The Mandalorian: Una floja temporada con un final a lo “Disney”

Ya veo a muchos “Warsies” enojados por aquí, pero siendo objetivos, la tercera temporada del Mandaloriano se caracterizó por ser muy irregular y con un bajón de “guion” bastante notorio con respecto a sus antecesoras. De entrada, tenemos a un Din Djarin que perdió completamente el protagonismo para cederlo a Bo Katan Kryze, y a un Grogu que solamente regresó de su entrenamiento con Luke (forzadamente por Kathleen Kennedy) para ser durante 8 episodios solamente una “mascota” de adorno.

Pero en fin, esta temporada llegó a su cierre, y efectivamente el principal error que cometemos los warsies es especular y querer adivinar que va a pasar. Por lo tanto, nos generamos expectativas que casi nunca se cumplen, y eso muchas veces genera el llamado “hate” (aunque por supuesto, a veces recibimos sorpresas muy gratas, épicas y muy inesperadas como el regreso de Luke Skywalker). Circulaban tantos rumores en la red. “que si Din Djarin iba a morir”, “que si Bo Katan iba a morir”, “que si iba a aparecer Luke, Han o Leia”, “que si iba a haber un cameo de Boba Fett y Fennec Shand”, o que este episodio iba a conectar directamente con Ahsoka a través de un cameo del gran almirante Thrawn. Pues debo decirles que si esperaban un cameo sorpresa en este final de temporada, pues no lo hay.

Por una parte, se agradece que la tercera temporada apele a no depender del “fanservice” para atraer nuevo público (aunque se ha estado desplomando en rating), y que quisieran darle un final más orgánico con los Mandalorianos como protagonistas, sin ser opacados por alguien más

Pero el verdadero problema es que tampoco nos dieron lo que nos prometieron, y me refiero a las tantas declaraciones que hicieron los actores de la serie, asegurando que el final “iba a ser muy duro”, “que nos iba a fragmentar”, “que iba a haber pérdidas importantes”, declaraciones absurdas y propagandísticas que solo sirven para generar “hype” e intentar subir los ratings caídos. El episodio, que solo dura 38 minutos, dista de ser una conclusión épica, y efectivamente fue solo eso, una conclusión que ató algunos de los tantos cabos sueltos hechos por Star Wars.

COSAS QUE CERRARON Y COSAS QUE NO

La temporada tres tiene muchas inconsistencias que provocaron que el guion se viera bastante flojo. La decisión de hace protagonista a Bo Katan no es para nada errónea (es un personaje querido y que ha tenido un largo desarrollo desde Clone Wars y Rebels), pero si los cambios de accionar o ideológicos de varios personajes, caso en especial el de la armera, a quien conocimos muy rígida, muy entregada a la visión de una facción de los Mandalorianos, y que al final siempre no. ¿Qué pasó con “This is the way”? Djarin se quita el casco y para redimirse debe ir a Mandalore a bañarse en las aguas sagradas, para que acto seguido, la armera le diga a Bo Katan que sí puede quitarse el casto y puede andar en ambos caminos, sin explicaciones, sin argumentos, pero sobre todo sin un desarrollo posterior a dicho cambio.

Y ese ha sido un grave problema toda esta temporada, todo se ha resuelto así, muy fácil, el punto A llega al punto B.  Lo del sable oscuro es otro caso, un terrible elemento “mcguffin” desperdiciado y que optó por usar el viejo truco de “Harry Potter”, pasando de ser el protagonista de la segunda temporada, a perder completamente relevancia (e incluso en este último episodio por perderse por completo).

Otra cosa que no se cierra es lo del dichoso “segundo espía”, pues casi todo el fandom creía que Gideon estaba siendo apoyado por un mandaloriano infiltrado. Es increíble como Disney puede hacer tres hoyos al tapar uno, pues mientras todo apuntaba a que era la armera (pues su mentalidad cambió de la noche a la mañana), los guionistas decidieron que mejor no existiera nadie.  Siendo sinceros, lo de la armera hubiera justificado por completo los cambios tan notorios y la falta de lógica de la serie, demostrando una vez más que quizá el fandom tenga más capacidad de escribir los guiones que los mismos ineptos responsables de la temporada.

