The Lighthouse: Luminoso terror de autor

Después de una impresionante ópera prima con “The Witch”, Robert Eggers se va del folclore de Nueva Inglaterra a las costas de una isla lejana para contarnos un relato marino lleno de mitos y leyendas.

La historia es sencilla: dos personajes que se ven obligados al cuidado de un faro a finales del siglo XIX; uno (Pattinson) para obtener algo de ganancias y empezar con una nueva vida, y el viejo (Dafoe) “capitán” de ese barco destinado a naufragar y que se cree dueño del faro, solo porque lleva más tiempo ahí.

Empecemos por lo técnico, filmada directamente en blanco y negro en 4:3 y con una fotografía sombría, las atmósferas que Jarin Blaschke (fotógrafo recurrente en la filmografía de Eggers) hacen que esta fábula minimalista se haga pesada para el espectador, y en momentos asfixiante, con espacios reducidos ya sea dentro de la cabaña donde los personajes hacen su vida rutinaria, como dentro del mismo faro e incluso hasta en los exteriores de la isla, haciendo que su puesta en escena recuerde más a una obra teatral por cómo se mueven los personajes frente a la cámara; si bien en ocasiones la fotografía es muy estática, se agradecen los pocos movimientos de cámara que Eggers se atreve a hacer. Todo eso marcado con un diseño sonoro bien realizado, lejos del ruido y lo estruendoso que suena el mar y las olas, los propios sonidos del faro y su maquinaria van creando una tensión que se siente de los pies a la cabeza.

Ahora quitándonos de encima lo técnico, Eggers y su hermano Max dentro del guion hacen uso de un sinfín de mitos, folclore y metáforas que en ocasiones no llegan a buen puerto; si en “The Witch” tomaba los relatos de “brujas en el bosque”, en “The Lighthouse” hay elementos fantásticos que juegan dentro de la psique de los personajes estando “atrapados” dentro un espacio casi claustrofóbico. Así pues Eggers hace uso del terror psicológico y de la atmósfera del lugar para mostrarnos qué tan bajo puede llegar el hombre en situaciones tan extremas como las que pasan los personajes.

Y es ahí, en el lado más salvaje donde Robert Pattinson y Willen Dafoe dan cátedra de una buena actuación; un Pattinson contenido, con hambre de aprender del oficio para poder salir adelante, pero que hacia el final desata esa contención y nos muestra quien es en realidad y qué es lo capaz de hacer con tal de salir adelante. Y Dafoe como un todo un viejo lobo de mar parlanchín que no se avergüenza de pedorrearse todo el tiempo, ya habituado al encierro y guardando secretos del paradero de sus compañeros pasados.

Si bien “The Lighthouse” pudiera ser un descenso a la locura misma, Eggers se aferra a mostramos situaciones ambiguas llenos de símbolos que no van a ningún lado y contradicen por momentos sus propios objetivos. Aunque se siente que al metraje le sobran al menos quince minutos, lo que salva la película es el duelo de actuaciones de Pattinson y Dafoe, el estira y afloja de ellos, las contestaciones, los monólogos.

Al final “The Lighthouse” tiene todos los elementos del cine de terror, pero un terror que NO asusta, sino que incomoda, y es ese “terror de autor” que está volviendo a las salas de cine como la misma “The Witch”, “It follows”, “Hereditary”, la nueva versión de “Suspiria” incluso lo que Jordan Peele está haciendo con “Get out” y “Us”. Y es nuestro deber como espectador acudir a ver este “otro” tipo de terror, porqué las lloronas y los conjuros con el paso del tiempo terminan convirtiéndose en comedias baratas.

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1 Comment

  • ME FASCINA EL CINE Y VER PELÍCULAS ME LLENA, POR MI HIJO SE DE ESTE ESPACIO “CINESCOPIA” Y BUENO, LAS CRÍTICAS SON INDISPENSABLES EN ESTE MEDIO, GRACIAS A TODOS Y PRINCIPALMENTE A TI IvanO

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