The House: No hay lugar como el hogar
De lejos el año cinematográfico para el género de la animación ha sido de los peores en los últimos tiempos, y en medio de una crisis tanto creativa como narrativa de este subgénero, surge una propuesta arriesgada e interesante que utiliza la técnica de stopmotion llamada “The House”, que busca romper el molde de los estudios tradicionalistas y mediáticos del cine de animación.
Utilizando trapos
Una de las primeras impresiones de la cinta es su manufactura, primero porque la técnica con la cual está realizada requiere de mucho esfuerzo, paciencia y orden (stopmotion); segundo porque ha decidido manejar otro tipo de materiales (alejándose de la clásica plastilina o arcilla), utilizando tela en los muñecos o personajes así como en algunas locaciones. Esta última decisión no se toma por un sentido ornamental, sino que tiene una implicación en el lenguaje de la cinta, ya que las figuras de tela a diferencia de una de plástico o de arcilla dan una sensación parda y lúgubre estableciendo un estilismo más experimental.
El apego a un inmueble
Yéndonos a la parte narrativa, la película nos presenta tres historias diferentes que manejan géneros distintos y sin embargo el eje central de sus tramas sigue siendo el mismo: el apego hacia un inmueble por diferentes motivos al punto de sacrificar desde aspectos físicos hasta mentales, acompañado generalmente de momentos de corte surrealista:
- El primer corto titulado “Y dentro se oye tejerse una mentira”, tiene un estilo de terror con folklor europeo, y a través de la historia de una familia que firma un convenio con un ser místico a cambio de una mansión, demuestra como una persona con tal de escalar en una posición social es capaz de sacrificar su propia esencia humana y personal.
- El segundo corto cuenta la historia de una rata antropomórfica agente de bienes raíces que busca vender una residencia a la cual le ha invertido y decorado de una despampanante tecnología. Este lo considero el mejor relato de los tres, puesto que tiene un doble discurso; por un lado, es la demostración de como un hogar puede ser sinónimo de apariencia superficial para disimular las carencias de un individuo; por otro lado, hay una crítica dura a la usurpación de las propiedades y de la misma identidad en beneficio de un colectivismo salvaje y repulsivo (su derechista favorita próximamente dirá que es una crítica al comunismo). A diferencia de la primera es una historia con más humor negro, aunque los giros finales son más oscuros.
- La tercera es una historia más sentimental y quizás podríamos meterla dentro de un “coming age” acerca de una gata antropomórfica que busca arreglar su morada a pesar de que esta se encuentra varada en medio del agua. Aquí el concepto de hogar se le da la óptica de un refugio de recuerdos y nostalgia, representando una moraleja del peligro de anclarse al pasado, ignorando las vicisitudes del futuro.
A pesar de que cada historia tiene un enfoque distinto, en cuanto al concepto de “hogar” comprenden un hilo narrativo complementario que conforme vamos avanzando va enriqueciendo su abstracción de “casa”. Y a pesar de los estilos distintos que maneja cada uno, todos tienen una atmosfera inquietante, absorbente, terrorífica, kafkiana y son sutiles en las premisas que están manejando. Al final su moraleja como complemento es clara, e incluso la termina acentuando desde su primera a ultima historia: el hogar no solo es material, también hay aspectos alejados de la apariencia que son necesarios para construir el mismo (cariño, familia) y que una vivienda puede hacer a un individuo, así como el mismo puede darle su propio significado.
No todas las costuras son fuertes
A pesar de tener excelentes mensajes, “La Casa” tiene algunos defectos narrativos.
El primero el más obvio, pues al ser una antología con tres relatos distintos a pesar de estar unidos por un mismo mensaje, siempre hay uno que va a destacar por encima de los demás, haciendo que el resto se vean débiles en el sentido narrativo, que ya es un hándicap al utilizar este tipo de formatos. En particular la primera trama por atmosfera termina siendo impecable, la segunda por escritura y estilo termina elevándose, pero el tercero es quien se termina viendo peor.
Segundo es que en algunos relatos falta desarrollo de personajes (el primero y tercero), siendo un elemento que le termina restando algo de “punch” a las moralejas de las historias, es por eso por lo que la historia de los gatos termina siendo la más débil, pues la base tiene que ser más narrativa que estilística al explorar un tema como la nostalgia.
Calificaciones
Guion: 2.4 – Excelentes premisas, pero la falta de contexto a los personajes le resta puntos
Dirección: 3.2 – El estilismo de la cinta va de la mano con la narrativa, el utilizar elementos textiles le da mayor plus.
Actuaciones: 1.5 – Las voces de los personajes están decentes
Extras: 0.5 – El hecho de ser una producción stop motion le da mucho valor
Calificación: 7.6 – Buena
Este experimento llamado The House con todo y sus defectos termina siendo disfrutable, demostrando que quizás a veces volver a las técnicas más antiguas acompañado de una narrativa decente puede ser la respuesta cuando un subgénero cae en decadencia. Para este caso preferimos mil veces la tela a la plasta de CGI.
2 Comments
“el género de la animación”
“de este subgénero”
Citando a Brad Bird: “La gente piensa que la animación sólo hace cosas en las que la gente baila y hace mucho histrionismo, pero la animación no es un género. Y la gente sigue diciendo: ‘El género de animación’. ¡No es un género! ¡Un western es un género! La animación es una forma de arte, y puede hacer cualquier género. Ya sabes, puede hacer una película de detectives, una película de vaqueros, una película de terror, una película con clasificación R o un cuento de hadas para niños. Pero no hace una sola cosa. Y, la próxima vez que escuche, ‘¿Cómo es trabajar en el género de animación?’ ¡Voy a golpear a esa persona!”
Bueno, tampoco le puedes pedir mucho al Actuario jaja