “ella”, desde su origen, recuerdos y tanto los traumas como motivaciones infantiles que la llevaron al occidente, como su férrea personalidad adulta y su posición como mujer independiente, apta para enfrentar lo salvaje de este paramo desolado. Sin duda, el romance de Mortensen no es hacía una relación, sino hacía su gran, gran heroína.

Además de la obvia manifestación y crítica hacía los males que persisten en nuestros días alrededor de las violaciones y el asesinato, “The Dead Don’t Hurt” también explora la corrupción de una manera como pocas veces se ha visto en el género. De manera muy simple (pero al mismo tiempo oscura y reveladora) Mortensen proyecta como el clasismo, racismo y el abuso de poder responde a los intereses mafiosos en este condado con una población regida por la inestabilidad emocional y la violencia desmedida, herencia que Estados Unidos y México, principales escenarios de aquel salvaje oeste, aún siguen ejecutando a la perfección en la actualidad.

Así mismo y aunque la Guerra solo es un elemento que juega como el entorno de la historia, Mortensen no le resta importancia al posicionar su contexto como un claro detonante de estas inmundicias sociales, dejando en claro sus consecuencias para todo bando, género y nación.

Si a ustedes les causa cierta curiosidad el título, “The Dead Don’t Hurt”, tengan en cuenta que desde el primer segundo Mortensen revelará la naturaleza y significado onírico del mismo. Aunque no hay reparo en mostrar de donde emerge la retrospectiva de su narrativa, dicho suceso sirve también para en una menor, pero igual de importante escala, desarrollar la historia de él, de su duelo, resiliencia, de su motivación y venganza, la cual será el verdadero giro y motor final para que Viggo alcance un notorio clímax y cierre con mucho “amor” el romance hacía la figura femenina, hacía sus muertos.

En la parte actoral no hay suficientes elogios para describir la actuación de Vicky Kreaps que, para acabar de describirla pronto, la historia y el género deberían posicionarla como uno de los personajes mejor escritos e interpretados del western. Guion y dirección de Viggo Mortensen junto al talento de Krieps, logran una asomo íntimo, bello y cruento de esta mujer, causando una empatía hacía con el espectador que desagarra cuerpo, mente y corazón. Mortensen por otro lado, responde a este reto con un coprotagónico entrañable, silencioso y que proyecta arrepentimiento, romance y fuerza por igual. El reparto se completa con un muy correcto Danny Huston, un rostro ya conocido del género como Garret Dillahunt, y finalmente con el novato (y MVP) Solly McLeod, que logra un siniestro y aterrador hijo de puta.

Una historia de sacrificio, arrepentimiento, redención, pero sobre todo mucho amor, “The Dead Don’t Hurt” está tan poderosamente actuada, bien escrita y dirigida, que incluso será abrazada por aquellos que no sean adeptos al género, convirtiéndose en una historia universal de fuerza femenina y relacional, por que detrás de cada gran hombre existe una gran  mujer, y viceversa, y detrás de estos dos existe un western romántico formidable.

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Acerca del autor

El Fett   @El_Fett   cinescopia.com

El más realista y cabrón crítico de cine que pueda existir. Ente sin misericordia que tiene el halago de transmitir a los mortales su sentir y sabiduría en el mejor recinto sobre el séptimo arte. Cinéfilo de corazón y crítico crudo por vocación. Alter ego del Licenciado en mercadotecnia y RRPP Oscar M Rodríguez (FB) Sigueme en twitter @El_Fett


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