The Girl in the Spider’s Web: Bond, Jane Bond
Tras salir de ver este relato thriller convertido en una efímera y predecible aventura de espionaje, no pude dejar de pensar que tan desesperado debe estar Hollywood por complacer a la comunidad feminista que hasta convirtieron a una hacker introvertida y defensora de mujeres en una espía experta en karate, sexo, tecnología, escape, drogas, supervivencia, con un IQ y ki superior al de Steve Jobs y Kakaroto y casi con súper poderes, por supuesto más cabrona que Jason Bourne, James Bond e Ethan Hawk juntos ¡Válgame! ¿Esa es Lisbeth Salander? Y al parecer no fui el único que se cuestionó este casting de la personaje creado por Stieg Larrson para “Los Avengers“, pues al parecer muchos de los fans han emitido sus quejas por la distorsión que ha sufrido su anti heroína de la mano de esta adaptación, venida de la secuela de David Lagercrantz (tras la muerte del mencionado original creador de la afamada franquicia literata Millennium).
Pero ese no es el problema ¡No! Dejemos de lado la hipérbole alrededor de esta sensual flaca (elementos que se ensalza con la visión y lente del director, dejando de lado algún comentario sexista) con súper poderes y centrémonos directamente en lo desarrollado por Fede Álvarez, cineasta uruguayo amante de las coincidencias más que las incongruencias, en un manejo exacerbado de elementos Deus Ex Machina que llevan a The Girl in the Spider’s Web al total descaro y descuido narrativo de sus situaciones, las cuales se pueden resolver de 235 formas casi por azares del destino y claro, por la sobrexposición de elementos sobrados que no aportan nada a la trama más que salidas fáciles que la vuelven progresivamente más inverosímil.
Pobrecito del Fede, y es que si bien su guion (juntos a otro par de colaboradores), logra con agilidad despegarse de su previa dirigida por Fincher con una estructura independiente, sutil y bien replanteada, es en su desarrollo y transición de thriller a film de acción y espionaje donde se obvia la infinita separación de talento de su antecesor, asimilándose a alguien que con cada paso quiere saltar a un vacío de donde de repente y por arte de magia aparece un pedazo de bloque o piso para evitarlo, y así sucesivamente hasta llegar a un forzado y ya por todos conocido final (pues hasta en el carajo tráiler se ve).
Experto en violencia gráfica y en la credibilidad de exponer sus balazos, golpes y demás causantes de sangre, lo que Fede no deja de hacer es moverse, imprimiendo a su relato una eficaz agilidad muy similar a las de las películas de Bourne, con personajes de índole internacional y complots que va y vienen, pero sin una cohesión, impresión de tensión y/o suspenso en su argumento, sintiéndose todo artificial y sacado del molde de otras películas con espías.
Lo que posiblemente pueda salvar y definir esta nueva reinvención de una saga fílmica con más penas que glorias es Claire Foy, excelente actriz que de nuevo aquí fortalece su imagen y versatilidad al interpretar con mucha solvencia y presencia a Lisbeth Salander, independiente a su impresionantemente elevado ki y nivel de súper pelea. Pero todo tiene su precio, y esa es la disminución grosera del equilibrio masculino en la figura de la contraparte Mikael Blomkvist, personaje casi reducido a una serie de cameos que incluso convierten a su inclusión en el relato como algo totalmente innecesario, casi a la par del forzado elemento “infantil” protagonizado por Christopher Convery, metido con calzador para dar a entender que Salander puede tener además de todos sus poderes, también el de “madre traumatizada” por su pasado infantil y fraternal hacía con su hermana, lo que nos lleva al final eslabón y predecible antagonista, una penosa Sylvia Hoeks que quizá haya interpretado a la terrorista más inútil y menos peligrosa en el cine de espionaje (¿No pudieron tan siquiera copiar a la de The Man from UNCLE) ¡Y todo por su hermanita y serios “daddy issues”! Complejos problemas a los cuales el guion y dicha actuación sobajan al grado de parecer un esbozo de villano caricaturesco ¡Bochornoso!
¿Conclusión? El casting para saber si una 007 es factible ha fracasado por el momento, Lisbeth Salander puede sobrevivir y descansar momentáneamente en Claire Foy y por favor ¡Alguien ya quítele los padrinos mágicos a Fede Álvarez! Un director que resulev todo a través de forzados trucos de magia. The Girl in the Spider’s Web es en esencia un compendio de coincidencias increíbles sujeta a todas las frivolidades posibles de Hollywood, una mediocridad que pronto pasará a la televisión.