The Last Voyage of the Demeter: Dracula nos ahoga de aburrimiento

Según el sitio IMDB, hay 54 producciones, entre películas y series, sobre Dracula. Desde la maravillosa adaptación que hizo Francis Ford Coppola en 1992 (en lo personal, es mi favorita), hasta “Las novias de Dracula, la historia jamás contada” (¿jamás?), “las cicatrices de Dracula” (me imagino que los dos agujeritos que deja en el cuello también merecen su película), Dracula 1972 D.C (¿Después de Cristo?  Pues si no ¿cuándo?), Dracula vuelve a la Tumba (algo así como “Dracula, váyase a dormir”) y por supuesto “Batman Vs Dracula”. Entonces, ya se ha dicho e inventado todo sobre este personaje ¿qué más había por decir?

Pues los guionistas Bragi F. Schut y Zak Olkewicz le dieron otro repaso al libro de Bram Stoker y se dieron cuenta de que nadie había contado la historia del viaje de Dracula rumbo a Londres en el famoso barco Demeter, mismo que llegó a las costas inglesas sin tripulación ¡aquí hay una buena historia! Y si, suena bastante bien, el problema es que estamos en el 2023, épocas de excesiva corrección política, inclusión forzada y demás monerías que ya conocemos y esto le vinieron a dar al traste a lo que parecía una excelente idea.

Todo comienza en el día que está por zarpar el Demeter rumbo a Londres y hay vacantes en la tripulación, se presentan algunos aspirantes y entre ellos hay un hombre de raza negra, bien vestido y educado que, desde que lo ves, sabes que ese es el que se va a ir en el barco, pero te la hacen de emoción. Dice que es astrónomo y eso no les interesa a los seleccionadores. El caso es que por diferentes y predecibles circunstancias termina arriba del barco y emprenden el viaje. Obviamente en la tripulación solo hay hombres y un niño que es el nieto del capitán. En las bodegas van unas misteriosas cajas marcadas con unos dragones y una granja improvisada de borregos, chivos y hasta una vaca. Estaba grande el barco. De repente una de las cajas cae mientras nuestro amigo moreno iba pasando, se rompe la caja, sale un montón de tierra y debajo de esta tierra ¿qué creen? No, todavía no es Dracula, sale una mujer moribunda (faltaba la representación femenina). Nuestro amigo astrónomo la ayuda y les informa que, además de astrónomo es doctor, así que él puede ayudar a sanar a la mujer. A partir de ahí, empiezan una serie de sucesos que no se ven, porque la película es demasiado oscura.

Se vuelve algo repetitiva, empieza a tornarse dramática la trama por el asunto del nieto del capitán y, aunque todos sabemos que nadie se va a salvar porque conocemos la historia, gracias al poder del guion hay personajes que son mordidos por Dracula e inmediatamente se convierten en vampiros, pero hay otros que parecen inmunes y tardan lo conveniente para algún acto heroico. Nuestro amigo astrónomo- médico es tan bueno, que descubre la cura del vampirismo y la película queda con la amenaza de una segunda parte.

Lo más rescatable es la caracterización de Dracula, lástima que se ve poco, pero hay algunas escenas sangrientas, aunque nada que no nos deje dormir.

Dirige André Øvredal, que prometía, ya que tiene una muy buena película  de terror, La Autopsia de Jane Doe, pero que aquí firma su primera gran decepción. Actúan Corey Hawkins, Liam Cunningham, Aisling Francios, David Dastmalc y el niño Woody Norman entre otros mas.

Es una buena idea muy mal ejecutada que queda aburrida y olvidable.

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