The Master: La construcción de dos monstruos por un mismo maestro
Paul Thomas Anderson ha conformado su estatus como el mayor genio incomprendido de la actual época cinematográfica con una pieza artística que el débil modus operandi de Hollywood no logra comprender y mucho menos apreciar. Ni siquiera muchos de sus seguidores después de observar su último film y teniendo la experiencias de There Will Be Blood y Magnolia, alcanzan a ver el alcanza al retrato íntimo de dos figuras simbiontes, su construcción, su psique y sus emociones contrapuestas, centrándose solamente en la banalidad que hubiera sido basarse en una historia biográfica no oficial sobre la creación de una de las vertientes e ideologías religiosas más polémicas de los últimos tiempos ¡Eso es mundano! P.T.A. no busca el decepcionar o agradar, es un autor, un artista que posee una intensa y genial compresión del lenguaje cinematográfico, que esta vez usa para narrar la historia de dos almas a través del universo que se encuentran en un punto trascendental para sus vidas dentro de un ambiente decadente, de dudas, de ignorancia, y tomando como escenario una no tan ficticia creación de una secta religiosa en los años 50 ¡Eso si es magistral!
Producida, dirigida y escrita por P.T.A., hay una manera clara para situar a The Master en el contexto que le corresponde, un film infravalorado que si se convierte en uno de los puntos más bajos dentro de la filmografía del cineasta en cuanto a calidad narrativa se refiere, pero que al mismo tiempo se sitúa entre las mejores películas de este año.
Construcción y deconstrucción
No existe una virtud que sobresalga de entre toda una amalgama de elementos cinematográficos de calidad que se complementan perfectamente bajo su dirección, sin embargo, si hay una debilidad clara en un guion que, en su afán por buscar y encontrar la perfecta construcción de sus personajes, denota una falta de ritmo en su relato, haciendo que la cinta se tambaleé en su desarrollo incluso cayendo en la redundancia dentro de algunas secuencias.
Por otro lado, es ese factor que rodea a sus personajes plasmados en el libreto, el que permite a sus actores desempeñarse de manera sobresaliente, agregándoles un rostro a una perfecta estructuración para los dos protagonistas. Partiendo de este punto, el director – guionista nos presenta por un lado a un ex marine auto destructivo y errante, con serios problemas de ira y una fijación hacia el sexo, causada al parecer por su misma represión a este y el abandono de la figura a la que más amaba y a la cual dejó ir por su misma impulsiva actitud. Un nómada que no encuentra su lugar en el mundo hasta que aparece un maestro que está dispuesto a aceptarlo, un recio y carismático ser que inflige su verdad a una sociedad dispersa y también errante ¿Es una chantaje? ¿Es una verdad? ¿Es ético? ¿Es amoral? ¿Es su esposa la verdadera líder de su culto? ¿Es una secta o una religión? P.T.A. no desperdicia tiempo en ello ¡No le interesa! La construcción y la tridimensionalidad exacta no funcionan para ese fin, sino para adentrarse a la relación y al pasaje constructivo y destructivo de estos dos seres que por una coincidencia cósmica y como por órdenes del destino, se ayudan y complementan el uno al otro, dejando de lado su ambiente, pero no su percepción sobre este.
El Fénix renació de sus cenizas
Esta abominable y extraordinaria simbiosis no hubiera sido posible sin dos nombres: Joaquin Phoenix y Philipp Seymour Hoffman, dos histriones por demás sobresalientes que entregan quizá las mejores interpretaciones de sus carreras. Por un lado Seymour Hoffman (Histrión fetiche del realizador y con el cual ha colaborado en casi toda su filmografía) se muestra sobrio y envolvente; P.T.A. no necesita dar una resolución asentada del personaje, encargando a su actor preferido la labor de lograr la empatía con el espectador, el cual tiene el libre albedrío de creer o no en las palabras de Lancaster Dodd, un líder cariñoso y a la misma vez repulsivo que como lo indica el desarrollo y motif del film, verá su proceso emocional y conflictivo solucionarse a través de la convivencia con Freddie Quell, un increíble Phoenix que sin duda da la mejor actuación masculina del 2012.
