The Iron Claw: El sueño americano convertido en pesadilla
Como fanático del wrestling americano, puedo confirmar que gran parte de la cultura y el espíritu estadounidense se encuentra tanto dentro de las historias guionizadas (conocidas bajo la terminología de kayfabe) como en los eventos realistas tras bambalinas de este deporte-espectáculo. Cinematográficamente, resulta sumamente atractivo adentrarse en estas narrativas llenas de héroes y villanos físicamente imponentes que escalan entre la ficción y la realidad en búsqueda de una presea dorada. Sean Durkin, al encontrar el lado artístico de este entretenimiento, toma la historia de una de las familias más emblemáticas y oscuras dentro de la lucha libre profesional: los Von Erich, representando el espíritu americano desde su óptica más idealizada hasta su lado más turbio.
A través de la cotidianidad, Durkin nos sumerge en el núcleo de este clan de luchadores encabezado por Fritz Von Erich que, a pesar de desempeñar su papel de rudo con disciplina, nunca logró convertirse en campeón mundial. Su anhelo de conquista se transmite a sus cuatro hijos, a quienes presiona para que sean luchadores y alcancen la gloria que él nunca tuvo
La dinámica de “daddy issues” se convierte en la principal herramienta en esta narrativa dentro de una familia americana modelo, con atletas talentosos, galanes e incluso con ciertas habilidades artísticas, que por alguna extraña razón no solo no llegarán al éxito, sino que parece estar “maldecidos”. Fritz, quien impulsa a sus hijos en el camino del éxito, es también el culpable de que no puedan llegar a dicho cometido; quizás sea su obsesión lo que termina siendo una loza para su retoños, o quizás sea el destino diciéndoles que, a pesar de ser bendecidos con talento, no está en su camino ser campeones máximos, o quizás no tenga nada que ver con eso, y solo la falta de influencia en el backstage, el uso de drogas y anabólicos y/o el comportamiento atrabancado de ciertos miembros de una razón lógica a aquella “maldición” nacida del padre al adoptar el apellido de su abuela como parte de su personaje en el wrestling.
El personaje principal (Kevin) expone todas las vicisitudes y grietas del clan. Interpretado por Zac Efron (quien da el papel de su carrera y una de las mejores interpretaciones del 2023), no solo físicamente expresa la disciplina atlética de los Von Erich, sino la presión emocional de tener que asumir el papel del hermano mayor (tras el fallecimiento del primer hijo a la edad de 5 años), siendo el menos talentoso y el de peor “verbo” (micrófono para los fans del wrestling) de entre sus hermanos Kerry y Kevin. A pesar de ser el más rígido y metódico al momento de entrenar, motivo por el cual queda relegado de los planos estelares, existe en él una carga psicológica por intentar buscar la aprobación de su padre y una tristeza profunda por los estragos que la maldición irá dejando a lo largo del tiempo. Definitivamente el desempeño de Zac logra elevar el nivel de la cinta.
El director construye una puesta en escena que combinan la perspectiva individual del luchador con primeros planos que nos meten de lleno a la acción del ring de manera física. Con esto se logra una exploración intimista de Kevin y sus hermanos, pero también la perspectiva del público hacía “su fachada” a través de planos generales que muestran la inmensidad del coliseo. Así mismo, Durkin muestra la perspectiva del wrestiling tras bambalinas, quedando en claro que seremos tanto observadores como amigos de este trágico clan.
La película tiene algunos defectos. Los personajes secundarios, fuera de Kevin, Fritz y Mike, están construidos de manera unidimensional. La falta de desarrollo en personajes como Kerry, David y Doris obstaculiza la creación de una mirada más completa a los Von Erich. Tampoco hay una perspectiva femenina del conflicto en sus personajes, a pesar de encausar a dos de ellos dentro del conflicto principal, quedando como meros adornos. Por lo tanto, el espectador solo será parte de la empatía generada a través de Kevin, más nunca por la personalidad de sus secundarios, dejando incluso que algunos arcos cierren de manera muy forzada.
Como detalle adicional, hay que señalar que Durkin se tomó bastantes libertades creativas, desde borrar al otro hermano menor de la familia (Chris Von Erich), cortar algunos escándalos que tuvo Kerry, y quizás el que podría ser más cuestionable, ignorar que la maldición de Von Erich tiene su origen en el apellido que le valió interpretar a un nazi al patriarca Fritz (y que se rumora que un sobreviviente del holocausto lo maldijo por eso). Decisiones que en el proceso de adaptación se justificaran con el resultado final y que si bien pudieron apoyar un poco más al desarrollo de los secundarios, se entiende por el enfoque de la historia el por qué se prescindió de estos.
Calificación
Guion: 2.5 – Se destaca por la forma exponer de manera sutil los daddy issues y este círculo vicioso en el que se anclan los Von Erich
Dirección: 3.0 – Si bien el ritmo se pierda en el último acto, no opaca un trabajo bueno.
Actuaciones: 1.8 – ¿Por qué no está a Zac Efron nominado a la terna de mejor actor en el Oscar? El más infravalorado en esta temporada de premios
Extras: 0.5 – Excelente soundtrack
Calificacion: 7.8 – Buena
“The Iron Claw” es un relato interesante que destaca por su manera de abordar los “daddy issues”, la actuación de Efron y una buena dirección. Aunque no alcanza los niveles de “The Wrestler” (Aronofsky dejó la vara alta), ofrece un buen espectáculo, mereciendo su reconocimiento en el campeonato Midcard y quedándose por un pelo del Mundial.
PD: Para los fans más acérrimos del wrestling hay muchos cameos y referencias, desde luchadores participando en la película (MJF), la introducción de luchadores clásicos a la historia como Ric Flair, la mención de NWA y WWF (el nombre antiguo de WWE), hasta algunos guiños de lo que vive un luchador cuya familia se dedicó al wrestling, especialmente aquellos cuyo padre no fue tan exitoso y el hijo se ve obligado a buscar la gloria para honrar a su familia (te hablo a ti Cody Rhodes).
PD 2: Hace unos días The Rock dijo que su familia (Los Anoa?i Samoanos) era la realeza de la lucha libre americana, menuda manera de prácticamente escupir en el legado de los Von Erich, y tremendo pelotudo que es Dwayne.
1 Comment
Los argentinos solo les gusta el panbol. Mejor has una crítica de como tu país ganó un mundial con ayuda de los árbitros y la corrupción de la FIFA.