Por su parte, la escritura alrededor del villano principal, Moff Gideon, comete el mismo error que la secuelas, pues este trabaja con una muy poca estructura imperial a su disposición para crear clones de él, sensibles a la fuerza. Algo irracional, tomando en cuenta las estructuras que se nos han fomentado antes en la saga (¿será que tendremos por aquí el argumento del nacimiento de Snoke?).

En la parte positiva, hay resaltar de nuevo el trabajo hecho por Giancarlo Esposito, que sigue demostrando su gran calidad actoral. Sin duda el “Moff” fue de esos personajes cuyo desarrollo gusta, pues por primera vez no se fueron por el típico cliché de que obedecía a alguien más grande (en este caso Thrawn), sino que realmente todos los planes del villano eran beneficio propio.

¿Y Din y Grogu? El final de temporada reafirmó su vínculo, siendo ahora Grogu el que se encarga de salvar la vida de quien considera su padre, (utilizando lo poco que aprendió con Luke). Además, el episodio finaliza reafirmando dicho lazo en un momento muy emotivo, pero muy Disney. Saluden ahora Din Grogu.

Respecto a las “grandes pérdidas”, Disney pudo haberse arriesgado más y darnos bajas más considerables, pues incluso la despedida de Paz Viszla en el episodio pasado fue mucho más dolorosa.

FINAL DISNEY

La acción no falló, todo se resuelve ante una épica y bien lograda batalla. Mención de honor para los nuevos Dark Troopers y sus trajes de Beskar, el duelo entre pretorianos y mandalorianos, y que decir de esa batalla en el cielo que fue sublime. Los combates cumplieron en los dos últimos episodios, y los Mandalorianos lograron hacerse con la victoria y finalmente recuperar su tan ansiado hogar. Pero de nueva cuenta, Disney pudo haber arriesgado más.

Lo que llama la atención, es que en lo relativo al pueblo de Mandalore, este final no deja cabos sueltos. Sí los deja en otras tramas ajenas a ellos, y que seguramente serán más importantes para la serie de Ahsoka (como el resurgir del imperio), pero parece ser que esta historia ya encontró su final feliz. Un final que parece corroborar lo que muchos rumores hollywoodenses afirman: que no habría una temporada cuatro a pesar de que Favreau mismo había confirmado que el guion ya estaba hecho. En resumen, es una conclusión total que deja todos los reflectores e Ahsoka.

Una temporada que deja a desear, apresurada, y un final de cuento de hadas donde los buenos ganan y los malos pierden. ¿Qué le depara a Star Wars en este Mandoverse? Quizás muchas cosas positivas y negativas, pero queda claro que a todos los fans del pueblo mandaloriano, más vale que guarden lo visto en estas tres temporadas, porque quizás pase un buen rato para que volvamos a saber algo de estos grandes guerreros.

Algunos detalles escondidos

El primero de ellos, es que de alguna manera se recuperó la idea que Colin Trevorrow tenía planeada para su “Duel of The Fates” que nunca pudimos ver en cines (porque Kathleen prefirió irse por la segura y de nuevo contratar a JJ Abrams para hacer el infame “Ascenso de Skywalker”). Pero en resumen, la idea de Colin, era que ya no iba a haber detrás un “gran” lord sith con planes malévolos, sino que Kylo Ren estaba listo para ser el maestro y todos sus planes eran para su beneficio propio, idea que sinceramente sonaba mucho mejor, que regresar a “Don Senado”.

El otro huevito de pascua, tiene que ver con el General Grievous, ya que los warsies más warsies, sabrán de la obsesión que tenía precisamente este personaje por volverse en un usuario de la fuerza, y aunque aprendió esgrima con el sable de luz, nunca pudo hacer que los midiclorianos corrieran por su sangre, cosa con la que Gideon también está obsesionado.

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Arqueodan    


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