Como lo dijera el mismo Phoniex, la compatibilidad del actor y director son el resultado de dicha y tan intensa interpretación. El rebelde actor entrega a través de su personaje el vehículo perfecto para detonar el conflicto existencial de estos dos seres, maestro y discípulo, siendo el segundo una extensión emocional del primero y la redención de los dos. Estamos tal vez ante una de las mejores estructuraciones de un personaje real o ficticio en el cine, sabiendo esto, Joaquin se apodera completamente del espíritu y forma de un ser trastornado, un monstruo que verá una razón de vida al comulgar con otro de su misma especie. Ya lo decía el mismo Day-Lewis a la hora de ganar el SAG Award, Joaquin Phoenix debió estar aquí, siendo la confirmación y bendición de un camaleón a otro reconociendo quien fue el del mejor desempeño.
Finalmente en esta química de director – actor figura también Amy Adams, excelente como siempre pero que desgraciadamente se ve opacada por sus compañeros de reparto.
Elementos que ensalzan el arte
Una película de P.T.A. no estaría completa sin esos elementos narrativos y/o recursos técnicos patentados ya por el autor. Así, tenemos los exquisitos planos secuencias en donde el cineasta capta la percepción de sus personajes de manera onírica; la simetría en sus planos y el manejo de la cámara siempre nos remiten a un estilo y tono narrativo elegante, sin pretensiones y solo para capturar la belleza de sus imágenes.
Una pena la omisión de su fotografía en muchos certámenes, pero el elemento que tal vez resalta a la par de sus actuaciones y de la dirección de P.T.A., es la música del ya artista de cabecea Jonny Greenwood, guitarrista de Radiohead que en esta ocasión repite para el cineasta una banda sonora hipnotizadora, tétrica y cautivadora que se adhiere a la perfección a la psique de sus personajes.
¿Hay que verla?
Definitivamente. Si bien estamos ante uno de los ejercicios menos vistosos de su carrera, “la maestría” y pericia del director y los actores hacen de esta obra una clase de buen gusto cinematográfico, en donde P.T.A. cuida cada momento y detalle en todo su metraje.
Ahora, si usted espera ver una polémica cinta sobre el origen de la cienciología, deje abandonado su morbo y prepárese a ver una polémica cinta sobre la relación de dos seres imperfectos y complementarios que alcanzan su pináculo en las actuaciones, resaltando la de Joaquin Phoniex, que sin duda es la mejor del 2012. Sin embargo, para los que desean ver los orígenes “ficticios” de la ideología (P.T.A. asegura que si se basó en Hubbard, el padre de esta religión), tampoco se decepcionarán gracias a un guion que trata con respeto y deja un razonamiento libre sobre la misma.
Una película que deja registro en la magnífica filmografía de Paul Thomas Anderson, que no es más que una creación e introspección sobre dos entes perdidos que se encuentran en el tiempo.
13 Comments
Diré algunos puntos sobre esta gran obra.
1: Primero confirma a Anderson (Si es que había gente que lo dudaba); es el mejor director de actores que hay en Hollywood, si quiere puede hacer una película cuyo protagonista sea una roca y lo haría genial. Superlativo en todos los sentidos.
2: Joaquin Phoenix debería ganar todos los premios por su papel.
3: La película me recuerda a Persona de Bergman, por la relación amor y odio que hay entre los dos protagonistas; claro uno enfocado a una historia lésbica y esta mas a la relación padre e hijo. Pero hay similitudes.
4: Por último, Anderson se consagra como un gran artista como los que ya no hay y películas como The Master, me recuerdan, que todavía, por lo menos hay un director que la palabra “GENIO”le queda muy bien.
Saludos y buenas noches xD.
Mi estimado, en verdad con esos 4 puntos da en el blanco. Si la justicia se levanta Phoenix deberia ganar el Oscar y ser aplaudido caballerosamente por Lewis.
Siempre pasa con los genios, siempre son incomprendidos e ignorados en la industria mas famosa de cine, ahi esta Bergman, ahi esta Kubrick, ahora ahi esta P.T.A.
Saludos mi estimado y gracias por comentar
De acuerdo a la calidad vista en pantalla, es posiblemente candidata, y teniendo en cuenta los estrenos que faltan, a ser una de las mejores películas de este 2013.
No la consideraría una de sus películas menores, es mas yo la situaría al nivel de There will be blood.
Y se confirma a Anderson como un verdadero maestro, como el mejor o uno de los mejores directores de cine en E.U.
Bueno mi estimado, en cuanto estrenos en el año si, pero recuerde que la produccion es del 2012 y fue una de las grandes ignoradas en varios certamenes.
En lo personal la considero por abajo de Magnolia, There Will Be Blood y Boogie NIghts, luego situaria a The Master, pero de todos modos es una magnifica obra de arte
Saludos estimado!
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Excelsa pelicula! (La primera que veo del cineasta) las actuaciones y la fotografia son PERFECTAS, desgraciadamente no la trajeron aqui a Guadalajara asi que la tuve que ver en Piraña…
Muy buen analisis,
saludos.
Mi estimado muchas gracias por comentar y por el piropo.
Hay qu ever la filmografia de P.T.A., quiza el mejor director de estos tiempos. Si me permite le rcomendare ir de menos a mas: Punch-Drunked Love. Boogie Nights, There Will Be Blood y termine con la maravillosa Magnolia. The Master yo la pondría entre la primera y la segunda que le menciono
Le mando un muy cordial saludo
Pues que recomendacion jaja! ya logre conseguir There Will Be Blood y Magnolia y fijese que esta ultima ha sido una de las peliculas que mas me han impactados por lo dominada que la tenia el director! simplemente sublime, y en el caso de TWBB pues, creo que la consideraria una de las mejores peliculas de la historia.
Saludos!
Ya ve como tenian sello de garantia. Que bieno que se dio la oportunidad mi estimado. Le falta Boogie NIghts, otra que no tiene pierde
Saludos!
Odio no poder odiar esta película, la vi hace 6 días, no puedo dejar de pensar en ella, en la oscuridad del cinema y envolverme en esos 65 mm orquestados sabiamente por Malaimare Jr (Un crimen que ni siquiera lo hayan nominado a mejor fotografía). Por muy buenas que sean las películas, siempre inconscientemente sé que son o escenarios teatrales, o pantallas verdes de fondo con luces y cámaras por doquier y un mar de gente tratando de crear magia, pero siempre pillo el truco, una serie de planos pegados meticulosamente pero todo es falso, los personajes son gente de formación del teatro que se dejan maquillar, iluminar se aprender un libreto y vociferan diálogos; ahora más que nunca tengo esa sensación. Pero luego de ver The Master no sé qué paso pero pareciera que Anderson hubiera abierto un agujero temporal y nos hubiera dejado ver un fragmento de vida de un ser atormentador de los años 50, esa sensación no la tenía desde el cine de Ozu, Dreyer o Bresson o el más lúcido Scorsese. Anderson es la síntesis del mejor cine de todas las épocas, me recuerda a Welles que sintetizaba las vanguardias en Ciudadano Kane. Si queda poco tiempo para ver el cine de varios autores es mejor navegar en las aguas de Anderson él es la síntesis de la perfección del encuadre de Kubrick, del juego de profundidad de campo de Gregg Toland y Orson Welles, de la puesta en escena de un Renoir o un Ophulps, de las atmosferas tétricas y agobiantes de un Polanski, un poeta de lo cotidiano como un Ozu o un Satyajit Ray, un rey de las historias corales, Kazan y Wilder le sonreirían.
Lo siento pero de ahora en adelante cuando vea a Joaquin Phoenix en Gladiador o en La noche es nuestra, voy a ver es al vagabundo Freddie Quell que se convirtió al cine después de sus vicisitudes en “La Causa”, es simplemente impresionante, mientras más avanzaba la película más me sentía reflejado en Freddie Quell, en su banal lujuria, su vaivén existencial, su pérdida de ideales, su maltrecho rostro descomponiéndose en la primera sesión con El Maestro (Anderson es el más ávido aplicando flashbacks y elipses procesales); todavía escucho la música de Greenwood, la melodía del primer amor de Quell una voz angelical que lo reconforta según sus palabras. Anderson casi que asume la batuta de todos los genios y mayor merito tiene él de hacer magia en tiempos de absoluta mediocridad, de una industria vociferante que cada vez carcome más el arte. Anderson no cree que el cine sea un mecanismo para contar historias o de usos mercantilistas para vender y salda lo invertido, el cree que el cinematográfo es una maquina generadora de sensaciones y emociones, ninguna historia debe ser tomada realmente enserio sino que debe provocar algo en nosotros. Vaya si The Master lo hizo, odio esta maldita película, me hace ver llano y rupestre el resto de cine, es como si Vermeer o Caravaggio vivieran en las épocas de las cavernas. Si el cine debe ser llamado séptimo arte debe ser por este sujeto
Excelso análisis mi estimado. Sobre todo en el termino de las comparaciones con los otros grandes artistas que nos menciona (En lo particular me sorprende su gusto y reconocimiento hacia Dreyer, muy pocos).
Sin duda es un regocijo saber que aun en esta epoca un P.T.A. levanta la mano para dar seguimiento a ese linaje audiovisual. Lo invito a seguir en Cinescopia y tenerlo mas seguido comentando, opinando y/o debatiendo
Saludos